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-¡No te atrevas!- Volvió a gritar mientras su rostro cambiaba de color (Estaba rojo)

-¿Qué no me atreva?- Pregunte enojada –¿Crees que voy a tolerar estas faltas de respeto de tu parte?. Puedo estar totalmente y locamente enamorada de ti pero no soy una mujer estúpida dispuesta a perdonar tus fallas de hombre que no puede controlarse.

-¡Mariela deja de decir tantas tonterías!. Esa mujer no significa nada para mí…

-¡Dime la verdad!- Le interrumpí – ¿Tuviste o no una aventura con esa mujer Carlos?. Necesito que me lo respondas ¡Ahora mismo!.

Se quedó en silencio allí de pie sin decirme ni una palabra (Al parecer no le salían). Apretaba los puños mientras observaba al suelo como si estuviese buscando algún tipo de respuesta pero ya para eso era más que tarde, su silencio me lo revelaba absolutamente todo. No necesitaba ninguna confirmación.

-Voy a irme con mi hija..- Dije decepcionada mientras acomodaba a Anna en mis brazos para salir de la habitación.

Para mi sorpresa y tranquilidad Carlos ni siquiera se tomó la molestia de seguirme, solo se quedó allí de pie sin reaccionar. En realidad debo admitir que sentí un poco de miedo de que sus instintos salvajes regresaran al momento de verme a mi alejarme de él que había sido nuestra hogar con nuestra hija por el error tan grande que el había cometido.

Yo no tenía el dinero suficiente para pagar un taxi hasta la casa de mis padres, así que me subí al primer autobús que encontré  suplique que a último momento Carlos no saliera del edificio totalmente vuelto loco y armara un escándalo.

Cuando el autobús comenzó a alejarse suspire de alivio por ello. Pero fue también cuando comencé a darme cuenta de la verdadera situación que había vivido. El amor de mi vida, mi primer todo y el padre de mi hija me había engañado con cualquier mujer sin importarle absolutamente nada.

La verdad no entendía que era lo que sucedía ¿Qué había hecho mal? O ¿En qué momento se alejó tanto? Si parecíamos ser muy felices. No me parecía justo que cuando prácticamente lo teníamos todo. Una hermosa hija, la aprobación de casi toda mi familia, un hogar tranquilo, sus estudios y ascenso en el trabajo que lo estaba ayudando a ahorrar para ya casi comprar la casa que me había prometido. Se le ocurría arruinar todos nuestros planes y sueños de esta manera tan horrible.

Me sentía molesta y decepcionada. Estúpida también por haber sido la mujer que lo apoyo en los momentos más duros y difíciles. Cuando no podía ni con el mismo, cuando no teníamos ni un centavo y hasta cuando resultaba una persona realmente insoportable. ¿Qué clase de hombre estúpido era como para dañarme de esta manera?. Mi padre nunca le había hecho esto mama. Él siempre la respetaba de todas las  maneras posibles. Lo peor de todo este asunto era que ahora mismo necesitaba buscar una excusa perfecta para llegar a la casa de mis padres repentinamente y hacer que no se preocuparan tanto. Por supuesto que no pensaba decirles la verdad, no quería ver al padre de mi hija muerto por una bala de la escopeta de mi padre. Anna no podía quedar huérfana por los errores de su inmaduro padre.

Luego de un buen rato viajando en el autobús mientras por suerte Anna dormía. Llegue al frente de la casa de mi madre.

Se veía bastante diferente a la última vez que había visto la casa, ahora estaba pintada de un color blanco muy hermoso y también adornada por las festividades decembrinas anuales. Me dio mucho sentimiento recordar los bellos momento que viví en mi infancia, crecí en esa casa junto a unos increíbles padres y una perfeccionista y sobreprotectora hermana  y me sentía muy agradecida por ello.

Las piernas me temblaron un poco al acércame a la puerta para tocar, sabía perfectamente que sería más que obvio el hecho de una discusión con Carlos ya que estaba llegando de una manera bastante repentina y sin ni siquiera avisarle a nadie. Toque la puerta mientras tragaba grueso y me preparaba para las miradas de sorpresa de parte de todos.

Mi Hermana fue quien me abrió la puerta ( ¡Rayos!) y su expresión cambio totalmente de tranquilidad y preocupación cuando me vio.

-¿Qué haces aquí a estas horas Mariela?- Susurro mientras observaba hacia adentro, parecía estar ocultando su sorpresa para que nuestros padres no lo supieran - ¿Cómo se te ocurre venir de noche con Anna? Es una bebe, no puede estar a altas horas en las calles-

-Basta dejar de sermonearme –También respondí susurrante.

-¡No seas tan irresponsable!-

-¡Es mi hija y yo sé lo que hago!-

-Tu…

-¿Mara?- Escuche la voz de mi padre quien se acercaba hacia la sala - ¿Quién es?- Pregunto mientras se colocaba detrás de ella para observar. -¿Hija?-

-Hola Padre- Respondí nerviosa mientras mecía a la bebe en mis brazos.

-¿Qué haces aquí a estas horas? –Pregunto mientras se acercaba y tomaba el bolso que había preparado – Pasa adelante no te quedes en la puerta-

-Dame a la pequeña- Dijo mi hermana seria mientras me extendía los brazos – Necesita entrar en calor-

La observe un poco molesta pero luego de unos segundos decidí entregársela para que cuidara de ella y pudiera hablar con mi padre.

Papa rápidamente llamo a la reina del drama ( Ósea mi madre) Quien entro en la sala bastante molesta.

-Me vas a decir ahora mismo ¿Qué te hiso ese hombre?-

-Madre.. ¿De qué hablas?- Intente disimular la situación.

-Por favor Mariela. No vas a engañar a tu madre- Se acercó hacia mí y comenzó a revisarme por todas partes, mis brazos. Manos, mi rostro.

-¿Qué estás haciendo?- Pregunte enojada

-Revisándote. Estoy segura de que ese tipejo es un salvaje.

-Madre ¡Carlos no me golpeo!

-¡Basta déjala!_- La reto mi padre mientras la tomaba por el hombro para alejarla. –Déja que habla. Mariela necesitamos que nos digas ¿Qué sucedió?-

-Padre Yo…

Pause un segundo bien para pensar en lo que iba a decir. No iba a perjudicar a Carlos para siempre con mi familia.