Marcas.

Cigarros, nostalgia y mentiras.

Puedo contarte mi vida en dos palabras: "Una mierda", no, no es que lo diga para que me tengan lástima, eso sería una estupidez, simplemente no tengo más metáforas o lo que mierda sea para describirlo. Durante un tiempo estaba en el peor momento de mi vida y luego llegó él... Don Julio. Recuerdo perfectamente cuando lo conocí tenía 9 años, y mi padre nos había llevado a su gimnasio. Al parecer eran muy amigos en la juventud, nunca olvidaré la vez que me dio una putiza para enderezar mi vida. Tenía 20 años y fue sin duda fue literalmente el golpe que cambió mi vida.

Fue un corto tiempo en lo que comencé a entrenar, pero me encanto, estar en el ring, sentir esa adrenalina en mi cuerpo y golpear a John por deporte agregaba algo más a mi infancia, pero como cada cosa buena en mi vida se acaba muy rápido, unos meses después mi padre falleció por razones obvias ya no pude continuar, pero nunca olvidaré ver mis manos con esos guantes tan pequeños y la cara de mi padre de orgullo de tener su don, nunca fui tan cercano a él como con mi madre, pero ese recuerdo es de los mejores que tengo en mi puta existencia.

El gimnasio, un lugar no tan grande, pero lo suficiente para que varios entrenemos, al entrar el olor a sudor seco, sangre y dolor era del día a día, el cual sinceramente me relajaba automáticamente, las paredes en tonos grises, pósters de motivación que la exesposa de Julio coloco hace años seguían ahí medio despintados por los años pasados, y el ring donde seguido algunos de mis compañeros pedían pelear, desde que tengo tiempo entrenando por alguna extraña razón la mayoría me pide pelear como si vencerme fuera una misión para todos, pero que ninguno ha logrado completar.

Y ahí estaba en aquel mismo gimnasio, golpeando el saco como si resolviera mis problemas.

— ¡¿Por qué debes ser mi gerente?! — golpe.

— ¡Porque chingao finges no conocerme! —Otro golpe.

— ¡Mierda, deja de joderme la cabeza, Lila! — Patada.

No sé si fue mi obviamente cara de querer matar a todos o si estaba más concentrado en mi jodida situación en que Julio llegó a mí, negando la cabeza con desaprobación, odiaba esa expresión.

— ¿Qué te pasó hoy, para que parezcas novato?

— Nada — dije seco, no quería hablar de eso, no era importante, nada de ella lo es.

— No quiero detalles, pero no puedes entrenar así — talló su cara, ya sabía por dónde venía eso.

— Si quieres debutar, debes pasar el examen psicológico. No sé si ese nuevo trabajo te da estrés o lo que sea, pero ya sabíamos por dónde venía esto, así que tómate un tiempo para calmarte o, si no, solo te lastimarás a lo idiota por sobre pensar.

Fue firme... Siempre lo era, pero esta vez tenía qué putas obedecer, tenía que debutar, no por Julio o mi padre, sino por mí, que es lo único que me sostiene en este jodido mundo.

— Bien, me calmaré, pero no dejaré de entrenar. —Eso lo hizo suspirar y asentir aún con esa desaprobación que ya entendía de su rostro.

— A veces no sé por qué te doy consejos que te valdrán madres chamaco, pero bueno, sigue entrenando, pero si te lastimas ni creerás que voy a ir a ayudarte de nuevo.—

La noche siguió con sus indicaciones como siempre. Al salir del gimnasio vi aquella calle que llevaba hacia la zona norte.

— Mierda, deja de ver por ahí —

Seguí mi camino al complejo donde siempre he vivido, las calles medias oscuras solo iluminadas por postes que apenas y alumbraban.

Hace años había dejado de pensar en Lila, o eso creí hasta ahora...

♡•●•♡•●•♡

La habitación estaba a oscuras, el ruido de los carros pasando a lo lejos era lo único sonido que se escuchaba o eso se creería si no estuviera gritando en silencio por mis desgracias. Me revolqué entre las sabanas, tapando y golpeando con mi almohada la cara.

— Ahhhhhh! — Grité entre la almohada.

— Porque carajos debes ser mi empleado. —Abracé la almohada sufriendo.

— ¿Y si pido que me transfieran? — me senté de golpe.

— O si sería buena idea, me voy a otra sucursal y...

Esto hubiera sido un excelente plan si no fuera porque era la maldita gerente, ni siquiera creo que sea posible. Me desplomé en la cama, hundiéndome en la desesperación de mi estúpido pasado.

—¿Por qué debe ser tan difícil?

— Maldita sea Jeff ¿Por qué debes ser tan complicado?

Mire al techo esperando alguna respuesta a mi situación obviamente no había respuesta, el simple hecho de pensar que lo vería a diario me daba ansiedad, no era que lo odiara aunque tuviera muchas razones, pero lo hacía tan complicado tratarlo que no sabía qué hacer, pudimos terminar como cualquier estúpida pareja de adolescentes, pero no, él tenía que decirme eso como si fuera lo más casual del mundo.

Ahora estaba aquí en mi habitación la cual alguna vez también estuvo, no podía dormir, todo me recordaba a él, no mentiré desde que terminamos siempre he tenido sueños donde regreso a aquel parque, otros donde tenemos de nuevo 14 riendo de cualquier tontería, pero sobre todo sin importar los años siempre lo tengo presente.

Jeff es el fantasma de mi pasado, un chico el cual marcó toda mi adolescencia y el que sinceramente nunca pude olvidar. Suspiré derrotada por esta situación, pero debía ser fuerte, no por mí, sino por mi trabajo. No importa quién fuera él, debía seguir con lo único que me mantiene de pie.

— Solo espero que seas un buen empleado — susurré contra la almohada.

♡•●•♡•●•♡

Un nuevo día comenzó, la tienda tenía ese olor a desinfectante ya común después de la pandemia, entre pasillos los clientes comprando, algunos niños gritando, llorando o corriendo entre la tienda, no era mi lugar favorito, pero ya me estaba acostumbrando a esto, durante la mañana no supe de Lila y con eso estaba bien, no quería especular nada, si así sería en el trabajo estaría bien con eso, pues significaba no convivir tanto.

Doblar, ordenar, regresar la ropa que estuvo en vestidores era lo común del día. Estaba tan tranquilo haciendo mi trabajo, cuando esa pinche voz tan melosa que sonaba fingida llegó a mi lado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.