Salimos de la sala de cine comentando sobre la película, ambos estábamos abrazados mientras caminábamos directo hacia la motocicleta.
-Caminemos un poco más cariño.- Dije mientras comenzábamos a acercarnos hacia la moto.
-¿Pero a dónde quieres ir? Ya no hay más lugares interesantes por aquí.-
-No te preocupes. No importa si no son interesantes, solo me gustaría caminar un poco más.- Comencé a jalar un poco su brazo para intentar convencerlo.
-Ahh. Así que te estas vengando por todo el tiempo que no salimos ¿Verdad?- Comenzó a sonreír mientras me seguía.
-Puede ser.- Le di un pequeño beso en la mejilla.
-Tus besos en la mejilla me recuerdan a cuando te conocí.- Me abrazo nuevamente.
-¿Qué pensaste de mí cuando me conociste?-
-Que eras una chica ruda.- Comenzó a reír mientras yo me quedaba de pie junto a él totalmente incredula.
-¿Ruda? Pero si era totalmente aburrida Cariño-
-Aun eres aburrida.- Siguió riendo.
-No soy aburrida. Es que tú no me sacas y ser esposa no es nada fácil.-
-Lo se.- Suspiro mientras tomaba una de mis manos. –Ser esposo tampoco es nada fácil para mí, trabajar, intentar estudiar, mantener el hogar y hacerte feliz no es algo a lo que normalmente este acostumbrado.-
Caminamos nuevamente hacia la entrada del cine.
-Yo estaba acostumbrado a estar en casa, ir en mi motocicleta a fiestas, estar con Erick - Su expresión cambio a una seria. –Este cambio tan repentino en nuestras vidas no ha sido fácil para mí tampoco Mariela.-
No quería llegar al tema de nuestra situación, ver la expresión de Carlos cambiar de feliz a triste en menos de 5 minutos, me hiso entrar nuevamente en nuestra realidad.
-Carlos.- Me acerque hacia él y tome su rostro. –Cariño te amo y soy feliz, no me importa vivir en un pequeño cuarto ni que no salgamos tanto como antes, el simple hecho de verte llegar todas las noches y saber que vas a dormir a mi lado y estarás allí conmigo me hace feliz.- Sonreí un poco mientras veía como sus lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.
-¿Enserio te hago feliz?-
-Claro que si cariño.- Suspire un poco mientras tomaba su mano para colocarla en mi vientre. –Nos haces muy feliz a ambos.-
El me observo confundido por unos segundos mientras intentaba entender a qué era lo que me estaba refiriendo.
-¿Estas...
-Lo estoy.- Comencé a sonreír y rápidamente lo abrase.
Al principio me dio un poco de miedo que Carlos reaccionara más a la noticia del embarazo, pero cuando sentí sus brazos rodear mi cuerpo y luego alzarme poco a poco, me di cuenta de que la noticia le había hecho realmente feliz.