Maravilloso Desastre.

Ama, me mie.

Ama, me mie.

Creo haber visto un fantasma, Dios mío, ¿Cuál era el versículo que mi mamá me había dicho pa espantar fantasmas?

Aquel trago ya me estaba llevando para otro mundo, limpié mis gafas con las mangas de mi camisa y las volví a colocar, miré nuevamente hacia las escaleras, y ahí seguía, mierda, mierda, no era parte de mi imaginación, o tal vez los traguitos ya me estaban haciendo ver cosas no están.

Falso, el golpe que me acaba de dar el chico que acaba de pasar corriendo hacia el baño, imagino que para vomitar, me confirma que efectivamente, no estaba soñando.

Pero, ¿Cómo había llegado a todo esto? Ustedes deben estar más perdidos que jabón en agua onda, bueno, los pongo en contexto.

Mi mamá me dió el dinero, yo me puse la pinta más "stetic" de mi closet vacío, me daba incluso pena abrir sus puertas, está más solito que mi corazón.

Tomé mi cartera de Cars y guardé mis documentos de identidad, mi dinero, y todo lo que creía necesario.

Bajé tranquilamente, besé la mejilla de mi madre, Dios que aburrido, creo que estoy muy antes, adelantemos a cuando llegué a la rumbita.

No había pasado de la puerta y ya tenía la primera cerveza en la mano, me ofreció mi mejor amiga, bueno, literalmente me obligó a tomarla.

Y ¿Quién yo soy para negarme a aquella chica candente? Nadie.

Mi mejor amiga, mi alma gemela, nos conocemos como desde los 10, una morena, alta, con caderas de infarto y un afro con el que siempre peleaba, su piel era decorada con Miles de tatuajes que yo envidiaba y quería hacerme, ¿Por qué no lo hacía?

Mi madre siempre me ha dicho: "Andrés pepito del pilar tú llegas a venir tatuado y te borro el tatuaje de con una plancha"

¿Saben las ganas que me quedaron de hacerme un tatuaje? Ninguna, no sé si realmente sería capaz, pero este cuerpecito no quería averiguarlo.

Juepuerca, otra vez me salí del tema, hablaba de mi fabulosa y perfecta mejor amiga, Isabella.

Solo su nombre era saboreado como si fuera gloria, tatuajes, trago, piercing, esa clase de chica que sabes que te dejan sin estabilidad emocional, gracias al cielo es mi amiga, porque tiene cara de querer matar a alguien todos los días y yo no quisiera ser su víctima.

Temblé de solo pensarlo, sus manos me partirían como un trocito de pasta.

Joder, pasta, la amo, ahora quiero pasta, ¿En esta fiesta habrá? ¿Que habrá hecho mi mamá de comer? Tengo hambre, ¿Por qué vine sin comer?

Sacudí mi cabeza y tomé el primer sorbo, sentí ese características dulce que pasaba con mi paladar dejando un ardor placentero a su paso.

Ahora sí, que comience la acción.

-Llevo esperando tres eternidades de que entres- me amenazaba con su dedo y quedé perdido en un momento en su dedo, ¡Era un nuevo tatuaje! Esa carita feliz no la conocía.

-¿Te volviste a tatuar?- pregunté mientras miraba a mi lado, viendo cómo todo se alocaba, por dios, no eran ni las 11 de la noche y ya podía ver a unos cuantos acostados en el piso casi inconscientes.

-Sí- respondió con simpleza mientras tomaba un sorbo de su no sé que cosa.

Su hermanito, no tan hermanito, puesto que era casi tres años mayor que yo, con músculos de infarto, y una cara tallada por los mismos dioses, era tatuador, y por eso Isabella tenía tatuajes hasta donde no se imaginan.

-Yo quiero hacerme uno- reproché, ella me miró y quitó sus gafas, dios mío, pude sentir mis ojos ser cegados por su perfección.

--Te he dicho un millón de veces que mi hermano puede hacerte uno, y los que quieras, sabes que tiene esa extraña atracción por ti- ah, caray, sentí mis mejillas calentarse, Isabella en varías ocasiones ha dicho que su hermano está atraído por mi, pero vamos, mirenme a mí y miren a ese Dios, es muy difícil de creer.

- Sabes que Rosalba me mataría.

-Rosalba no se tendría que enterar- alzó sus hombros como si fuera lo más lógico del mundo, y sinceramente sí lo era, Y, ¿Qué podría pasar?

No, no, no, Andrés, ni lo pienses, tienes que alejarte de Isabella antes que termines con un tatuaje, en la calle, sin dinero, y sin galletas.

Le dí un beso en la mejilla y me alejé de ella, el ambiente me mareaba un poco, las fiestas no eran lo mío, prefería estar en un lugar tranquilo, o solo estar en mi teléfono durante horas.

Caminando vagamente por la casa, me encontré con la cocina, mala idea entrar, habían tragos como para una semana, diferentes, muchos, y aquel chico ofrecendome un misterioso vasito pequeño con un contenido de dudosa procedencia, fue el causante de todo lo que ocurriría después.

Dios mío, mi mamá me va a matar, pero como siempre he dicho, el que tenga miedo a morir,que no nazca, tomé el vaso y vacíe su contenido sin siquiera respirar, aquello quemó mi garganta y me mareo.

No tenía ni idea de qué había tomado, pero aquello, me descontroló totalmente, mis cables de desconectaron y salí de esa cocina hecho un manojo de incoherencia.

Miré a varios chicos bailando, y con mi nula experiencia en ellos, intenté seguirles el paso, no estaba lo suficientemente conciente para saber que realmente estaba haciendo el ridículo, y ellos tampoco lo estaban para juzgarme, así que entre pasos inventados y tropiezos bailé.

Sentí una mirada en mi nuca casi como mi estuvieran asesinando, intenté buscarla y la hallé, en las escaleras, un tipo alto, demasiado, y extremadamente blanco, ¿Ahora estoy es crepúsculo?

En un parpadear había desaparecido de mi vista, y yo, yo solo tenía la curiosidad de saber quién era, por lo que sí, hice lo que tanto crítico en las películas de terror, fui hacia el peligro.

Caminé con torpeza hacía las escaleras, casi me esmierdo, pero lo logré, y ahí lo ví, quedé completamente helado.

Joder, no puede ser, ¿O sí?

Ya no están tan perdidos, vieron, pasaron muchas cosas, pero como les decía.

Me convertí en color mantequilla, estaba pálido, amarillento, como si no me tomara el caldito que me daba Rosa.
Sentí inmensas ganas de vomitar, no sé si por la emoción, la impresión, o el trago, era tan confuso, queria tocar su espalda y preguntarle si era él, o verlo más de cerca.
Pero mis piernitas de pollo simplemente no reaccionaban, estaba ahí, congelado, viendo a quién creía era Ethan.




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