Mar de Mentiras

19

-¡¿Muerta?! ¡Si está muerta cómo podrían no haber traído su cuerpo! ¿Dónde está? ¿Realmente está muerta?- Bufé completamente exasperado.

 

-Su hermano envió a algunos de sus hombres, la hirieron mientras ella escapaba no pudimos hacer nada por ayudarla, nuestras más sinceras condolencias- hicieron una referencia y se marcharon.

 

Así que Terrence ha logrado quitarme algo más, no solo le bastó con el cariño de nuestro padre, sino también mi oportunidad de limpiar mi nombre, al parecer tendré que hacerle una pequeña visita al Barón.

 

Pov. Amelia

 

Había anochecido, no podía ver nada, pero el dolor era insoportable, podía percibir los numerosos pasos de personas que se agolpaban a mi alrededor, en medio de ellas había una pequeña luz que se magnificaba rápidamente, los presentes se abrieron paso para que el que llevaba la antorcha se acercara a mí.

 

-Es una herida muy grave- susurró al verla de cerca.

 

Iba a hablar pero me resultó imposible, lo único que quedaba en mis manos era esperar a que ellos me ayudaran o morir. 

 

Los días pasaban y la flecha estaba fuera de mi cuerpo el cual seguía dolorido, no podía moverme como quisiera, ni hablar largas oraciones pero estaba viva ¿Eso era bueno o malo? Podía observar cómo los niños jugaban en el exterior de las tiendas y como las mujeres tejían su ropa, era un lugar demasiado agradable uno que jamás habría imaginado conocer. 

 

-¿Cómo se encuentra?- preguntó una amable jovencita que aparentaba ser mucho menor que yo.

 

-Gracias a ustedes… mucho mejor- me detuve a tomar aire -no sé cómo podría agradecerles lo que han hecho por mí- sonreí.

 

-Es la primera vez que veo una sonrisa en su rostro, nos hace feliz verla- intervino el hombre que me había curado.

 

-Papá… parece que fue un poco imprudente- susurró la chica notablemente avergonzada.

 

-No es nada, la verdad desde que perdí a mi esposo… Fue muy reciente así que aún estoy procesando todo lo que pasó.

 

-¿A dónde se dirigía cuando fue herida?- preguntó el anciano mientras era regañado por su hija.

 

-Ambos estábamos viajando a Francia, era el lugar en el que nos estableceríamos y formaríamos nuestra familia, pero resultó completamente desastroso- me detenía constantemente para respirar -Terminé con mi esposo muerto y mi cuerpo herido, pero cada instante en el que estuve con él valió la pena- sonreí de manera melancólica.

 

-¿Le gustaría quedarse con nosotros? Sería bien recibida y tratada adecuadamente, además mi hija siempre quiso una hermana- preguntó el mayorconociendo el dolor de perder a un ser amado.

 

-Yo… Estoy muy agradecida, pero-  fui interrumpida.

 

-Deseas cumplir el plan inicial que tenías con tu esposo ¿No es así?- asentí un poco apenada -Entonces, esperemos a que te recuperes completamente y nosotros te escoltamos al lugar que elijas- sonrió de una manera serena.

 

Pov. Florentino

 

No pensé tener que ir en busca de aquella molesta niñita al lugar de mi hermanastro ¡Todo para saber que ella realmente había muerto! Agradezco que Terrence no estaba en el lugar y no tuve que ver su rostro, lo mejor que haré será darles las noticias a su familia y así librarme para buscar a alguien más. 

 

Llamé a la puerta más tardaban en abrir ¡¿Acaso piensan que tengo todo el tiempo del mundo?! Cuando por fin salieron a recibirme pude ver a Mabel con un semblante decaído ¿Qué había sucedido? 

 

-Amelia está muerta- Me dijo la señora mientras sus ojos parecían una fuente interminable de llanto.

 

-¿Qué sucedió? ¿Cómo lo supieron?- pregunté confundido hasta uqe al elevar mi mirada vi a Mabel con Terrence -¡¿Qué haces aquí?!- pregunté exaltado.

 

-Me adelanté a darles la noticia, mis hombres la encontraron mientras cumplían con una encomienda, pero no pudieron traerla, su descripción encajaba con ella- lazó un suspiro -Perdón por no habértelo dicho antes hermano… Es una lástima no haber podido conocer a mi cuñada- desvió la mirada.

 

-¿Cómo estuviste tan seguro que era ella?- pregunté dando un paso en su dirección.

 

-Fue muy sencillo querido hermano, mis hombres buscaban a Óliver, el hijo de uno de mis trabajadores que había desaparecido, vieron como los tuyos que buscaban a Amelia lo atravesaron con una lanza ¿Coincidencia? Poco después encontramos a una chica, según esta bella dama- observó a Mabel -Las descripciones de ambas personas coinciden, ellos son a quienes buscábamos.. 

-Yo..- no podía articular ninguna palabra así que despidiéndome me alejé ya no tendría nada que hacer en el lugar




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