Maravillada.

9.Jamie

Inhalo.

Exhalo.

Inhalo.

Exhalo.

Abro los ojos lentamente y lo único que consigo ver es un gran techo blanco muy borroso.

Giro la cabeza hacia mi izquierda encontrándome un cristal que ocupa media pared. Intento sentarme y me miro los brazos. Llenos de cables y cosas raras. 

Sigo viéndolo todo borroso. 

Un profundo dolor inunda mi cabeza y me llevo una mano a ella por inercia, notando la presencia de un vendaje en ella. Siento como en mi rostro se forma una mueca de dolor. 

-Veo que ya estás despierta Jamie-giro la cabeza hacia la derecha, y miro a la persona de la cual pude reconocer la voz al instante.

-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? -pregunto y aclaro- No recuerdo nada Rose.

-Vaya Jamie, hacia mucho que no me tuteabas-dice ella.

-¿Por qué no puedo ver con claridad directora Black?-pregunto de nuevo y a la vez bastante confundida.

-Has estado una semana en coma Jamie-responde ella a mi pregunta- Es normal que tardes unas horas en acostumbrarte a estar despierta.

Asiento y destapándome me siento en el borde de la cama.

-¿Qué ha pasado?-pregunto con curiosidad y confusión.

-Tuviste un accidente de auto Jamie, ¿no te acuerdas?-dice ella y yo niego lentamente con la cabeza.

-¿Dónde está mi tía Jessica?-vuelvo a preguntar.

-Jamie deberías descansar un poco, todavía estás muy débil y podrías colapsar en cualquier momento-responde ella evadiendo mi pregunta.

-He dicho, ¿dónde está mi tía?-pregunto de nuevo ya un poco nerviosa.

-Jamie, hazme caso, descansa-dice ella a su vez.

Asiento y cuando veo que sale de la habitación, cojo el gotero del que estoy conectada e intento apoyarme en él para levantarme.

Si se piensa que me voy a poner a descansar cuando no tengo ni jodida idea de lo que está pasando, se nota que no me conoce. Yo no sigo órdenes.

Al levantarme noto como me duele la pierna izquierda. Genial, ya me he lisiado. Qué ilusión me hace. 

Bueno, al menos no he perdido el sentido del humor-pienso.

Camino lentamente y como puedo, arrastrando conmigo el jodido gotero que lo único que hace es estorbar, dirijiendome hacia la puerta de lo que creo que es la salida. Y digo creo por que aunque la directora Black haya salido hace a penas un par de minutos, mi memoria es pura mierda incluso después de un accidente.

Hay gente que se da golpes en la cabeza y se vuelve más inteligente. Luego estoy yo, me doy un golpe en la cabeza y me quedo peor.

Sacudo la cabeza quitándome todo rastro de pensamiento y salgo de la habitación. Estoy segura de que si me viera a mi misma en tercera persona, en esta situación, me estaría descojonando. Parezco la niña del pozo atropellada y con el trauma todavía vigente.

El pasillo está vacio, no recuerdo haber estado nunca en este hospital y encima tengo unas grandes ganas de ir al baño.

Al llegar a la esquina del pasillo oigo como dos personas susurran gritándose.

-¿No se lo has dicho?-dice el primer sujeto con voz de asombro- Esto es increíble mamá, en serio me acabas de dejar con todo el muerto a mí.

-Liam eres su mejor amigo, le comprendes mejor que yo y no le harás daño-le responde el segundo sujeto que identifico como la directora de Blackmoon.

-Está bien, se lo diré-acota- Pero me va a romper el corazon verla sufrir.

-Está bien hijo, yo sé que eres capaz de esto y más-confiesa y oigo como se alejan rápidamente de allí.

Salgo de mi escondite, o de la esquina mejor dicho, y me choco con alguien.

-Jamie, está mal escuchar conversaciones ajenas, lo sabes-me dice Liam con el ceño fruncido cruzándose de brazos.

-¿Uppsi?-le respondo levantando ambas manos en señal de paz.

-¿Lo escuchaste todo verdad?-me pregunta.

-Si, oye, ¿qué es lo que me ocultan?-le pregunto con un tono desconfiado.

-Jamie, será mejor que lo hablemos con calma, volvamos a la habitación-responde él a su vez en un tono calmado.

-¡Dímelo aquí! ¡Y dime qué pasó con mi tía Jessica!-le grito exasperada.

-Jamie... cálmate, hablemos en un sitio más privado-ruega Liam cansado.

-¡No sigo órdenes!-grito yo como respuesta y en un acto de locura arranco todo lo que me conecta al gotero y su suero, y salgo corriendo.

-¡Jamie vuelve aquí!-ruega de nuevo Liam.

-¡He dicho que no quiero!-le grito de nuevo como respuesta.

Correr se me dificulta al notar cierto airecillo por mi trasero.

Mierda.

¿Os ha pasado alguna vez que habéis ido a un hospital y os han puesto una bata donde se os ve todo lo que viene siendo la vida?

¿No verdad?

Pues a mí me acaba de pasar, no podía tener más mala suerte. Mentira, no sé por qué hablo. 

Me detengo cuando delante de mi veo a una persona reconocida y me pongo a mirar hacia los lados para tratar de encontrar una vía de escape.

A la derecha se va a la salida de emergencia.

-¡Hey mocosa! ¡No sé por què tratas de escapar de Liam! ¡Oh Jamie, pero míralo, está que no puede con su vida! -dice Jax con su típico tono bromista- Includo hospitalizada eres más rápida que Liam, increíble, qué lamentable.




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