Capitulo 2: melodías del corazón

Mientras Alexandra se sumergía en la melodía de la música, cada nota resonaba como un eco de la conexión compartida con Riley. Cada acorde la transportaba a aquel encuentro fugaz que había dejado una profunda impresión en su corazón. La presencia de Riley se insinuaba en cada sinfonía, despertando en Alexandra una mezcla de curiosidad y anhelo por lo desconocido que ahora habitaba en su vida.

En el tranquilo apartamento de Riley, la música de Kenai, un pianista de jazz talentoso y enigmático, se entrelazaba con las memorias dolorosas que perseguían a Riley en la oscuridad de la noche. Cada nota resonaba con la tristeza y la esperanza entrelazadas en el corazón de la cantante, creando una sinfonía de emociones que la sumergían en un mar de conflictos internos.

De repente, un timbre inesperado rompió el silencio nocturno, interrumpiendo el flujo emocional que envolvía a Riley. El sonido agudo y repentino la sacó de su ensimismamiento, haciendo que su corazón latiera con fuerza ante la inesperada intrusión en su refugio de soledad. Con pasos vacilantes, Riley se dirigió hacia la puerta, con la incertidumbre y la anticipación retumbando en su pecho.

Al abrir la puerta, se encontró con una figura desconocida que aguardaba al otro lado, envuelto en sombras del anochecer. El gesto silente del visitante y la mirada intensa que se encontró con la suya hicieron que el pulso de Riley se acelerara, un presentimiento inquietante se apoderó de ella mientras enfrentaba el enigma de la figura misteriosa.

El silencio tenso se extendió entre Riley y el desconocido, cada uno evaluando al otro con una mezcla de temor y anticipación. ¿Qué secretos y revelaciones esperan delante de Riley en la oscuridad...