Retomemos amigos:
Había abandonado absolutamente todo lo que conocía por querer cuidar de Carlos, Debo admitir que sentía miedo de todo lo que me esperaba, Estaba dejando atrás la casa de mis padres y hasta todo tipo de relación con ellos. Pero lo había hecho por querer cuidar de aquella alma ahora perdida de la que estaba tan enamorada.
-Carlos ¿podemos parar un momento?- pregunte mientras me sujetaba fuertemente de él, en la parte trasera de la motocicleta, Ya estábamos entrando en la carretera para comenzar a alejarnos de la ciudad.
Hiso caso a mi deseo y paro en la orilla de la calle por donde conducía, Yo baje disparada de la motocicleta aun con mi maleta en mano y comencé a caminar rápidamente hacia alguna dirección desconocida mientras comenzaba a llorar sin parar, Camine llorando por algunos segundos hasta que me voltee para observarlo, Este estaba aún sentado sobre la moto mientras se fumaba un cigarrillo.
Camine rápidamente hacia el mientras me secaba las lágrimas.
-No puedo creer que hice eso.- Seguí observándole mientras buscaba un poco de comprensión de su parte, Pero él estaba aún allí fumándose el cigarrillo mientras aun tenia aquellos lentes oscuros.
-Carlos ¡le rompí el corazón a mi madre!- Subí un poco la voz mientras nuevamente comenzaba a llorar.
-Se recuperara Mariela.- Respondió sin muchas ganas. – Tu hermanita se encargara de que te olvide rápidamente, Con esos berrinches que normalmente arma no será tan difícil.-
-No digas eso de mi hermana.- Me calme nuevamente mientras recordaba la mala suerte que había tenido la pobre. –Su futuro esposo murió en batalla, Ella está muy deprimida en este momento.-
-Quizás perdiendo a un ser querido ella aprenda a ser una mejor persona.- Dijo sin demostrar siquiera alguna emoción.
Me quede allí parada observándole totalmente sorprendida, Sabia que no se llevaba nada bien con mi hermana, Pero el simple hecho de saber que su prometido había muerto poco tiempo antes de contraer matrimonio y el hecho de saber lo que se sentía el perder a alguien debió ablandarle un poco el corazón.
-Sinceramente no creo eso.- Camine para luego subirme en la motocicleta. –Pues ya veo que a algunos el hecho de perder a un ser querido los vuelve más fríos y sin corazón.- Finalice para luego escucharlo suspirar mientras tiraba su cigarrillo.
Durante el resto del camino no pude dejar de pensar en mi familia, y en la terrible reacción de papa al llegar y enterarse de mi escape, quizás no había sido el mejor momento para irme de casa debido a la terrible situación y tristeza del caso de mi hermana, Pero yo no tenía idea de lo sucedido antes de llegar allí.
Yo no había pensado en nada más que salir de allí cuando hice mi maleta frente a mi madre, Pero al estar lejos repetía esa escena en mi cabeza una y otra vez, agregándole desenlaces diferentes, quedándome y arrepintiéndome o abrazando a mi madre antes de irme, pensando un poco más las cosas antes de cruzar la puerta, yo no me arrepentía de estar con Carlos, Pero simplemente me preguntaba una y otra vez si había sido una buena decisión irme de esa manera.
El viaje de camino sinceramente no fue nada cómodo, estaba muy enojada con Carlos por su comentario y andar en una motocicleta por unas horas se había convertido en un real dolor de piernas.
Paramos en una cafetería de carretera, Esas que están en medio de la nada y de la cual no entiendes como sus trabajadores llegan y se van de allí sabiendo que el próximo pueblo está realmente lejos.
Entre con mi maleta en mano mientras Carlos me seguía totalmente callado, Sinceramente me estaba muriendo de hambre pues tanto ese viaje, como el estrés habían despertado mi apetito.
Estaba a un paso de ordenar mi hamburguesa mientras ignoraba a Carlos que no me di cuenta de que el poco a poco comenzó a acercar su mano hacia la mía para demostrarme un pequeño gesto de cariño.
-Lo siento mucho Mari.- Me observo serio mientras apretaba un poco mi mano. –Supongo que este asunto de la escapada y el hecho de no saber cómo nos ira con todo esto me estresa un poco, Aunque no lo parezca yo también estoy asustado.-
-No me arrepiento de estar aquí contigo Carlos, Sabes que siempre estaré contigo sin importar las circunstancias.- Sonreí correspondiendo a su disculpa.
-Hace algunos minutos mientras estacionaba la motocicleta se me ocurrió una idea, Pero no estoy seguro de que esta sea la manera correcta de comentártela.-
-Ya hablaste sobre ello.- Me levante de en donde estaba para sentarme a su lado. – Ahora debes contarme.-
-¿Estas segura?- Me observo sonriente.
-¡Dímelo ahora!- Lo abrase.
-Estaba pensando que aunque no conozco a tu padre lo suficiente, Sé que enviara a patrullas de policía a buscarte y eso podria traer problemas en nuestra idea de hacer una vida juntos, Así que ¿Porque no nos casamos? Sé que no es el momento indicado, Pero al estar casada ya tu padre no tendría ningún derecho sobre ti.-
-¿Cómo se supone que vamos a casarnos si no tenemos dinero para una boda?-
-Nos casamos en un juzgado, Últimamente a los jóvenes como nosotros se les permite casarse, Mari no somos los primeros que se fueron de casa.-
-¿Pero así?- Lo observe ofendida.
-¿Qué?-
-¿así me lo propondrás? Esperaba algo más romántico.-
-Sé que no es el mejor momento y tampoco es el lugar pero.. – se levantó lentamente de su asiento y se quedó allá parado observándome. –Pienso que lo que cuenta es la intención Mari Hermosa.
-¿y..?- dije sonriente mientras esperaba la acción
Se arrodillo lentamente mientras colocaba una de sus manos sobre mi pierna.
-No tengo dinero, Aun no tenemos hogar y somos jóvenes, Quizás no pueda darte ni la boda ni la proposición que te mereces cariño, Pero sé que en un futuro podre hacerlo, en este momento tenemos lo más importante Mari, Tenemos el amor. Así que ¿Quieres casarte?-