Marionetista (una historia que contar)

DIA 3

 

(DIA3)

 

Con los ojos  a medio abrir vi un techo diferente y  aun en  sueño pude decir “aun estoy dormido?” pero de repente sentí que algo me alaba con fuerza; y abrí mis ojos de inmediato y fue cuando vi su rostro con una cara de preocupación y pidiendo disculpas, viendo sus manos vi que en ellas tenía mis hilos y algunos de ellos arreglados, sorprendido le dije 

-“no hay problema”-
 

seguia a un ritmo delicado preguntando a cada segundo si me encontraba bien y yo acertaba con un poco de asombro; al terminar noté que mis hilos ya estaban como el primer día; llenos de vida y rigurosos pero a la vez con mucha movilidad; casi lloro de la emoción pero algo dentro mi; me recordaba mis historias pasadas y me decía que ella al final los terminará destruyendo, pero aun así me deje llevar; siempre pendiente de todo lo que pasaba. 


Cerró todas las aberturas que tenía en mi cuerpo he hizo arreglos en mi, ya habiendo terminado; feliz me pidió que fuéramos al parque a caminar era un día perfecto; totalmente soleado y unas nubes claras decoraban el cielo, y sin darme cuenta; comencé a darle importancia a todo lo que sucedía a mi alrededor.  Mientras caminaba yo perdido entre sus brazos y envuelto entre su lazos de caricias comencé a sentir como una figura con curvas y ojos a medio cerrar se formaba en mi rostro sin darme cuenta, yo; me tocaba el rostro sin saber que me sucedía; y por primera vez supe como se sentía una sonrisa sin  fines lucrativos. 


Luego de horas de risas improvisadas y de ella contarme tantas historias sobre su pasado; y yo sorprendido; pues no dejé nunca de escucharla,  cayó la tarde y comenzó a oscurecer y fue allí cuando me dijo

 -te llevare a casa.
  
yo feliz acepte aun confundido; ella me acompaño, sentí que iba en una nube y que algo dentro de mi no quería bajar  nunca de ella, pero al llegar a la puerta se despidió; le pregunte si podría verla otra vez a lo que ella contesto 
 -cuando quieras- 
y al junto del batir de sus manos y acompañada de una sonrisa se marchó.


Lleno de confusiones pues era ajeno a mi lo que estaba sintiendo quería salir corriendo por la ventana detrás de ella, sentía que no había interés alguno en lo que ella había hecho por mi; parecía algo tan natural; como si fuera un sentimiento que cada día renace con mas fuerza. Ya mis hilos no están por todos lados como antes; pasan las horas y no dejo de mirar al cielo confundido, cada estrella tiene una letra de su nombre y la luna figura su rostro, quiero dormir pero tengo miedo de no volver a despertar y no poder verla al día siguiente de nuevo; pero; al menos sé; que al igual a la noche anterior la volveré a ver en éste sueño del que no quiero jamás despertar; y me fui a la cama dejando caer mi cuerpo con nuevas fuerzas que  me dieron sus manos. Cierro mis ojos pero mi mente y corazón entran en un debate de emociones y no me dejan llegar a la parada del sueño.
 



#19497 en Otros
#5697 en Relatos cortos

En el texto hay: melancolia, romanse, marionetas

Editado: 15.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.