Capitulo 13

Bastian Bergmann.

No sé porque cada vez que duermo a su lado no logro conciliar el sueño, se remueve en mis brazos hablando entre sueños, está vez se le entiende claramente lo que dice.

—¡Ayúdame, mamá!, por favor —los sollozos acompañan sus palabras.

Esconde su rostro en el pequeño agujero que queda entre mi cuello y hombro, sus lágrimas mojan toda esa parte, acaricio su espalda en un intento de reconfortarla, se abraza con fuerza a mi. Dejo mis brazos con cuidado agarrando su cuerpo haciendole casi imposible moverse, dejo un beso en su coronilla, su llanto no cesa y me preocupa que se lastime de alguna manera si la dejo suelta.

Busco acomodarla en una mejor posición haciendo que parezca un bebé sobre mi,y le canto la canción que alguna vez le escuché a mi madre cantarle a mi hermana o la que fue mi hermana, el tiempo pasa y el reloj marca las cuatro de la mañana, el sol está por salir pero no me voy a levantar hasta que ella deje de llorar y sus pesadillas la dejen de atormentar.

—Bastian —su voz es nueva casi una melodía que se entremezcla con el intento de mi canto—. Gracias.

—No agradezcas, rulitos. Duerme yo te cuidare, vas a estar bien —intenta mover su rostro buscando el mío.

Cuando consigue que sus ojos den con los míos, sonríe un poco, mi corazón se acelera al ver cómo se acerca, el tamborileo llega a mis oídos produciendo un zumbido extraño, mi estómago se revuelve, mi mente queda en blanco no se que decir o como actuar. Las cosas no me salen bien justo ahora.

Deja un suave beso en mi mejilla, y corre a esconderse de nuevo en el agujero que conecta mi cuello con mi hombro, me río un poco. Mi pecho se llena de esa sensación que he experimentado con ella, y solo con ella.

Su respiración se relentisa poco tiempo después, se ha vuelto a dormir, por lo que dejó está vez que se mueva por la cama con total libertad, pero aún así se queda a mi lad. Veo su rostro en la oscuridad con mi dedo delineó su silueta, sus ojos y cada fracción admirando su belleza, su cabello enmarca su rostro de tal manera que asentua cada parte haciendo la lucir mucho más hermosa de lo que ya es.

La tranquila de su presencia me hace cerrar los ojos he intentar dormir las pocas horas que quedan, se que no es muy bueno dormir tan poco pero con ella a mi lado no siento la necesidad de hacer, solo se que debo cuidar de su sueño y caer en cuenta de la maravillosa mujer que tengo a mi lado, aún quedan unos días de esta luna de miel y su cumpleaños se aproxima.

Y es donde caigo en cuenta, mis ojos se abren viendo su cuerpo pegado a mi como un pequeño koala, mi cabeza se llena de ideas. Algunas un poco extremas, solo tengo que llamar a quien me va a ayudar a completar toda la tarea, extiendo mi mano a mi espalda intentando agarrar mi teléfono a ciegas, cuando lo consigo lo traigo a mi viendo la pantalla llena de notificaciones, todos mensajes del hermano de Thiago, los leo al ver las indicaciones que tengo que seguir para ayudarla.

Según la información le encanta el mani con un poco de sal y chocolate, y más abajo hay un horario donde remarca una hora en especial, envió una respuesta rápida y bajo el brillo de la pantalla, se remueve soltando me y agarrando la almohada con todas sus fuerzas, suspiro y me levanto con cuidado de no despertarla, me acerco hasta estar a su lado al otro extremo de la cama acomodo las mantas sobre su cuerpo dejando un beso en su frente colocando su cabello tras su oreja para admirar su rostro tranquilo.

—Mein Leben, ich werde zurück sein, bevor du aufwachst —susurro.

Su rostro se contrae pero se relaja al instante, con dar unos cuantos pasos alejándome de su lado en mi pecho se instala la sensación de vacío, un vacío que duele, mi corazón se acelera y todo mi ser ruega por volver a su lado, pero sigo mi camino hasta estar en frente a la puerta con mi mano en el pomo, no me permito dudar o voltear a verla porque se que iré a su lado de una vez. Giro el pomo abriendo la puerta para salir de la habitación, el vacío se va haciendo más grande y mi corazón palpitante parece detenerse de golpe. Cómo si algo hubiera quedado con ella, una parte de mi quedó ahí, a su lado.

Suspiro pensando, intentado encontrar sentido a las sensaciones extrañas que llenan mi mente y mi pecho, o al menos el corazón que creo tener. Sin mas levanto mi teléfono hasta tenerlo a la vista, cierro la puerta a mis espaldas justo cuando marco el número de Thiago, contesta de inmediato como si estuviera esperando mi llamada.

—¿Mi hermano te escribió?, si lo hizo lo lamento, es muy sobreprotector con Daphne.

—Me sirvió la información de todas maneras, necesito que hagas algo por mi.

—Cuentame.

Arrastró mis pies hasta la cocina, en busca de un vaso de agua y de distraer un poco mi mente, intento encontrar las palabras adecuadas para pedir su ayuda.

—El cumpleaños de Daphne se acerca, y necesito hacer algo para distraerla, ¿conoces algún lugar por aquí donde la pueda llevar?

—Cerca del hotel hay una feria, el parque de diversiones tampoco está lejos.

—Pasa la dirección, iré a ver hoy eso.

—Bien, ¿Otra cosa?

Empujó la puerta de la cocina, camino unos pasos dejando el teléfono en la barra de desayuno colocándole el alta voz. Camino hasta el otro lado donde se encuentran los estantes.

—Si, pasaré a buscar la fragancia de prueba a las nueve, llevaré a Daphne conmigo, ve a la empresa pero no le informes nada al personal —abro la puerta de los estantes sacando un vaso.

Vuelvo arrastrando mi pies hasta la barra de desayuno agarrando la jarra de agua al lado del florero, examinó las plantas con curiosidad, no recuerdo haber pedido que las colocarán. Coloco la jarra en su lugar, me acerco hasta donde deje el teléfono.

—Esta bien, ¿Le harás algo a Daphne?

—Si, ¿La casa está lista?

—Ya terminaron la remodelación, aunque los planos que diseñaste dieron tan específicos que no se si me mandaron las fotos de un museo o de la casa. Además de que la decoradora ha pedido la opinión de tu esposa, dice que necesita saber sus gustos para decorar el taller.