Luego de que Melisa y Mateo terminaron de comer, Mateo tomó a Melisa de la mano y la alejó del grupo.
—¿De verdad quieres saber más sobre la RC? –preguntó Mateo- Responde si o no.
—Si, si –respondió Melisa.
—Entonces sígueme.
Mateo se subió en un patín eléctrico, y Melisa le siguió, sujetándose fuerte de la cintura de Mateo.
Después de un rato, Melisa y Mateo llegaron a un botadero de basura. Allí Mateo sacó un rifle de francotirador y se lo colgó a la espalda.
—Sígueme –exclamó Mateo mientras se subía de nuevo al patín.
Mateo y Melisa, empezaron a desplazarse de nuevo en el patín, hasta que divisaron a lo lejos un policía. Mateo paró el patín y le entregó el rifle a Melisa.
—¿Ves ese policía? dispárele -exclamó Mateo.
—¿La Biblia no prohíbe matar?
—Eso es para los tiempos de paz, en los tiempos de guerra, la historia que aplica es la de Sansón ¿Conoces la historia de Sansón?
—Entiendo.
Melisa apuntó por encima de la cabeza del policía y disparó. La bala pasó justo sobre la cabeza del policía, este al darse cuenta que le estaban disparando, y no ver al atacante, se montó en un monociclo eléctrico y desapareció.
—¡NO LO PUEDO CREER! –exclamó Mateo-¡CASI LE DAS! ¿Has disparado antes? Ya estas en la RC. Te enviré por messmars las instrucciones.
Melisa y Mateo se despidieron y se alejaron.