Marionetista (una historia que contar)

Dia 4

(DIA 4)

 

 Quiero imaginar que esto será eterno, pero el día  se ha levantado con enojo y el cielo está oscurecido y no me deja salir de casa; pues no quiero dañar con las fuertes gotas de lluvia las mejoras que había hecho  en mi. Creo que será un día distante en el cual no podré verla; pero nada, me servirá para organizar mis ideas pues aunque ha sido muy emocionante todo lo que a pasado; no creo que sea eterno. 

 

La lluvia no deja de caer fuerte contra el techo y  aún no sé qué hacer; pues mis recuerdos del pasado se confrontan con lo que vivo el día de hoy, he sido una marioneta de todos y creo que hasta el día que desaparezca me verán de esa forma, otra vez cae sobre mi la melancolía de mis recuerdos; trato de buscar algo que me haga calmar pues la lluvia solo me recuerda a esos días donde todo era difícil de vivir. Miro por la ventana y veo un pequeño faro luchando  por seguir brillando entre la densa oscuridad de la lluvia y me pregunto 

¿por qué lucha, si al final la densa oscuridad es más fuerte? 

sin previo aviso comienzo;  a llorar no encuentro motivo y razón solo sé; que al ver aquello que a la pequeña luz le esperaba era como una nostalgia vivida. 

Largas horas han pasado y no dejo de pensar en el pasado; pero de repente recuerdo como estaban mis hilos en manos de mis últimos marionetistas, lleno de pensamientos veo mis hilos y recuerdo que ya fueron reparados por alguien que no le importó mi opinión; que sin previo aviso derribo mis fronteras y se escabulló dentro de mis sueños.


Luego de varias horas sin darme cuenta estaba imaginándome como sería si ella fuera quien manejara mis hilos esta vez, de repente entré en un pequeño debate entre mis emociones y mi mente, unos querían pero el otro razonaba en los acontecimientos del pasado, pero en algo si estábamos todos de acuerdo y era en que no queríamos volver a ver nuestros hilos rotos. Mientras mas pasaba el tiempo mas grande era la confusión; pero cada argumento negativo era derribado por el suave tono de su sonrisa carmesí  y el batir de su pelo como la hojas del flamboyant contra el viento; siempre quedaba perdido pensando; que la quería en mi vida sin importar los riesgos, por que por primera vez encontré a alguien que sin pedirme  permiso se ofreció a recoger mis hilos ya gastados y rotos por el mal pasar de los demás sobre ellos, vuelvo y miro por la ventana y noto que la lluvia no quiere  menguar así que decido tomar una pequeña tasa de café y dormir; le puse un poco de canela para poder sentir el aroma nostálgico  del día que estuve en su casa, cierro los ojos con una idea renuente de poder verla al día siguiente.


 Pasan las horas y por mas que lo intento no puedo dormir, siento como si flechas atravesaran mi pecho y no dejaran de caer; busco el lugar mas cómodo de la cama y termino viendo aquella ventana que daba hacia una estrella que pese a la fuerte lluvia dejaba ver su inmensa luz blanca, sonreí breve mente por que me hizo pensar a pesar de las distancias en ella, entonces me di cuenta que la distancia solo era la energía que recargaba mis deseos de verla cada día otra vez, y así saldré cada día al encuentro de nuestras miradas por que me di cuenta que mi pequeño cuerpo solo era feliz cuando veía esa sonrisa que aclaraba todos esos oscuros pensamientos que habían en mi mente.  

Lucho por encontrar el sueño pero  no dejo de ver el reloj queriendo apresurarlo para que llegue el día de mañana, ya luego de horas el sentimiento me vence y hace caer en mi; una gota fría que trajo consigo el sueño. 



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En el texto hay: melancolia, romanse, marionetas

Editado: 15.09.2020

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