Capítulo 11

Intentaré seguir su ritmo, al parecer, somos de la misma raza

—Intentaré seguir tu ritmo. Debería acostumbrarme a mi raza, ¿no? 

—Supongo que sí. Está bien. No te desvíes —me advierte con una mirada amenazante y penetrante. 

Pongo la mano derecha sobre mi corazón, formo un puño y contesto:

—Te doy mi palabra.

Arruga la nariz no muy convencido por mis palabras, nos preparamos para comenzar la carrera y él sale disparado como una bala en dirección al bosque. 

Lo sigo de cerca para que no sospeche, pero antes de entrar en la arboleda, me desvío en dirección al río Nolae para cruzar hasta Mulson. 

Mi carrera es veloz. No es mi primera vez a esta velocidad. Parece que he esquivado al hombre y una sonrisa se dibuja en mis labios ante mi victoria. 

Estoy a solo un salto para alcanzar la otra orilla del río y entrar en Mulson cuando alguien me agarra de la cintura con fuerza. 

—Sabía que me mentías —me dice con un gruñido que me eriza los vellos de la nuca. 

—¡Ah! Eres muy pesado. Tengo un desfile pasado mañana, así que, no puedo regresar contigo a esa asquerosa cueva —le explico intentando zafarme del agarre.

—Lo siento por tus compromisos. No irás a ninguno de ellos. Volverás conmigo.

—No lo haré. No eres nadie para darme órdenes —le espeto sin dejar de forcejear.

Pavel me da la vuelta entre sus brazos para poder mirarme a la cara y me pregunta con un tono de voz grave:

—¿Regresas conmigo por las buenas o por las malas?