Se hicieron las 3 de la tarde y aun caminaba por toda la habitación intentando dormir a la pequeña Anna. No paraba de llorar y me preocupaba que su llanto molestara a los otros vecinos de las habitaciones.
Además de eso me preocupaba por supuesto que lo hiciera sin parar, para mi era muy difícil porque no podía entender que era lo que realmente ella quería, ya la habia cambiado, alimentado y sacado sus gases. no entendía porque seguía llorando de esa manera.
Estaba aun caminando de un lado a otro intentando tranquilizarla, cuando repentinamente escuche que tocaron la puerta.
Toc, Toc. Comencé a ponerme muy nerviosa pensando en que podría ser el dueño del alquiler, quien venia a quejarse de parte de los otros vecinos por el llanto de mi pequeña. Sabia que si eso llegaba a suceder y nos pedían que nos fuéramos, tendría graves problemas con Carlos debido a que por ahora no teníamos el dinero suficiente para organizar mudarnos, ya habían demasiados gastos con la pequeña recién nacida en casa.
- ¡Un momento!- Dije mientras caminaba lentamente hacia la puerta. para recibir a quien quiera que fuera.
Comencé a abrirla lentamente aun con la bebe en los brazos y a asomarme para mirar de quien se trataba.
-¡Mi niña!- Observe a mi amiga y vecina quien sostenía una pequeña cesta llena de fruta
-¡Hola!- Respondí contenta mientras terminaba de abrir la puerta.
-¡Oww por Dios, pero miren a esa pequeñita tan hermosa!- Dijo mientras sonreía en el momento en el cual vio a la bebe en mis brazos. yo también sonreí por sus palabras y reacción.
-¡Es tan pequeñita!- Señalo mientras aun la observaba - Y parece estar molesta-
-No para de llorar- Me sentía ya bastante preocupada por la situación - No se que es lo que tiene, siento que los otros vecinos podrían molestarse.-
-Ohh.. !Los otros vecinos pueden irse a la porra!- Señalo molesta mientras entraba a la habitación -¿Tu esposo llegara pronto querida?
-Creo que en unas dos horas- Respondí mientras La ayudaba a un poco a cargar la cesta ( Era una persona mayor y le costaba un poco).
-Te traje este regalo para tu hermosa bebe - Soltó la cesta encima de la mesa y estiro los brazos. -¿Quieres que te ayude a calmarla querida?-
-Por supuesto que si- Sonreí mientras se le entregaba con mucho cuidado aunque sabia que ella tenia mas experiencia en bebes que yo.
- ¿Ohh pequeñita porque lloras?- Comenzó a acariciarla para intentar también que se calmara.
-Ha estado así desde hace algunas horas, no se que tiene, le di su biberón y la cambie pero..
-¿Biberón?- Me observo sorprendida. -Pero Mariela, es una bebe muy pequeñita, deberías alimentarla tu misma cariño-
-Lo he intentado, pero no quiere tomar mi seno, no entiendo porque..-
- Que extraño querida.. -
-Además me ha dado un poco de miedo seguirlo intentando debido a que me siento un poco mal por la sutura, creo que hasta tengo un poco de fiebre.-
-A ver..- Se acerco hacia mi y coloco su otra mano en mi frente. -!Querida estas ardiendo en fiebre!-
-No me he sentido nada bien desde ayer, pero supongo que es por las secuelas del parto.-
-No querida, eso no es normal. debes decirle a tu esposo que te lleve al hospital-
-No lo creo, sabes como es el. -Me senté poco a poco en el comedor mientras seguía observándola mecer a Anna.
-No me parece correcto lo que están haciendo querida, tu estas enferma y no puedes darle pecho a la bebe y al parecer ese biberón que le estas dando no le cae muy bien. tienen que ir al hospital y solucionar esto querida, prométeme que hablaras con el-
-Pero..- La verdad sentía un poco de miedo por la manera en como el podría reaccionar debido a que ahora casi siempre estaba de muy mal humor.
-Hazlo o te prometo que cuando salga el de aquí a trabajar te obligare a ir al hospital conmigo y sabes que puedes tardas horas allí, si el llega a casa y no te ve puede molestarse mas.-
Me quede en silencio observando hacia el suelo intentando comprender porque estaba comenzando a sentir terror por el simple hecho de que el llegara y no me viera en casa por estar en el hospital, sentía miedo y tristeza de mi misma por sentirme de esa manera pues sabia que eso no era lo correcto en un matrimonio. Pero antes de arriesgarme a tener alguna especie de problema con el por el hecho de mentirle. preferí aceptar el decirle lo que estaba sucediendo y así poder acudir al medico juntos.
-Esta bien lo prometo- Dije seria mientras no podía evitar pensar en su reacción.
Ella se acerco hacia mi y me observo dulcemente mientras aun sonreía-Cariño es por tu bien y también el de la bebe, no creo que se moleste por algo tan importante como lo que representa la salud de las personas mas importantes de su vida-
Lo pensé mucho mejor luego de sus palabras y decidí dejar las preocupaciones a un lado -Tienes razón.- Le regrese la sonrisa
-Mira quien se ha calmado ya- La pequeña Anna ya se habia cansado de tanto andar llorando y habia decidido tomar una cómoda y deliciosa siesta en los brazos de mi amiga.
Suspire con alegría mientras mis por fin mis oídos lograban descansar del largo y ruidoso concierto que habia hecho mi hija. Decidimos pasar el resto de la tarde sentadas conversando sobre el proceso de traer a una bebe al mundo, para mi no habia sido nada fácil traer a Anna al mundo, sobre todo porque en aquella sala me encontraba asustada y sola ya que Carlos se habia dignado a aparecer tarde.
Al finalizar nuestra conversación y antes de volver hacia su habitación, mi amiga me permitió una hoja y una pluma para poder comunicarme con mi hermana, necesitaba contarle muchas cosas sobre Anna, sabia que Mara estaba desesperada por recibir estar carta, pues la ultima vez que le habia escrito le contaba sobre lo difícil que era para mi caminar debido a que se me hinchaban demasiado los pies y lo nerviosa que me sentía por el momento de tener que "Pujar".