Los días pasaron, con Lila siempre sería extraño. Durante las dos semanas después de nuestra conversación en la parada, solo interactuamos poco, todo profesional. Al principio creí que traía consigo a la sub gerente para no hablarme, pero al notar que así era en todas las áreas, lo descarté.
Mientras los días pasaron me fijé porque sin dudas era la gerente, siempre estaba al tanto de todo, ayudaba a ordenar, organizar las áreas, dejaba que tomáramos descansos entre el turno para no "agobiarse", siempre supe que era alguien muy dedicada en trabajos o proyectos siempre se esforzaba en hacerlo bien y "perfecto", ver esto ahora como Jefa, entendía por qué todos la respetaban tanto.
Hoy un día común, vi como se acercó junto a Alyssa a mi área, su tablet en mano, acomodando su fleco hacia su oreja, con ese uniforme igual que todos; camisa naranja chillón casi fosforescente que te chingaba la vista, pantalón de mezclilla y tenis negros, gafete en su cuello y ese logo pequeño de una mariposa azul en el pecho izquierdo. Cuando ambas llegaron, Alyssa fue la que habló primero.
— Hey Jeff, venimos a molestar
— Ya sabes —decía en aquel tono infantil y alegre de esta, alzando su tablet.
— De acuerdo.
Lila empezó a ver el área acomodando algunas cosas mientras Alyssa me hacía las preguntas de siempre intentando acercarse, obviamente solo fui secó intentando no ser grosero. Lila regresó de haber acomodado algunos pantalones cuando notó cómo colgaba las camisas de vestir, se acercó tranquila.
— Lo estás haciendo mal, déjame enseñarte. — Volteé a verla mirando cómo me ofreció su mano para qué le entregará la camisa.
— Debes de hacerlo con cuidado, ya que se puede arrugar — la acomodo tan serena y dedicada que no me importó ver su rostro.
— Toma tu tiempo, no importa, solo hazlo con cuidado — lo colgó regresando a verme, me sonrió, no supe si fue profesional o no, pero esto, después de semanas sin hablarnos, me dio en la madre.
Alyssa nos interrumpió haciendo que la viéramos.
— Gerente, ya es el descanso de Jade, iré a cubrirla en la caja — informó, cosa que Lila asintió.
— Ve, yo me quedaré aquí a ayudar a Jeff — volteé a verla, creí que se iría, pero no aquí estaba empezando a acomodar las camisas en sus ganchos.
Alyssa se fue dejándonos solos, pensé que no hablaría, solo mostraría cómo hacerlo y se iría, pero como siempre, esta mujer me sorprende.
— Bien, te ayudaré con las camisas y después iremos a arreglar los maniquíes para la ropa nueva que llegó.
— Puedo hacerlo solo, no hay problema — ella negó colgando la camisa en su lugar.
— Es normal que me quedé entre áreas, a veces todo el día o por horas — Seguí su acto dejando la camisa en su lugar, mirando cómo sus ojos buscaban los míos.
— Así hacemos las evaluaciones de cada mes —agregó mientras me cruzaba de brazos, mirándonos mutuamente.
— Entiendo — contesté tranquilo. No sé por qué no podía dejar de ver sus ojos, eran tan brillantes, ese tono ámbar tan de ella. Dejamos de hacerlo cuando un cliente le gritó a su hijo que no corra, y esta sonrió regresando a las camisas.
— ¿Has tenido algún problema en el área? — siguió con ese tono profesional, como si no hubiésemos visto nuestros ojos con detalle.
— Ninguno por el momento.
— Genial, el empleado antes de ti, se quejaba de cosas muy raras, pero aun así, si tienes inconvenientes, puedes informarme... —Que me hable tan natural y profesional, no sé por qué me hizo dar una risa nasal que obviamente noto que dejo de hablar.
— ¿De qué te ríes, baboso? — le salió inesperadamente que se tapó la boca por su imprudencia, intenté no reírme con eso.
— Perdón, perdón, no fue mi intención, está mal...
— Déjalo así, ya entendí que siempre serás tan imprudente — abrió la boca ofendida, regresando a taparla con su mano.
— Ok, fue mi error, lo sé, no seas cruel.
— Mmmhm esto puedo reportarlo a RH? — No sé de dónde me salió jugar con ella, su puta vibra me hacía hablarle así y sinceramente me gustó un poco.
— Oh, claro que puedes, subes las escaleras, doblas a la derecha y te vas lejos — intenté no reírme mientras dejaba nuevamente una camisa en el perchero.
— Vaya forma tan profesional de mandarme a la chingada.
— Gracias, 5 años y mucho entrenamiento — me sacó la lengua de esa forma tan infantil que no pude evitar reírme. Una risa que hace años no me salía, ni Harold con sus tonterías me había hecho reír y ella, tan solo ella, en menos de horas lo logró.
— Vaya, sabes reír y no parecer emputado —agrego haciendo un gesto para que la siga hacia los maniquíes.
— Sigamos o te voy a correr.
No duramos mucho solos, siguiendo ese juego tan raro y natural entre nosotros después de años, a nuestro momento termino cuando Alyssa regreso a ayudarnos en el área, hubo más risas entre ellas, no participé tanto, ya que seguíamos con ese tono profesional que no quería romper frente a los demás empleados.
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El turno estaba por acabar, el día paso rápido, entre las pláticas de Alyssa las cuales no participé, Lila hablándome tan profesional, pero a la vez dándome miradas cómplice de algo que solo nosotros entendíamos, el adolescente en mí gritaba jalarla y besarla pedirle perdón, pero a la vez quería mandarla a la verga y gritarle por confundirme tanto.
Entre roces "accidentales" por mí, risas de ella con la sub gerente y trabajar juntos entre los tres, Alyssa habló arreglando los cinturones de caballeros.
— Oh, ¿por qué no vamos por un elote? — Era obvio que Lila pensaba, que se dirigía a ella, pero vi cómo Alyssa volteó a verme.
— Estoy bien, gracias —contesté lo más tranquilo que pude, está giro cruzándose de brazos.
— Vamos, Jeff, ya tienes un mes aquí, es bueno que te integres con todos, sobre todo con tus jefas — sonrió tranquila, pero a sus palabras Lila alzó a verla.