Marcado por el Instinto: Celo, Sangre y Deseo

Capítulo 2: Tu aroma me pertenece

Eren empujó las puertas de la biblioteca con violencia, el pecho subiendo y bajando como si hubiese corrido kilómetros. Armin levantó la vista desde la escalinata, con el libro de química ya en sus manos, y al verlo se levantó de golpe.

—¿Eren? ¿Qué pasó?

Pero Eren no respondió. Caminó directo hacia él, lo tomó del brazo y lo arrastró calle abajo, ignorando la forma en que sus glándulas comenzaban a arder. Su cuerpo lo traicionaba, como si el simple roce de aquel alfa lo hubiera marcado por dentro.

—¡Eren, me estás asustando! —Armin intentó frenarlo—. ¿Quién era?

—No sé —gruñó—. Pero me olió. Armin... Me olió como si fuera suyo.

El omega más joven palideció.

—¿Un alfa?

Eren asintió.

—No como los demás.

Pasaron varios metros en silencio. El aire se tornaba cada vez más denso. Eren sentía la piel caliente, la espalda húmeda. Y entonces lo supo: no era su imaginación. El calor que ascendía por su estómago no era normal.

Su cuerpo estaba entrando en celo.

Sin previo aviso. Sin ciclo regular. Algo —alguien— lo había activado.

Y esa mirada...

Eren se apoyó contra la pared de un callejón, jadeando. Sus pupilas se habían dilatado. Sentía las piernas débiles, como si su centro vibrara con cada latido. Su camisa pegada al torso, los pezones duros bajo la tela. Su glándula del cuello latía. Y lo peor era que deseaba que alguien —él— la tocara.

—¡Mierda! —gruñó, mordiéndose el labio hasta sangrar.

—¡Voy por ayuda! —gritó Armin.

—¡No! Nadie puede verme así —dijo Eren, y le sostuvo la muñeca—. Si me ven vulnerable, me van a llevar.

Y entonces, una sombra cayó sobre ellos.

—Ya es tarde —dijo una voz rasposa, masculina, con el tono grave de un depredador satisfecho.

Eren alzó la cabeza. Y ahí estaba.

El mismo alfa de la biblioteca. De pie en la boca del callejón, con los ojos clavados en él. Gris acero. Incendiarios. El aire se llenó del olor de su feromona: vetiver, humo, sangre.

Eren gimió involuntariamente.

—Tú... —susurró con odio y deseo mezclados— ¿Qué me hiciste?

—Solo respiré —contestó él, caminando hacia ellos con una lentitud casi cruel—. Y tu cuerpo decidió por ti.

Armin se puso delante de Eren, pero el alfa ni siquiera lo miró.

—Aléjate —gruñó el rubio, temblando de rabia—. No tienes derecho a tocarlo.

—No lo haré... —dijo el alfa, deteniéndose a un metro de Eren—. A menos que me lo pida.

Eren jadeaba. El calor era insoportable. Sentía la erección latente, palpitando dentro del pantalón, dolorosa. Quería escapar. Morder. Gritar. Pero también...

Quería sentir sus manos.

—¿Quién eres? —murmuró, aferrándose al muro.

—Levi Ackerman.

El nombre le golpeó como un disparo.

Un alfa de sangre pura. Un mafioso. Un cazador. Un asesino.

—No quiero estar contigo —jadeó Eren—. ¡No quiero esto!

—No tienes opción, Eren Jaeger. Tu glándula ya me reconoció.

Y entonces, Levi hizo lo impensable.

Se acercó lo suficiente para que su nariz rozara la piel de su cuello.

Eren se estremeció. Un gemido salió de su garganta antes de que pudiera detenerlo. Su miembro palpitó contra la tela del pantalón.

—Tú... me vuelves loco —susurró Levi, tan cerca que sus labios rozaron la piel húmeda de Eren—. Si me dejas marcarte... nadie más podrá tocarte.

—¡No quiero ser de nadie! —escupió Eren, empujándolo con fuerza. Sus ojos ardían, sus feromonas se disparaban sin control.

Pero Levi no se movió. Solo le sujetó la muñeca, fuerte pero sin hacerle daño. Sus dedos envolvieron la piel con firmeza, como si ya lo conocieran.

—No tienes idea del peligro que corres si alguien más te huele así.

Y se fue.

Sin marcarlo.

Sin besarlo.

Sin reclamarlo.

Solo lo dejó allí. Ardiendo. Con el cuerpo desesperado. Con el corazón latiendo como si hubiera estado a punto de caer por un precipicio.

Eren se dejó caer de rodillas, temblando.

Armin corrió hacia él, tomándolo en brazos.

—¿Estás bien?

Pero Eren solo podía pensar en una cosa.

Levi Ackerman.

Su alfa.

Y el principio del fin.

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Esto apenas comienza.......
Gracias por leer ¡Nos vemos en el próximo!
Att Luckas 💜




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