Alli estaba el de pie junto a la puerta. Vestía de traje y tenía su sombrero favorito, se veía bastante serio.
Temia por la vida de Carlos y pude darme cuenta de que el también debido a que comenzó a temblar un poco.
Esperaba con todas mis fuerzas que aquella advertencia que siempre nos hacia a mi hermana y a mi de que si algún día algún novio o esposo de nosotras hacía algo en lo que el no estuviese de acuerdo, sacaría su escopeta y la dispararia sin ningún tipo de piedad.
- Hija..- le escuche decir mientras se acercaba hacia la camilla. - Por Dios Mariela.. - increíblemente comenzó a llorar (lo cual para mi era totalmente nuevo, mi padre no era de demostrar sus sentimientos de esa manera, menos delante de personas desconocidas a su alrededor). Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi estiró sus brazos para demostrarme que quería regalarme una gran muestra de lo mucho que me había extrañado y se había preocupado.
Cubrí mi boca con una mano mientras comenzaba a llorar . Había pensado que mi padre durante todo este tiempo solo se había dedicado a odiarme y a buscar la maneda de olvidar que había traído al mundo a una tan desagradecida.
Cuando terminó de acercarse ambos quedamos sumidos en un hermoso y fuerte abrazo. Había pasado tanto tiempo desde que no sentia esa enorme paz y tranquilidad, ahora me sentía protegida y con el alma llena nuevamente.
-Perdoname papá - decía una y otra vez mientras reconocia el grave error que había cometido. Nunca debí dejarme llevar por los pensamientos de una niña inmadura que no analizó las cosas bien antes de irse y dejar atrás a su familia y a todo lo que alguna vez le había hecho Feliz.
El seguia abrazandome fuertemente mientras ambos llorabamos juntos. Esta había sido la sorpresa más hermosa que me regalaba la vida luego de mi hija. Otra oportunidad para poder estar con los míos.
Nos separamos poco a poco y el tomó mis manos Mientras me observaba fijamente.
-Estaba muy preocupado por ti Mariela, tomé el primer avión, necesitaba llegar lo más rápido posible. Hable con un colega del hospital y dijo que se trató de una infección fuerte que se originó después del parto, pero que el tratamiento que se te está colocando te ayudará, es bastante fuerte y por eso te sientes algo débil-
Seguía sin poder creer que mi doctor favorito estuviese allí en frente de mi dándome un diagnóstico, parecía un sueño el tener a mi padre allí nuevamente, la emoción era tanta que antes de que se Alejara lo suficiente me atreví a abrazarlo de nuevo. ( ya para ese momento ni siquiera me importaba que Carlos estuviese molesto o no)
Nuevamente tocaron la puerta y pensé que esa mi amiga, así que deje de abrazar a mi padre para indicarle que pasara.
Al abrirse la puerta me di nuevamente con una gran sorpresa, mi felicidad ahora estaba totalmente completa pues eran mi madre y hermana quienes habían entrado en la habitación.
-!OH DIOS MIO! - dijimos Mara y yo en unísono. Ella corrió hacia mi cama y comenzó a abrazarme fuertemente.
-Pequeña oveja descarriada te extrañe mucho-
-!Yo también te extrañe hermana! -lloraba mientras veía a mi madre quien observaban a Carlos con una inmensa rabia, creo que si el dicho de "si las miradas mataran" fuera real, el ya no estaría en estos momentos con nosotros.
La mirada de mi madre fue tan incomoda que luego de unos cuantos minutos mientra yo aún hablába con mi hermana y padre, el se salio de la habitación rápidamente, lo cual me dio un poco de tristeza.
A pesar de que mi madre era bastante sumiza en cuanto a mi padre, con mi hermana y conmigo siempre había sido bastante estricta. Mamá era muy fuerte tenía un carácter que daba miedo. Debo aceptar que cuando me di cuenta de como estaba mirando a Carlos nuevamente comencé a ponerme muy nerviosa.
-Mara por favor...- le dijo seriamente a mi hermana quien estaba riendo fuertemente debido a que se había dado cuenta de la acción de Carlos. - Así no se comporta una señorita y lo sabes, comportarte ya -
Inmediatamente dejó de reír y se alejo un poco de la cama - Si, lo siento madre -
-Mariela.. - Dijo ella seriamente mientras se acercaba hacia la cama.
Aqui viene mi regaño...
- ¿Acaso sabes el daño que nos has hecho como familia?. ¿Como pudiste irte de esa manera? -
Yo solo la observaba en silencio, no era capaz nisiquiera de contestarle, sabía que ya le había causado Suficiente dolores de cabeza.
-Eso que nos hiciste a mi y a tu padre fue el dolor y la decepción más grande que hemos tenido que vivir por tu culpa -
Repentinamente el sermón de mi madre fue interrumpido por un pequeño llanto. La pequeña Anna se había despertado.
-¿Que es eso?-Preguntó Mara mientras buscaba de donde venía aquel ruido.
Esperaba de todo corazón que mis padres ya se hubiesen enterado sobre la existencia de la bebe porque si no era así.. El regaño sería mucho peor.
Mi madre observó hacia el suelo y observó a la pequeña bebita allí moviéndose mientras lloraba.
-Oh Dios mío..- dijo mientras se agachaba para tomar a la niña en brazos - ¿Que es esta hermosura? - dijo con una voz muy dulce lo cual me sorprendió.
-! Es la pequeña bebíta! - Mara comenzó a aplaudir mientras también se acercaba para mirarla.
-¿cuál es su nombre? - me preguntó mi padre.
- Se llama Anna- respondi con una gran sonrisa en el rostro. Me sentía muy contenta de que la recibieran con mucho amor.
- Que suerte que solo se parece a ti y no al.
Tonto -
-¡Mariela! - la reto mi padre - Por favor.. -
- Lo siento señor- respondió avergonzada.
El resto de la noche estuvimos allí en la habitación compartiendo y conversando, por suerte no me preguntaron nada sobre mi vida de pareja con Carlos o otro tipo de preguntas incómodas, era como si el tema de toda la tristeza que había ocasionado en el paso desapareció en el momento en el que Anna apareció, pues de lo único que hablábamos era de la pequeñita quien dormida tranquilamente sobre el regaso de su abuela.
Mi madre estaba totalmente Encantada con la niña.