Mariela

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Luego de que Carlos salió de la habitación directo hacia su trabajo, me quede bastante decepcionada, realmente pensaba que se tomaría la molestia de llevarme al hospital.

Tenia mucha fiebre y dolor, estaba nuevamente sola en la habitación y ahora debia esperar hasta el anochecer a que el llegara y me diera alguna pastilla para ayudarme a mejorar.

Cuando escuche a Anna llorar desde su cuna hice todo lo posible por levantarme para poder tomarla en brazos y atenderla, pero cuando intente hacerlo sentí una presión terrible en la parte baja de mi ingle.

-Ahh..- Comencé a quejarme mientras poco a poco daba pasos para ir hacia en donde estaba mi bebe. -Ya voy pequeña- Le indique debido a que estaba llorando desesperadamente.

Sentía mucho miedo de que el dolor llegara a ser tan fuerte que ni siquiera me permitiera caminar o dejarme hacer mis quehaceres normalmente, Anna necesitaba se alimentada y cambiada, además de que a Carlos no le gustaba una casa sucia.

Luego de tomarla en mis brazos, camine lentamente hacia la cocina para buscar el biberón que le había dejado preparado en la nevera y así dárselo. No la razón de sentirme así, me parecía muy extraño que cuando había salido del hospital de tener a la bebe me sentía mucho mejor de lo que estaba en estos momentos.

Me senté como pude en la cama y comencé a darle el biberón, sentía como la fiebre y el malestar se habían apoderado de todo mi cuerpo y puedo decir con toda certeza que fue la primera vez que me di cuenta de que ya era un madre de verdad, debido a que en otro momento en el cual hubiese estado sola me quedaría en cama sin importarme nada hasta sentirme mucho mejor, pero ahora la historia era diferente porque había una pequeña persona necesitando de mi para todo y no podía dejarla desamparada. Mientras le daba de comer , la bebe me observaba fijamente, yo también lo hacia a pesar de sentirme terrible físicamente, mi corazón estaba feliz por esa hermosa conexión que estábamos teniendo en ese momento.

Ella era aun muy pequeña, así que luego de comer y de que le sacara sus gases, se dedicaba a dormir, la regrese a la cuna para que descansara y luego me fui directamente a buscar una escoba para comenzar a limpiar la habitación, a pesar del terrible dolor y la fiebre ya habían pasado varios días en los cuales no había podido hacer nada y la verdad estaba tan aburrida y tan sola que pensaba en que eso podría ayudarme a distraerme.

Comencé a barrer la sala poco a poco mientras el dolor seguía y seguía, sentía como el corazón poco a poco comenzaba a acelerarse debido al gran esfuerzo que estaba haciendo en ese momento, pero necesitaba mantenerme tranquila y distraída hasta la hora en la que llegara Carlos con las medicinas y tampoco quería molestar a mi vecina, pues me daba vergüenza se enterara de que mi esposo había sido incapaz de llevare al hospital cuando me sentía tan mal.

Mientras seguía limpiando, comencé a recordar mi hermosa infancia. Cuando Mara y yo solíamos enfermar mi padre estaba siempre en casa con nosotras, faltaba a su consultorio nada mas para quedarse cuidando de sus pequeñas durante todo el día, Mientras el se encargaba de estar atento a todo lo que nos sucediera, mama nos preparaba una deliciosa sopa la cual luego nos subía hasta nuestra habitación.. Como extrañaba su deliciosa comida.. Ahora ya era una adulta y me tocaba hacer las cosas por mi misma. Los ojos se me comenzaron a llenar de lagrimas al recordar los hermosos momentos compartidos junto a mi familia, ahora estaba aquí sola y sin ellos luchando por enfrentar la vida.. ojala la infancia fuera eterna o existiera algún tipo de maquina del tiempo para poder regresar y revivir aquellos episodios maravillosos que al crecer nos damos cuenta de que ya no volverán..

Decidí aguantar mis lagrima y seguir en lo mío para así tener tiempo de bañarme antes de que Anna despertara de nuevo. Repentinamente comencé a sentir como los escalofríos regresaban para atacarme, se sentía terrible.

-Dios mío.. ¿Qué tengo?- Preguntaba preocupada mientras me quedaba parada en un solo lugar por miedo a sufrir algún tipo de desmayo debido a que el dolor junto con la fiebre se intensificaban cada vez más.

Solté mi herramienta de limpieza y lentamente comencé a caminar hacia la cama mientras tenia una mano en mi vientre y la otra apoyada sobre la pared debido a que casi no podía ya mantenerme en pie. luego de acostarme comencé a respirar fuertemente ya que el dolor estaba comenzando a ser bastante insoportable, al punto de que ni siquiera me dejaba ir al baño tranquila, no podía dejar de sentir ganas de orinar aunque ya hubiese intentando ir varias veces, junto con eso el dolor y ardor se hacían bastante insoportable.

Junto a mi mesa de noche había un pañuelo adentro de un envase con agua que la noche anterior coloque allí para combatir la fiebre. Lo tome, exprimí y coloque en mi frente buscando me ayudara. Decidí cerrar los ojos solo por un momento para poder descansar, quizás si dormía solo un poco se me pasaría todo esto que tenía al menos hasta que llegara Carlos a casa y me diera algún tipo de medicina para ayudarme a aliviar.

Pensé haberme quedado dormida por bastante tiempo, pero cuando abrí los ojos todo seguía en silencio, lo que indicaba que Anna aún no había despertado, Comencé a intentar levantarme pero luego pude darme cuenta de que era imposible, sentía que estaba totalmente inmóvil, ni siquiera podía mover mis brazos.

¿Qué sucede?- Dije entre mis pensamientos.

Repentinamente comencé a ver a dos niñas vestidas de bailarina caminar por la habitación, sus tutus eran de color blanco, saltaban por toda la habitación mientras reían sin parar.

-¿Qué es esto?- Nuevamente pregunte mientras intentaba moverme, estaba asustada ¿Qué hacían esas niñas en mi habitación? ¿Por qué no podía moverme?. Necesitaba pararme de aquella cama para poder tomar a mi hija en brazos y salir corriendo de ese extraño escenario.



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En el texto hay: maltratomujer, amor

Editado: 06.01.2023

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