Para el lunes en la tarde cuando entramos en nuestra jornada de trabajo, Mara y yo seguíamos sin siquiera dirigirnos las miradas.
Ella estaba un 100% segura de que yo era una niñita malcriada y yo estaba un 101% de ella era una controladora total.
Para mí compartir la habitación y el trabajo con la persona a la cual no quería siquiera dirigirle la palabra era muy difícil, Pues estaba más que segura de que las dos éramos un total desastre orgulloso esperando a que la otra fallara en cualquier momento.
Comenzamos a servir a la clientela como normalmente lo hacíamos, con la diferencia de que no queríamos estar ni un poco cerca y de que las otras empleadas y hasta nuestro jefe no nos quitaban la mirada de encima.
Ninguno de ellos estaba acostumbrado a vernos tan separadas y sobre todo tan silenciosas, pues la mayoría del tiempo nos llamaban mucho la atención por hablas tanto, Nuestro Jefe nos llamaba las chicle la mayoría de las veces.
A eso de las 6:30 vi a Carlos entrar en la cafetería con algunos amigos y realmente solo pensé en que ahora el problema con mi hermana seria mucho peor.
Observe a Mara mientras atendía la barra y ella también hiso lo mismo a diferencia de que me volteo los ojos y luego se dio la vuelta.
-!Ja! . Y yo soy la inmadura.- Susurre mientras patinaba hacia la mesa en donde estaba Carlos y su gente.
-¿Puedo ayudarles en algo?- Dije sonriente mientras pensaba en lo molesta que estaría Mi hermana al voltearse y observarme. -Hola Carlos. - Sonreí aún más y lo observe.
-Hola Mari.- También sonrió y se levantó de la silla para tomar mi mano.
-Amm.- Me sentí un poco incomoda y separe rápidamente mi mano.
Los amigos de Carlos comenzaron a reír y yo solo observe a mi hermana quien de inmediato dijo algo que pude leer en sus labios.
"Eres una niñita".
-Oye Carlos.- Tome su mano nuevamente justo antes de que se sentara. -¿Recuerdas el Viernes cuando me invitaste a bailar?-
-Si.- apretó mi mano mientras me observaba fijamente.
-Me gustaría que me invitaras hoy a hacer algo divertido. ¿Qué te parece?.- Subí un poco la voz para que cierta persona molesta pudiera escucharme.
-!WUUU!- Gritaron los demás amigos que rodeaban la mesa.
-¿Hablas enserio?-
-Hablo totalmente en serio.-
Sonreí nuevamente intentando ocultar lo nerviosa que me sentía en ese preciso momento.
-Aquí te dejare mi dirección para que pases por mi.- dije mientras tomaba un pedazo de papel de mi libreta para escribir.
-Pasare a las 8 por ti moto nena.- Dijo sonriente y luego me pico el ojo.
Luego de posiblemente acabar de firmar mi pacto con la muerte para esa noche y de tomar sus órdenes, patine hacia la barra sin dejar de observar a mi ahora Molesta hermana quien sabía perfectamente se sentía derrotada y al mismo tiempo preocupada por lo que acababa de hacer.
Pero al fin y al cabo era mi hermana, La molesta hermana que siempre se preocupaba por mí, La molesta hermana se creía responsable de mi vida y sobre todo la molesta hermana que sabía perfectamente me sacaría de este desastre que ahora había cometido, contándole absolutamente todo a mis padres y al mismo tiempo salvándome.
Era más una cuestión por ganar la batalla que por cualquier otra cosa y realmente, yo me sentía la total ganadora.
O.. al menos eso pensé hasta que vi a Mara llegar a casa y no decir ni una palabra a mis padres.