Una mañana estaba en casa terminando de coser unas cortinas para la señora Maura, una vecina de la habitación de al lado mientras Anna jugaba en un pequeño corral de madera que Carlos le había construido.
Sentía mucha tranquilidad para aquel momento, la relación con Carlos iba en realidad de muy buena manera y no parecía que nada sería capaz de interponerse en la hermosa convivencia que ahora estábamos llevando.
Escuche que tocaron la puerta un poco e indique que esperaran un momento mientras terminaba de acomodar la máquina, me pareció un poco extraño que la señora Maura llegara antes de la hora en la que habíamos quedado. Pero algunos clientes la mayoría del tiempo casi siempre estaban apurados. Así que abrí la puerta con la cortina en mano totalmente lista para entregársela. Pero mi sonrisa en realidad cambio cuando me di cuenta de que se trataba de una mujer bastante joven, con cabello negro y en realidad demasiado maquillada para mi gusto.
-¿Si?- Dije confundida mientras seguía observándola, tenía demasiada sombra de color azul en sus ojos para la hora del día en el que estábamos.
-Quiero saber si aquí vive Carlos- Respondió ella sin ni siquiera mirarme, solo intentaba mirar hacia los adentros de la habitación.
-Si aquí vive- Seguía confundida por toda la situación. ¿Quién era esta señorita?
-¿Puedo pasar?- Pregunto un poco alterada a lo cual ni siquiera me dejo responder, pues paso por mi lado prácticamente empujándome para ingresar.
-¿Qué desea?- Volví a preguntar mientras me volteaba para caminar detrás de ella.
Ella seguía observando hacia los alrededores como si estuviese en la búsqueda de algo que hubiese perdido. Cuando repentinamente me di cuenta de que comenzó a caminar directamente hacia en donde se encontraba mi bebe. Fue cuando decidí ser mucho más rápida y prácticamente correr para interponerme entre ella y mi pequeña
-¿Qué es lo que quiere?- Pregunte esta vez seria mientras tenía la respiración acelerada.
-¿Esa es la hija de Carlos?- Se veía esta vez bastante enojada.
-¡Sí!- Respondí rápidamente subiendo un poco la voz - ¿Qué quiere?-
-¡Ja!- Pude darme cuenta como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas – Quería verla con mis propios ojos…Necesitaba saber si era verdad..-
Seguía observándola mientras poco a poco levantaba a mí en brazos. Su reaccione estaba comenzando a parecerme bastante extraña y sospechosa, pero la verdad mi enamorado corazón no quería ni siquiera pensar de que se tratara de una traición.
-¡Ni siquiera se parece a el!-
-¿Qué es lo que quieres?- Comencé a perder la paciencia mientras me acercaba hacia ella –¿Quién eres?-
-¿Quién soy?- Respondió con una pequeña sonrisa fingida – Pregúntale a tu amado Carlos quien soy, pregúntale Quien es Jessica- La vi cómo se acomodaba su pequeño bolso sobre el hombro y me daba la espalda para caminar rápidamente hacia la salida.
Me quede allí de pie en total silencio por unos segundos mientras intentaba calmar a mi hija quien había comenzando a llorar. Todavía no asimilaba que era lo que había acabado de pasar.
En mi personalidad no estaba el ser una persona impulsiva. No iba a armar ningún tipo de escándalo o reventar a llorar hasta que recibiera la explicación que estaba esperando. Me mantuve durante el resto del día muy pensativa por supuesto, analizando ciertos comportamientos extraños que había tenido Carlos aquí en casa ya que casi la mayoría del tiempo se encontraba distraído y algunas veces llegara algo tarde a casa con la excusa de que se la pasaba estudiando hasta muy tarde. Pero otra parte de mi alma me indicaba que siguiera manteniendo la calma hasta recibir alguna respuesta de su parte.
Cuando llego la noche me mantuve alerta sentada observando hacia la ventana esperando su llegada y cuando lo vi estacionarse en su motocicleta justo en frente me di cuenta de que necesitaba respirar profundo para ser valiente y enfrentarlo. Si se trataba de una aventura necesitaba saberlo.
Espere por unos minutos hasta que finalmente entro por la puerta con su chaqueta acomodada en uno de sus hombros. Se veía tranquilo y relajado al parecer no se había enterado sobre la visita inesperada que habíamos tenido en casa.
¿Por qué estas a oscuras querida?-Pregunto con una pequeña risa mientras encendía la luz.
Yo me acerque con los brazos cruzados mientras lo observaba fijamente. La verdad ni siquiera sabía por dónde comenzar.
-¿Estas bien?- Pregunto para luego buscar darme un beso en los labios pero inmediatamente lo esquive para que lo depositara en mi mejilla.
-¿Eh?- Se alejó un poco mientras se veía confundido -¿Qué te sucede mujer?-
-Carlos..- Dije seriamente mientras hacia todo lo posible por mantener la mirada fija – Hoy recibí una visita bastante inesperada de una mujer-
-¿Una mujer?-
-Si. Una mujer alta y de cabello negro, bastante extravagante en realidad. Al parecer te conocía-
-¿ A m?- Su expresión de confusión no había cambiado a diferencia de que ahora se veía un poco nervioso – No conozco a ninguna mujer con esas características-
-Ella me aseguro que te conocía muy bien- Me cruce de brazos – Su nombre es Jessica-
-¿Jessica?- No podía ocultar su innegable transpiración.
-Jessica. Carlos- Comencé a caminar hacia el - ¿Quieres saber que es lo más indignante? Vino a ver a tu hija, para ver si realmente se parecía a ti. ¿Puedes explicármelo?-
-No entiendo de que hablas..
-Mira Carlos. No soy ninguna estúpida, nadie va a venir para acá a ver a nuestra hija y a decirme que te conozco y le pregunte por ti cuando no es nadie. Vi su rostro, estaba enojada y furiosa contigo. ¡Quiero que me digas ahora mismo quien es ella!!-
-¡Te dije que no es nadie!- Respondió enojado y subiendo la voz.
-¿Quién es Jessica?- Volví a preguntar enfrentándolo - ¿Quién demonios es esa mujerzuela Carlos?- Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas - ¡Dime la verdad! ¿Me estas engañando con esa mujer?-