(DIA 5)
Abro mis ojos despacio; queriendo dejarlos serrados; pues no querían ver el mismo techo y las mismas paredes ya desgastadas, pero de momento escucho el timbre de la puerta y es un cartero que traía un envío; sorprendido veo que es
una carta,
-me pregunto de quien será; (digo en mi mente)
busco pero no le veo nombre ni sello, al abrirla veo que dice ‟en el mismo lugar de antes”
atónito por no saber; pero sentía algo peculiar un extraño olor a libro guardado que se me hizo familiar así que no esperé y corrí. Salí sin prestar atención a todo lo que había a mi paso no pensaba en nada mas que no fuera ver una vez mas la sonrisa que tengo estampada en mi mente y escuchar el sonido de su voz y los espejuelos que resaltaban sus ojos, así que tuve prisa al llegar pues sabía que el tiempo era mi enemigo, no me quería ver junto a ella; y en vez de esperar al tiempo preferí correr junto a el para encontrarme con ella.
Llegando al parque junto a las flores, la vi sentada en el banquillo donde solía sentarme y sin aun haber llegado; mi sonrisa se precipito y fue primero tras ella. Sin pensar en nada mas; camine hacia ella con un paso tras el otro se dio cuenta de mi aproximación y me miró; y con una bufanda color de cielo su sonrisa pudo sobresalir lo que hizo que un sin numero de emociones nacieran revueltas dentro de mi, vi como ya no tenía recuerdos tristes; solo estaba ella, con un aroma a canela fina y su mirada radiante y carmesí.
Pude llegar a donde estaba ella y me esperó con un abrazo que sorprendió a mi tristeza despidiéndola de mi vida; y yo a gusto deje caer mis brazos sin fuerzas sobre su cintura y mis hilos rodearon nuestro entorno, enseguida supe lo que debía hacer pero no quise ponerle pausa al momento y dejé que
esos treinta segundos remplazaran todo el vacío que causo el día que no pudimos vernos. Quizás no fueron los minutos mas largos pero sentí como su aroma me embriagaba con cada segundo que pasaba, por esta vez quise quedar preso entre sus brazos y perdido entre sus caricias; todo fue perfecto pues hicimos especial lo que había empezado como un día normal y así me susurro al oído
-″hagamos que esto sea eterno″.
así la mire fijamente a los ojos y le dije
-te has vuelto la dueña y autora de los recuerdos a los que quiero permanecer esclavo.
sin dejar de sonreír nuestros cuerpos fueron separados aunque nuestras miradas seguían unidas.
Sentado una frente al otro vi sus cejas unida y un rostro diferente y le pregunte
-¿que te sucede?-
y me contestó con un tono un poco de niño,
-quería que nos viéramos el día anterior; tenía planeado que jugar y cantar juntos.
caí sorprendido y le pregunte -¿sabes cantar?- con una cara de asombro,
-no; pero hubiera sido divertido hacerlo junto a ti (respondió con una sonrisa a medias).
emocionado por ver su forma de hablar y de como quería que nos viéramos le dije que podríamos hacer el día de hoy; todo lo que no pudimos hacer el día anterior, y me dijo
-no; está bien mejor esperaremos el próximo día lluvioso-
entones comenzó a preguntarme cosas sobre mi pasado y le explique algunas de las cosa que me habían sucedido y le conté como mis hilos se habían maltratado y roto, la vi casi llorar y me detuve de repente y ella dijo
-no te preocupes estoy bien.
Luego me pidió que saliéramos a dar un paseo, yo; ya todo emocionado acepte sin replica y deprisa, fuimos al muelle donde ella me contó una leyenda sobre el agua y sus tres hermanos y como se formo el océano, maravillado de como le gustaban los libros y sus historias sobre investigadores; no dejaba de mirar el movimiento de sus labios al junto de la puesta de sol y una suave pieza de jazz que había en el muelle. Nos fuimos a un lugar alto a la rivera de un río donde el cielo se veía mas esclarecido desde sus ojos, en realidad nunca hubiera imaginado que encontraría a alguien que en tan poco tiempo se convirtiera en la fuente de un millón de sueños nuevos por cumplir, de momento; fuegos artificiales comenzaron a subir en el cielo pues era época de fiestas y todos los niños jugaban y brincaban, esta vez sentí una felicidad descontrolada dentro de mi; ella de momento se detuvo de hablar y su mirada cayó y por primera vez la vi con un semblante diferente al que ya estaba acostumbrado a verla.
Luego de haber permanecido por casi una hora le pregunte que le sucedía a lo que con una sonrisa forzada me contestó
- No te preocupes todo está bien.
decidimos irnos de aquel lugar y cruzamos por un festival que se celebraba cerca de allí, nunca dejé de mirar su rostro y fue cuando noté que de verdad algo le sucedía aunque ella sabía muy bien disimular; pero ya había pasado tiempo suficiente con ella como para saber que algo no andaba bien; así nos fuimos, en ésta ocasión decidí; ser yo quien la lleve a su casa pues sabía que algo le ocurría y no quería dejar que se fuera caminando sola.
Llegando a mi casa; el camino se me hizo menos interesante de lo habitual pues mi postura de marioneta no impidió pensar en lo que ocurría, quería poder adentrarme en su mente para poder ver que le preocupaba tanto y poder buscar una respuesta. De momento empece a llorar y me di cuenta que después de tantos años había dejado de preocuparme solo lo que me pasaba a mi y quejarme de mis desilusiones en la vida, ahí recordé su rostro y me di cuenta que hay personas que prefieren hacer feliz a otros anteponiendo su propio sentir; lo que me hizo recordar en aquella lumbrera que vi por la ventana el día lluvioso, y entender que su misión de existir era dar luz en el camino sin importar que tan fuerte fuera la oscuridad o si la fuerte lluvia podía dañarla.