Maravilloso Desastre.

Ruso con mala habla del español.

-¿Qué haces aquí?- él ignoró completamente mi pregunta y usmeo mi cuarto sin disimulo alguno, que chismoso.

Me recordaba un poco a cuando le decía a Isabella "disimula y mira para atrás" y volteaba su cabeza como el exorcista.

Un día, estábamos tranquilamente en el cine, y mientras hacíamos la fila, ví a un chico super precioso detrás de nosotros, y le susurré a Isabella que volteara y lo viera.

Y la muy desgraciada, volteó su cuello, pudo jurar que escuché como sonó, y no solo con eso, dijo en voz alta "¿él?"

El chico le susurró a Isabella, "te dijo que disimularas, tú también eres precioso"

La pena fue impresionante, mis mejillas dolían de lo rojas que estaban, no pude ver la película gracias a la vergüenza que pasé.

Estaba pensando en aquel día que no ví cuando el chico con acento extraño ya estaba sentado al pie de mi cama.

—Eres tan precioso— su comentario me desconcertó totalmente, mis manos temblaron ligeramente y pude sentir como mis mejillas acogieron un color carmesí.

—¿Por qué haces esos comentarios?— pregunté intentando calmar mis propios nervios.

—Sigues haciendo ese gesto, muerdes tu labio cuando estás nervioso— cada vez sonaba más como un psicópata.

—¿Qué?— sin embargo, antes de poder bombardearlo de preguntas, él ya estaba fuera de mi cuarto.

¿Acaso se cree flash? Solo cerré mis ojos tres segundos y ya no estaba a mi lado.

—Dios, Dios, Dios— señor, si de verdad existes, ayúdame a sobrevivir con este hombre en mi casita.

Será que si busco en Google, como estar con un hombre lindo en mi casa sin morir en el intento, ¿Aparece algo de utilidad?

Tecleé en mi teléfono, el cual tenía un pies más allá que acá, literalmente, tenía que comprar otro con urgencia.

Las respuestas de San Google no servían, ninguna tenía una respuesta clara, por lo que concluí hacer la mía.

Llamada “Andrés se sumerge en una guerra y deberá sobrevivir con el chico que compartió su primer beso”

¿Es muy largo? Si, tal vez, nunca he sido bueno con mis nombres, tuve un perro, que se llamaba Negro, pero irónicamente era completamente blanco.

Plan A: Esconderme del intruso y salir solo cuando mi panza pida comida, sí, eso haré.

Plan B: hacerme el muerto (este tal vez no sirva de mucho, pero x somos chavos)

Y ya, tampoco soy muy creativo con los planes como pueden ver.

Me levanté con pereza, que ganitas de chismosear que estaba haciendo el dichoso Ethan, bajé con cuidado y como claramente, nada salía como lo planeaba, al bajar el tercer escalón, mi pies resbaló y caí como una bola.

Gracias cielo no estaba tieso, mi espalda dolía a horrores, nada pasó, nadie me vió, pero no, ahí estaba él, viéndome con una sonrisa burlona en su rostro mientras yo sobaba mi doloroso trasero. 

—¿Estás bien? — que ganas de quitarle esa sonrisa arrogante y perfectamente divina, Dios, ¿Por qué no había visto su precioso lunar en la mandíbula? Es divino.

—¿Por qué me estás mirando así? Se va a salir baba— Pasé mi mano por mi boca y quise abofetearme, ¿Cómo ese ruso con mala habla del español es capaz de burlarse de mí?

Ruso 1 - Andy 0.




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