66

Todos nos quedamos en silencio debido a la actitud de mi madre, la verdad se me había olvidado el hecho de que aunque Carlos había hecho las paces con mi padre todavía existía una persona que estaba molesta con él y esa persona de carácter fuerte y capaz de sacar las garras como una gata por sus hijas era mi madre.

-Mariela ¿Me podrías explicar qué clase de sitio es este?- Entro con la bebe en brazos e ignorando totalmente a Carlos

-¿Cómo te saliste de nuestra casa en donde vivías como una princesa? Para vivir en este .. Este .. Cuarto – Seguía reclamando mientras todos la observábamos en silencio.

-Señora por favor..- Carlos interrumpió el silencio intentando hablar con ella.

-Te llevaste a mi hija de mi casa y secuestrada ¿para traerla a esto?-

-Por favor cálmate- Interrumpió mi padre mientras caminaba hacia ella para intentar calmarla.

-No. Es que no lo puedo creer- Seguía viéndose bastante enojada - ¿Mariela para esto te fuiste de casa? ¿Aquí vivirá mi nieta? –

-Madre por favor..- Me levante poco a poco de la cama para también acercarme, me sentía bastante molesta y triste por sus comentarios y su actitud, lo único que necesitaba era que me entregara a mi pequeña y luego si quería se fuera del lugar.

-¡No!- movió a la niña hacia un lado para evitar que la tomara – ¡Ahora si me van a escuchar ustedes 2!

-¡No pienso permitir este tipo de comportamientos de tu parte!- Le reclamo fuertemente mi padre para intentar hacerla callar.

-¿Ahora estas del lado de estos niños?- Estaba ofendida con el – ¿Acaso no estas mirando en donde viven? Fueron totalmente inmaduros al irse de esa manera sin ni siquiera pensar en donde iban a estar, este cuartucho no es un hogar. Mariela no puedo creer que soportes este tipo de vida, yo no te crie para esto, te crie para ser una dama y para que tuvieras un buen esposo-

La actitud de mi madre me estaba molestando demasiado, estaba haciéndome sentir a mi como si fuera una tonta que no sabía lo que quería y a Carlos como una personas incapaz de lograr metas y de hacerme feliz.

Yo confiaba plenamente en la capacidad de mi esposo para lograr cosas, sabía que por el momento él estaba atascado debido a la gran depresión que sentía por sus problemas familiares, pero eso no quería decir que sus ganas de surgir y convertirse en una persona exitosa habían muertos, yo sabía que pronto despegaría y lograría todas sus metas y sueños, era una persona muy capaz y además de eso inteligente. Así que las opiniones de mi madre sobre el lugar en donde estábamos viviendo por ahora no me importaban en lo absoluto, pero si su actitud grosera en el momento.

-Tú crees que es muy normal lo que hiciste niña, crees que la vida es color de rosa que te fuiste y todo siguió como si nada ¿Qué hay de las humillaciones y la habladuría de nuestra comunidad? ¿Sabes cómo quedamos ante nuestras amistades? Tu padre y yo quedamos como la mayor vergüenza del lugar, todos dicen que no sabemos cómo criar a nuestras hijas y nos tocó hacer lo posible por seguir a delante a pesar de todo. Y ¡Tu!- Se volteo hacia Carlos - ¿Quién te crees que eres para arruinar a mi familia?- Camino hacia el rápidamente aun con la bebe en brazos e inmediatamente mi padre y yo la seguimos, yo para tomar a la bebe y el para detenerla.

Carlos se veía bastante molesto pero al mismo tiempo avergonzado con mi madre, solo la miraba en silencio

-No tienes padres, no tienes nada, nunca has tenido nada importante en esta vida y se te ocurrió engatusar a mi pobre Mariela, una niña de su casa, de buena familia, viendo que era lo que le podías sacar ¿Verdad?. ¡ Eres un maldito huérfano! Solo.. Arruinaste su vida y nos la arruinaste a sus padres también...

-¡Ya basta!- Mi padre la tomo por el brazo mientras yo aprovechaba el momento de tomar a mi hija. –¡Se acabó tanta tontería!- le gritaba a mi madre mientras la jalaba del por el brazo hacia afuera de la habitación.

-¡No puedo creer que te parezca una tontería!- Seguía diciendo enojada mientras mi padre cerraba la puerta.

Me quede con la bebe en brazos mientras aun observaba a Carlos en silencio, estaba allí de pie con lágrimas en sus ojos y observando hacia el suelo mientras formaba puños con sus manos.

-Carlos...- Intente acercarme hacia el para consolarlo pero luego de pronunciar su nombre el camino rápidamente hacia el baño y luego de entrar cerró la puerta de un golpe.

Me quede allí de pie con la bebe en brazos mientras las lágrimas comenzaban a salir.

-Mariela..- Escuche la voz de mi hermana mientras se acercaba hacia nosotras para tomar a la bebe en brazos y luego abrazarme.

- aún sigue muy dolida por lo que paso. No te preocupes ya se le pasara-

Me sentía muy mal por la manera en la que mi madre le había hablado a Carlos, creo que el hecho de que le dijera huérfano y le recordara que lamentablemente no tenía a nadie lo había hecho sentir mucho peor. La verdad pensé que las cosas irían mucho mejor ahora, pero ella no estaba dispuesta a perdonarlo por lo que había sucedido y eso me causaba un dolor enorme en el alma. Necesitaba a mi familia unida, no peleando de esa manera.

Quería salir corriendo a tocarle la puerta a Carlos para intentar consolarlo, pero sabía que no me abriría debido a que era muy cerrado en cuanto a sus sentimientos, él estaba muy triste y quizás al mismo tiempo muy molesto por la discusión con mi madre. Así que me quede allí sentada llorando mientras mi hermana paseaba a la bebe en brazos por toda la habitación haciendo lo posible porque se quedara dormida.

Luego de media hora en la cual todo seguía igual, mis padres afuera y el encerrado, escuche como se abrió la puerta del baño.

-Carlos.. – Me voltee hacia el y me levante de la cama para ir a conversar con el pero este solo camino hacia la mesa y tomo su chaqueta.

-¿A dónde vas?- Pregunte mientras caminaba detrás de él haciendo lo posible porque me prestara un poco de atención. - ¡Carlos!- Volví a decir cuando lo vi salir por la puerta principal y cerrarla de un solo golpe.