Mariela...
Mariela, querida despierta...
-¿Eh?- En un abrir y cerrar de ojos apareci en una habitación totalmente blanca y todas las visiones que había tenido sobre aquellas pequeñas niñas y mi madre habían desaparecido.
-¿En donde estoy? - Pregunte mientras comenzaba a asustarme por estar en un lugar desconocido y no saber si había dejado a la bebe sola en la habitacion o estaba en otra parte.
-Querida.. - Escuche la voz de mi amiga quien lentamente caminaba hacia en donde estaba acostada.
-¿En donde esta mi bebe? - Pregunte inmediatamente mientras me daba cuenta de que ya podía mover mi cuerpo.
No entendía absolutamente nada, ¿Que habia sucedido? ¿Porque me sentía tan extraña?. ¿Acaso estaba delirando?
- Ella está aquí Mari- señaló hacia el suelo en donde estaba una cesta de color rosa con la bebe adentro.
Sonreí un poco al darme cuenta de que ella estaba bien y que además se veía muy hermosa allí en donde estaba metida.
- Estuve haciendo esto para la pequeña Anna durante varios meses- indicó mi amiga mientras sonreía - Quería mostrartelo cuando fueras a visitarme, pero los hechos me obligaron a colocarla allí para traerla conmigo en la ambulancia al hospital -
-¿ambulancia?- la observe bastante confundida. - no entiendo.¿ Porque estamos aquí? -
-Querida la fiebre se te subió y comenzaste a delirar-
" Por eso nos veía a mi hermana y a mi bailando por la habitación cuando eramos pequeñas, y escuchaba la voz de mi madre, cuando obviamente ella no estaba allí"
-Dios mio... Me sentía tan mal- coloque mi mano en mi vientre mientras recordaba el terrible dolor - Me molestaba mucho alli abajo- dije apenada
- No te preocupes querida, los doctores ya te atendieron, por eso tienes ese pequeño cable conectado a tu mano, te están pasando antibióticos para que te sientas mejor-
-Ohh- observe mi mano sorprendida debido a que no entendía como me habían colocando una ajuga sin que yo me diera cuenta (Les tenia terror)
-Debo avisarle a Carlos - dije preocupada por la hora, probablemente ya era tarde y el ya había llegado a casa.
-No te preocupes niña, los vecinos se encargarán de avisarles, no encontrábamos la manera de contactar con el, pero conseguí el número de tus padres para llamarles-
-¿¡Mis padres!?- me altere cuando escuché aquellas palabras.
-Si querida - Respondió apenada - Disculpame pero la última vez que vi como el patan de tu esposo te lastimo, decidí escribirle a tu hermana para..
-¡No puede ser!- le interrumpi - ¿Mi hermana se entero? -
-No..no.. Calmate mi niña- intento tranquilizarme para aclarar las cosas (Ya yo esyaba temblando de los nervios) - Solo le escribí pidiéndole su número telefónico para cualquier emergencia que se presentará. Era mejor ser precavidas querida-
Me sentía bastante irritada por el hecho de que mi familia se llegara a enterar de lo qué había ocurrido con Carlos. Pero no podía evitar la curiosidad de querer saber si aquella llamar había obtenido respuesta.
-¿Ellos respondieron?- pregunté nerviosa. Sentía miedo de que mi padre o mi madre hubiesen reaccionado de una manera grosera debido a la gran decepción que sentían por mi culpa.
Dentro de mi sabía que ellos no querían tener nada que ver conmigo luego del mal que les había hecho al irme de esa manera tan grosera y avergonzarlos delante de todo el pueblo.
- Si querida. Respondió tu madre - me observó sería mientras tomaba una silla para sentarse a mi lado.
- Con cuidado.. - le indique ya que ella era bastante mayor y le costaba un poco cargar cosas.
Sentía el estómago revuelto al haber escuchado de su parte que mi madre había respondido a aquella llamada, no quería escucharla decirme que ella me había rechazado o no había querido saber absolutamente nada sobre mi.
-Le comenté a tu madre que estabas enferma y que serias trasladada al hospital, también le informe que la niña estaba bien y quedaría en buenas manos-
¿Será que mi hermana les había confesado lo de mi bebe o eso seria una nueva sorpresa para ellos durante aquella llamada? Porque conociendo lo exagerada que era mi madre probablemente había sufrido un infarto en plena conversación por tan sorprendente noticia.
-¿Mamá dijo algo luego de eso? -
-Ella preguntó a qué hospital serias traladada y luego sólo dijo un "Gracias, buenas tardes" sin nisiquiera preguntame que era exactamente lo que te había ocurrido, eso me sorprendió bastante querida-
-A mi no mucho.. -respondí decepcionada y con la mirada baja, era obvio que mis padre no iban a interesarse en la hija que los había lastimando tanto.
-"MARIELA"- interrumpiendo nuestra conversación se comenzaron a escuchar gritos de una voz masculina desde la parte de afuera de la habitación, se trataba de un escándalo.
"¿Como que no puedo pasar?"
"¡¡ Maldita sea es mi esposa!! "
- Carlos.. - volví observar a mi amiga quien se veía algo nerviosa pero al mismo tiempo intentaba mantener la Calma. - viene para acá.. - me daba un poco de miedo el pensar que el buscada la manera de tratar mal a la única amistad que tenia en aquel momento. Se escuchaba bastante molesto.
- Mariela.. - lo escuché decir cuando abría la puerta rápidamente. Tenía su uniforme aún puesto y se veía algo sudado, parecía que había estado corriendo.
- Carlos..- Dije con un pequeño hilo de voz mientras temia alguna de sus reacciones repentinas y groseras.
- Ho.. Hola soy Carlos - Se presento nervioso mientras estiraba su mano para saludar a la persona que se encontraba en la habitación conmigo.
- Hola Carlos... - Le correspondio mientras lo observaba seriamente (Por supuesto que no lo quería luego de los golpes y falta de consideración hacia mi).
-¿Que ocurrió Mari? - Se acerco hacia en donde estaba para tomar mi mano - Llegue a casa y encontré un papel en donde decía que estabas aquí - Comenzo a tocar mi rostro varias veces - ¿Estas bien? ¿Fue la fiebre? - Se veía bastante preocupado ( Imagino que se sentía culpable por no haberme hecho caso cuando le indique que necesitaba un médico).