Las últimas noches habían sido intensas, no de la manera que James hubiera deseado. Se desvelaba en la gélida oscuridad de la noche, su marca brillaba con una intensidad febril.
«¿Por qué brilla tanto? ¿Qué clase de poder es este», pensaba, la frustración creciendo en su pecho. El miedo de que Kael o, peor, Galen, descubrieran su falta de control lo mantenían en alerta constante.
No tuvo mucho tiempo para pensarlo, pronto se haría de día y tenía que recuperar fuerzas para la jornada qué se avecinaba.
Kael reunió a los chicos de la profecía en una zona amplia, un campo verde y abierto. Varios señuelos de madera y paja estaban dispersos, cada uno sujetando grandes círculos blancos y rojos a modo de objetivo.
James sentía un nudo en el estómago. Era la primera vez que pasaría por algo así, y conociendo la personalidad estricta de Kael, sabía que no sería un paseo.
«Espero que no sea nada de utilizar nuestros nuevos poderes», rogó mentalmente, la inseguridad cubriendo su mente como una niebla fría.
—A partir de hoy —dijo Kael, su voz grave y autoritaria—, se enfrentarán a un duro entrenamiento para controlar esos poderes que han obtenido.
—¡Bien, estoy listo! —dijo Peter, saltando ligeramente de su puesto, entusiasmado.
—¿Y esa alegría tuya? Nunca te había visto así —comentó Chard.
—¿Estás bromeando? Quiero probar estos poderes ahora mismo.
Kael intervino con una voz que no admitía réplica.
—No tan rápido, chico. Primero, debéis aprovechar al máximo su capacidad fisica.
Peter frunció el ceño con desilusión. Chard preguntó, con la curiosidad de quien no entiende la orden:
—¿Nuestra fuerza física?
—Así es —Kael asintió—En otras palabras, mejorar en la lucha con sus propios pies y brazos, sin ayuda de ningún tipo de poder.
James respiró hondo y sintió alivio. Un entrenamiento normal era mejor, sentía que sus poderes aún no se habían acostumbrado a su cuerpo, y tenía miedo de que Kael lo descubriera.
—Tiene sentido, si no tenemos total control sobre nuestra fuerza normal, no podremos tenerla con algo más grande.
Axel como chico maduro comprendía las palabras de Kael, Empezó a actuar más seguro y autodidacta
—Voy a darles un ejemplo de como seria esta fase del entrenamiento.
Kael iba a seguir explicando pero Axel lo interrumpió. Su rostro mostraba total persistencia y seguridad, algo que James carecia totalmente.
—Puedo ser yo el primero, Kael.
—De acuerdo —Kael respondió sin oponer resistencia.
De esta manera Axel pasó al frente, los demás lo observaba con detenimiento. Notaban la diferencia entre ellos y el chico, no por ser el más grande sino por su determinación con el entrenamiento. Se convirtió en una figura influyente para todos. Tanto James como Chard estaban seguros de que Axel sería uno de los más fuertes del grupo.
—Baff, ahí va el chico genio —dijo Amelia de forma despectiva —Se cree superior a los demás, lo odio.
—A mi me parece bastante atractivo —comentó Chelsy con la cara colorada.
—¿A que te refieres con atractivo? Es un sapo de estanque.
Mientras las chicas comentaban sobre la actitud de Axel, este seguía caminando hasta llegar y estar frente a frente con los señuelos de madera y paja. Kael lo guiaba.
—Escucha atentamente, tienes que acabar con esas figuras de palo en el menor tiempo posible. Solo puedes usar tu fuerza física, nada de trucos ¿Lo has entendido?
Kael informa cada detalle de las reglas del entrenamiento, por su parte, Axel lo entiende todo y asiente sin más.
—¡Estoy listo! —gritó con voz firme.
Kael se prepara y extiende su brazo derecho. Su mirada sigue siendo severa «A ver de que esta hecho este chico», pensó.
Todos los chicos atentos observaron mientras Kael bajó su brazo. Como si de una flecha se tratase Axel corrió con todas sus fuerzas hacia el primer señuelo, en un abrir y cerrar de ojos lo destruyó por completo con una simple patada.
Este primer movimiento causó impresión en el grupo.
—¡Sé mueve muy rápido! —Peter señala con emoción.
Dirigiendose al segundo señuelo clava su puño en la propia cabeza del muñeco, la expresión de Axel poco a poco se materializa.
—¿En serio este chico es como nosotros? —cuestionó Chard —Puede estar al nivel de Galen sin problemas.
En menos de cuatro minutos Axel ya había acabado con la gran mayoría de los señuelos cuando Kael lo detuvo.
—¡Ya es suficiente, chico! Pasaste esta fase del entrenamiento con excelentes resultados.
Axel se retira sin comentarios, estaba gozoso, había cumplido su objetivo de impresionar a todos con su fuerza y rapidez.
Galen miraba desde lejos el intenso entrenamiento.
—Oh. Es excelente. El Oráculo sin duda no se equivocaba. Estos son los chicos de la profecía. Estoy ansioso por ver sus avances, sobre todo el tuyo, James —dijo con agrado mientras no perdía un detalle de todo lo que pasaba.
Seguidamente Chard pasó al frente como segundo voluntario de la prueba, su mirada era desafiante. Axel había dejado la vara muy alta y no permitiría fracasar delante de todos.
Antes de salir volteó a mirar a James, su amigo de dormitorio. Aunque este no lo supiera, Chard sabía que James tenía miedo de fracasar y con buen compañero lo apoya.
—Observa como se hace, así te sentirás mejor —dijo guiñando su ojo.
Kael estudió al próximo candidato, la marca de Chard la tenía en su mejilla, su color era de un rojo vivo. Estaba nervioso y sacudió sus manos relajándose un poco.
Chard oyendo la señal dada por Kael, comenzó a moverse, su concentración era latente, era rápido como Axel, pero algo distinguía de los demás, su precisión era correcta, no buscaba arremeter con fuerza bruta,, sino debilitar al enemigo lo más pronto posible, solo atacaba a los puntos débiles, por lo que los señuelos iban para el piso de forma directa sin recibir ningún daño en la parte superior.