-¿Acaso está loco?- Pregunto mi hermana ofendida mientras observaba el espectáculo.
-¡Mariela!- Comenzó a gritar mientras sostenía una botella en su mano, claramente había estado bebiendo alcohol.
-Va a despertar a mis padres- Dije nerviosa mientras comenzaba a buscar la manera de hacerlo callar.
-Debería darle vergüenza comportarse de esa manera santo cielo-
Rápidamente camine hacia en donde tenía el bolso para empezar a nuevamente meter las cosas.
-¿Qué crees que estás haciendo?- Mara me observo confundida.
-Debo irme rápido antes de que nuestro padre se levante por el escándalo que está haciendo allí abajo-
-No puedo creer que tomes la decisión de irte con el luego de lo que te hiso Mariela, te engaño con otra mujer debes valorarte y respetarte-
-No quiero problemas entre Carlos y mis padres- Camine hacia mi pequeña para tomarla en mis brazos.
-¿Acaso no te das cuenta de lo irresponsable que estas siendo como madre?- Intento detenerme – Es de madrugada, tu esposo no está en condiciones de manejar y vas a subir a tu pequeña bebe allí para que su vida corra peligro? Definitivamente te has vuelto loca Mariela-
-¡Mariela!-Nuevamente se escucharon los gritos desde la parte de abajo.
Mi hermana se atravesó en la puerta para evitarme que saliera.
-¡Déjame salir!-
-¡Escúchame bien niña! Si sales por esa puerta con la bebe te juro que le contare a nuestros padres lo que hiciste, también les contare la verdad de la situación con Carlos ¿Entendido?-
Su amenaza esta vez me preocupo, no quería que ellos se enteraran de la realidad. No estaba lista para arriesgarme ni a mí ni a Carlos de esa manera. Así que luego de un gran suspiro decidí entregarle a la bebe en brazos a mi hermana y pedirle permiso para que me dejara bajar solo para conversar con él un momento para que se calmara.
-Te dejare el bolso aquí- Indique antes de bajarlo para colocarlo en la cama.
Mi hermana se quedó preocupada en la parte de arriba de la casa mientras yo bajaba rápidamente las escaleras para dirigirme hacia la parte de afuera en donde se encontraba el.
-¿Qué estás haciendo aquí?-Pregunte enojada cuando lo vi allí sobre la moto. El ni siquiera me observaba, estaba con la mirada perdida y bastante enojada mientras apretaba fuertemente los manubrios de la motocicleta con sus manos.
-¿En dónde está la niña?- Pregunto seriamente.
-Está arriba con mi hermana. Son altas horas de la noche y no pienso sacarla-
-Súbete a la motocicleta-
-No voy a dejar a Anna aquí..
-¡Súbete a la maldita motocicleta!- Grito fuertemente mientras presionaba el acelerador.
-Por favor haz silencio, mis padres se van a despertar-
-No me interesa lo que digan tus padres ni tu hermana ni nadie Mariela. Súbete a la motocicleta ¡ahora mismo!-
La verdad no quería hacerlo pues me sentía bastante decepcionada y molesta por la situación que estábamos viviendo pero el hecho de que no se armara un escándalo el cual hiciera que entre mi familia y el padre de mi hija se creara una enemistad y odio para siempre me hiso subir con él para intentar conversar y llegar a un acuerdo de paz. Nosotros éramos una familia y él era mi esposo, necesitábamos resolver el conflicto por muy fuerte que fuera. Lo tome por la cintura mientras observaba hacia la ventana del cuarto de Mara. Ella estaba con la bebe en brazos observándome mientras en su rostro se veía una gran expresión de preocupación. Carlos arranco la motocicleta muy bruscamente y yo solo me tome fuerte de el mientras oraba porque su ebriedad no nos causara un accidente en el camino.
Estuvimos en la carretera por un rato hasta que llegamos a nuestro hogar. La verdad no pensé que me llevaría tan lejos pues sabía perfectamente que Anna estaba en la casa de mis padres. Pero decidí no decirle ni una palabra sobre esto y caminar hacia la habitación en total silencio para luego conversar. Entre y encendí las luces para adentrarme. Luego me di media vuelta para decirle algunas palabras sobre aquella actitud y comportamiento tan terrible que había tenido esa misma noche cuando repentinamente sentí el fuerte peso de un golpe que el mismo me estaba dando con puño cerrado a un lado del rostro. Esto me hiso caer inmediatamente al suelo.
Pensé que no lo haría de nuevo. Me quede sorprendida en el suelo tanto por el gran dolor que está sintiendo por la herida como por lo que el había acabado de hacerme. Esta vez fue mucho peor y más fuerte.
- ¡¿Quién mierda te dijo..Que podías irte cuando quisieras?!- Dijo entre gritos mientras me señalaba.
-Carlos..- Dije entre llanto aun buscando la manera de que me ayudase pues estaba comenzando a salir sangre de mi boca por lo fuerte que había sido el impacto.
-¡Cállate!- Volvió a gritarme mientras se agachaba para quedar a mi altura y tomarme fuertemente por los brazos –La próxima vez que te lleves a mi hija contigo sin consultármelo ¡Te mato! ¿Escuchaste?-
Yo estaba aterrada por su reacción no dejaba de temblar mientras seguía llorando. Ni siquiera podía observarlo debido al miedo que sentía.
-¡Tú te puedes ir al mismísimo diablo si te da la gana, pero mi hija es mía!- Me soltó dándome un empujo fuerte y luego volvió a colocarse de pie para limpiarse el brazo derecho pues se le había llenado de sangre por las gotas que salían de mi boca.
Me quede allí en el suelo por aproximadamente una hora mientras lloraba en posición fetal. Él se había ido directamente hacia la cama para quedarse dormido todavía con la ropa y los zapatos puestos. Ni siquiera el mismo podía con su propia borrachera.
Pase toda la noche escondida en el baño llorando y sintiéndome miserable. Cada vez que me observaba al espejo yo no podía entender el por qué Carlos me había marcado de esta manera. ¿Cuál había sido el mal que yo había hecho? ¿Darme mi puesto como mujer? ¿Enojarme por su engaño?. Yo no era quien debía disculparse por los errores que había cometido. Ni siquiera quería encender la luz del baño por terror a que me golpeara de nuevo.