Estoy en el hospital entre la vida y la muerte, si me arrepiento de las decisiones que haya tomado, no sabria realmente que responderte.....
Ingresa el doctor acompañado de mi esposo.
-señora Salazar, me temo que tengo que darle los resultados de los exámenes-asiento para que continúe, el doctor mirando a mi esposo-sus riñones ya no le funcionan si no encontramos pronto un donador usted corre peligro-no sé qué más decir o cómo reaccionar,(suspiro)
-está bien-me acomodo en la cama dándole la espalda, escucho el serrar de la puerta quedando solo, se preguntaran como llegue…..la respuesta es hace unos días atrás mi embarazo se complicó a los siete meses me llevaron de emergencia al hospital, solo recuerdo todo borroso cuando desperté en la cama del hospital mi vientre estaba vacío, pregunte que paso con mi bebe…pero solo me dijeron que había muerto…..dude en preguntar que era…..pero el saber me devasto aún más el enterarme que era una niña….siempre quise una niña, mis hijos estarían encanados con una hermanita pero por mi descuido no pude traerla al mundo, si tan solo regresaría cambiaria mis forma de comer los alimentos como dejando lo picante, bajando el nivel de limón en todas mi comidas entre otros, pero eso no fue todo yo misma he arruinado mi vida mi matrimonio, todo por culpa mía.
Mi esposo no merece esto, siempre le fallo a pesar que siempre me perdona, pero no puedo soy egoísta solo me preocupo yo misma.
-Isabel he llamado a tu familia-limpio mis lágrimas notando su presencia.
-que dijeron-aprieto mis manos en puño.
-le dije que necesitabas un riñón….que si alguien podría donarte-levanta su mano agarrando sus cabello-dijo que llamaría-asiento
-no creo que me ayuden, sin un riñón será difícil vivir- sé que no me ayudaran y menos a mí al manchar el apellido por mis acciones.
-quieres que le llame a el-niego, no quiero verlo
No quiero que me vea débil sería muy doloroso para mí, mi esposo se retira preguntándome ¿Por qué aún está a mi lado?.
Después de todo lo que le echo.
Las semanas pasaban mi familia se negó poniendo escusas absurda de no poder, incluso mis hermanas, la única forma de sobrevivir es por medios de esta maquinas , cada cierto tiempo llamo a mis hijos preguntado cómo se encuentra, si están haciendo sus tareas, o cuidando de mi jardín…me quedo observando la ventana viendo aquella vista al cielo buscando respuesta.
-isa…-me giro mirándolo, como es que esta aquí…mis lágrimas se comienzan a deslizar por mis mejilla a su lado me siento débil.
-no deberías estar acá-niega.
-no tienes de que preocuparte, tu espo…so me lo conto-se acerca tocando mis manos entrelazándolo ambos, en busca de aquel calor tan conocido pero prohibido.
-yo….lo ciento no puede cuidar de nuestra niña-aquellas lágrimas que ha estado conteniendo comienzan a deslizarse por sus mejillas.
-ya no te culpes ya paso-acera sus manos por mis mejillas, recuesto mi cabeza sintiendo sus carisias.
-te daré mi riñón -abrí mis ojos mirándolo preocupada.
-no lo hagas yo no quiero que tu…-me calla.
-yo quiero hacerlo-no dijo nada solo lo miro.
Después de platicar mucho con mi amigo muy íntimo se despide, dejándome más tranquila él es como mi fruta prohibida.
Lo conocí hace años atrás era un invitado de mi esposo, me encariñe mucho, al saber que se quedaría a vivir con nosotros me alegre de tener a un amigo, pero aquello que suponía que sería mi amigo se convirtió en algo más…en mi amante.
Me enamore perdidamente tanto que me sentía culpable por mi marido, me negaba asentir aquel sentimiento para ese entonces ya tenía un hijo con mi esposo.
Pero ambos sentimos lo mismo tanto que pecamos juntos siendo uno con mi amor prohibido me sentía mal estaba con los dos, pero solo a uno amaba, llegue a pensar que hice mal en casarme, debí esperar hasta encontrar a la persona indicada pero solo era una adolescente que al verlo quede engatusada por su aura imponente de mi esposo.
Al pasar de los tiempo cada vez más mis sentimientos se fortalecía, hasta que fui descubierta por mi marido, se sentía traicionado con migo y con él, por abrirle las puertas de su casa y pagarle de esta manera, me dolía el haberle pagado de esta manera tenía todo una familia sin que nada me faltara pero…..no tengo perdón…por lo que le hice.
Los días pasaban no había un riñón que encajara con el tamaño que necesitaba mi cuerpo, ni siquiera el, la sangre no era compatible seria arriesgado para mí, los días eran cada día más exasperante la gran cantidad de medicina que tenía que ingerir era asfixiante, pero todo aquello termino cuando el doctor me dio la noticia que habían encontrado a la persona que donaría el riñón, me sorprendí al comienzo, por lo rápido que habían encontrado cuando en la realidad algunos tardan meses e incluso años, ocasionando algunos la muerte por la espera de un órgano compatible.
Pero aquí estoy en el quirófano, esperando al otro paciente el que sería mi donador pero para mi gran sorpresa es mi marido, no sé si llorar o seguir arrepintiéndome por mis decisiones malas, lo miro, ambos chocamos miradas, me sonríe una de sus sonrisas sincera.
A pesar de enterarse de mi infidelidad solo se molestó por un tiempo, no quiso que se revelar mi infedelidad, ya causaría desconformidad con sus hermanos como los míos, el callo por la vergüenza y yo no dije nada no estaba en condiciones de hablar, él se marchó a vivir no muy lejos.
De nuestro amor prohibido resulto un bello fruto, un fruto que no tiene la culpa de mis errores, mi segundo hijo y el último que pude tener.
Y ahora estoy acá observando todos los preparativos para mi cirugía, inyectando un líquido por el suero cayendo poco a poco a un sueño profundo.