Marionetista (una historia que contar)

DIA 2

(DIA 2)

 

Al día siguiente despierto pensando que todo  parecía  un simple sueño que no volvería a pasar; y que a la larga nadie se detendría para ayudarme sin tocar mis hilos para poder dominar mis movimientos; todo debió ser un sueño causado por la embriagues del dolor causados por mis hilos gastados. Al levantarme fui sin mirar a ningún lado; algo dentro de mi quiere ardientemente ir al parque una vez mas, sentía como si había olvidado algo en aquel lugar y debía recuperarlo, me voy pensando; que esta vez hay un recuerdo nublado en mi mente que no me deja pensar bien en mis penas; he llegado al parque y no veo nada en mi rincón; opto por tirarme a un lado pues aunque no hubiera nada allí iría de todos modos  


Al llegar el medio día; vi pasar un recuerdo delante de mi; creí que sería una ilusión a causas de mis fantasías; pero se detuvo y sonrío con una sonrisa conocida ya residente en mis memorias, me miró y habló con un tono de voz suave, yo quedé perplejo casi no me salían palabras solo preguntas dentro de mi,

 -¿sería que me abría confundido con otra marioneta?.

 pero pensé - ¿que otra marioneta se parecería a mi o tendría los hilos tan gastados como los míos?
 


pero aun así; ella no dejaba de hablar y sonreír decía que quería ayudarme; pero ya conocía esa historia;  pues los demás marionetistas  también me dijeron lo mismo una vez; y todos terminaron yéndose, pero con sus palabras logró nublar mis sentidos sentí como si estuviera preso en sus palabras y mi única opción era aceptar ir con ella; sin fuerzas; cedí el paso a sus propuestas y al caer la tarde la acompañe.
 

Su casa olía diferente tenía un olor a menta y a libro guardado al parecer le gustaba navegar en el océano amplio de la lectura, me sentó en una pequeña silla que ella tenía de decoración con una suave luz sobre mi hombro y me dijo,
 
-Quiero que tomes esto que he preparado para ti.
 
No sabía lo que era por lo que tuve miedo pero ya habiendo cedido estar en su casa; cualquier cosa que ella pidiera debía hacerla queriendo o no, pues estaba en su territorio y así que decidí tomar esa bebida sin ningún olor alguno pero con un suave sabor a canela y hojas. Al terminar me pidió que descansara y me recostó en un lugar acogedor de la casa y yo sin poder dormir entre el dolor que sentía por mis daños y la confusa emoción que tenía hasta el momento , pero al llegar la media noche  logré conciliar el sueño.

 



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En el texto hay: melancolia, romanse, marionetas

Editado: 15.09.2020

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