Dionisio estaba en la oficina presidencial, de repente oyó una notificación en su reloj inteligente, le dirigió un vistazo y decía:
“Dos policías asesinados y tres secuestrados”.
Dionisio tocó el timbre para llamar a la secretaria.
—Mande usted –exclamó Ariadna al entrar a la oficina.
—Dile al General Tirso que venga ahora –exclamó Dionisio.
—Como mande señor.
Ariadna salió de la oficina, y al poco tiempo entró un tipo con bigote, como de unos cincuenta años.