--PRIMAVERA--
Tal vez mi madre no me quiso lo suficiente desde que nací más bien desde el útero, porque por mi tuvo que ser sometida a muchas inyecciones introducidas en su espalda durante los cuatro meses de gestación que le quedaban; solo para que mis pulmones se desarrollen y poder mantenerme con vida.
Era otro día cálido y tranquilo con mi misma rutina de siempre: Levantarme, comer, expulsar los alimentos, dormir y dormir, bueno eso creí yo. Mi mamá y yo hicimos la rutina de siempre ella iba a su trabajo mientras yo la esperaba a que acabará su turno.
No sabía porque estos días mi cuerpo por sí solo se comenzó a poner en medida vertical, me encontraba de cabeza y mis pies para arriba. Sentía que algo no andaba bien como mi cuerpo me impulsada a algo... Pero simplemente yo me negaba rotundamente a una idea errónea. Estos días a mamá la podía escuchar mucho mejor, cómo decía que sentía que su útero le había aumentado la presión y muchas más cosas que no entendí. Sabía que era mi culpa todo era mi culpa desde que llegue a este útero, desde que se enteraron después de meses que era una niña; se decepcionaron ya que querían a un hombre, pero hay venia yo a causar des orgullo a mi familia como siempre...
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ELIZABETH
Me encontraba en otro día normal, pero con más dolores en mi vientre, sabía lo que significaba porque ya tuve dos hijas antes, pero me aferraba a que era por otro motivo ya que faltaba aun semanas para que nazca mi hija "Camila".
Los dolores se volvieron más intensos con el paso del tiempo y llegué a la conclusión que lo que sentía eran contracciones, de inmediato pedí ayuda para ser llevada a una clínica. Hasta llegar a la clínica sentía como mi cuerpo expulsaba un dolor intenso con presión y dolor en la parte inferior de mi abdomen, la espalda se contagia y como si mi útero se estuviese apretando, solté pequeños gemidos de dolor, pero sabía que tenía que soportarlo porque al fin tendría a mi hija en brazos junto a mi esposo e hijas.
Al llegar a la clínica me hicieron unas pequeñas preguntas que las respondí sin titubear. Me llevaron a un cuarto con camilla, monitores y más cosas que en ese momento por el dolor no las vi, me puse la bata, la enfermera me dijo que me estarían controlando hasta que sea el momento de hacer la cesaría, decidí cesaría porque con mis otras dos hijas lo hice y Cami no era la excepción. El medico me dijo que estaba dilatando recién en cuatro cm y solo imaginarme que me faltaba 10 cm me hacía sentir sola, con miedo, con angustia.
Luego de un momento llego mi esposo Giovanni, estuvo conmigo todo el tiempo.
- ¿Crees que sea lo correcto que cuando nazca Camila debamos traer a nuestras hijas a que la conozcan? - me quede mirando a mi esposo esperando la respuesta, aunque el dolor me impedía mirarlo bien, el por un momento se quedó pensando y dijo.
- Yo creo que si ya que son hermanas y la sangre llama a la sangre, aparte deben aprender a tener conexión entre hermanas- hizo una pausa y dijo- ellas la amarán y querrán verla.
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No sé cómo de un momento a otro me encontraba en el quirófano lista para mirar a mi bebe que estuvo nueve meses en mi barriga y ahora la tendría en mis brazos.
Al llegar a el quirófano me despedí de mi esposo con un beso casto que no era de despedida si no de que juntos lo lograríamos, él era muy frio y seco conmigo y con todos ya que era militar, pero yo sabía que él me quería a mi manera y yo a la mía. Al entrar el doctor me pidió que me siente y con ayuda de la enfermera tome asiento.
- En este momento le vamos a introducir una inyección en su columna que le impedirá el dolor durante la cesaría.
Yo solo hacen ti con un movimiento de cabeza ya que el dolor era increíble impidiéndome siquiera poder hablar.
-Por favor señora, necesito que respire ondo cuando la aguja ingrese-sin tener momento de pensar en mucho el doctor saco la aguja la recargo y me dijo-tome aire por favor-y sentí un dolor, pero no se comparaba a las contracciones, aparte mi cuerpo ya se había acostumbrado a ese dolor durante los 4 meses restantes de mi embarazo.
-Podemos comenzar- fue lo que escuche luego de que el doctor me acostara en la cama de operaciones y comenzara con la cesaría.
Solo sentía como mi cuerpo se habría dado vida a otro, de cómo mi piel era cortada con el bisturí. Me perdí en mis pensamientos al pensar varias cosas que se hacían un rebulicio en mi cabeza.
¿El cambiaria?
¿Cambiaria por mí, por mis hijas?
¿Dejaría de...?
Deje esos pensamientos cuando escuche un chillido muy agudo que lleno todo el cuarto, eran gritos y llanto que llenaban mi cerrazón de algo que no podía explicar solo sabía que era un sentimiento de SER MAMÁ. Sali de mis pensamientos cuando me pusieron a mi bebe alado de mi rostro, en mi vista podía ver a la causante de todo este dolor que sufrí desde hace cuatro meses, pero valió la pena eso, valió la pena tararla al mundo, siquiera estuve consiente de esto, de lo que iba a vivir toda su vida junto a sus padres...
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Nota de autor: Holi, una disculpa si el capítulo es muy corto, los siguientes ya serán más largos, lo suficiente para que no se queden con la intriga o se aburran. No se olviden de seguirme por aquí y en mi cuenta de tiktok al hacerlo y dejar sus comentarios me inspiran a seguir y a cambiar algunas cosas que me faltan, porque recuerden soy principiante en esto, no me concidero una verdadera escritora, pero hago lo posible para mejorar. Besos, chau...
(tiktok.com/@mayte.lec)
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Editado: 08.12.2025