VII

Capítulo 7: El diario de Helen. "Narra Martín"

Respire profundamente, contando hasta tres, para intentar inhalar el miedo que brotaba de mí. Tenía la esperanza de reunir el valor y la fuerza necesarios para enfrentar el temor que se extendería por todo mi cuerpo. Este era el mismo sentimiento que experimentaba en aquellos sueños donde aparecía esa extraña silueta. Sin embargo presentía que era algo mucho más siniestro, algo en lo más profundo de mí no entrar quería, pero faltaban cinco días para evitar su muerte y retroceder no era una opción.

Empecé a caminar paso a paso y, en un par de ellos, ya estaba dentro de la casa. Había pasado por la puerta y lo primero que sentí fue como si de repente llevara el peso del mundo sobre mis hombros. El miedo se volvió una carga pesada y yo tenía toneladas de temor encima.

Por dentro, sentí que la casa era un poco más grande. A primera vista, después de pasar la puerta, había un pasillo que parecía no tener

fin. Probablemente era la sensación de euforia lo que me hacía pensar eso, la misma euforia provocada por el frío del interior. Empecé a marearme a medida que avanzaba hacia adentro y, en un momento, la puerta se cerró lentamente.

Al llegar a la sala, vi que la casa se veía bastante acogedora, con un diseño moderno que no era del todo de mi agrado. Las paredes eran blancas y los muebles tenían mayormente tonos oscuros. Había unas escaleras, una llevaba al segundo piso y la otra parecía conducir a un sótano. Note que no había ningún cuadro o fotografía en ninguna

parte. Sentia como si en la casa no viviera nadie. Fue entonces cuando vi un cuaderno sobre una mesa. Al acercarme, noté que era un simple cuaderno negro. Al abrirlo, vi que en la cubierta y en la portada decía

" Diario de Helen". Estaba muy viejo, parecía que tenía años e incluso décadas. Al voltear la página, encontré una pequeña nota que decía:

"Este diario contiene mi vida y tú apareces en él, porque tú eres mi vida entera". Abajo también había otra nota que decía: " te doy gracias incluso por hacer de mi muerte una de las cosas más hermosas del mundo".

También pude notar que en la parte de abajo de esa misma hoja había unas letras pequeñas, escritas en rojo, que decían: "La única persona que pudo cambiar el destino de alguien más".

Estas letras rojas se vieron mucho más recientes que el resto del diario, como si hubieran sido escritas hace apenas unos días. Además, se notaba que fueron escritas por alguien más, ya que el tipo de letra era muy diferente. Fue entonces cuando me pareció ver a alguien subir las escaleras de repente.

— ¿Andrés? —Pregunto enseñada de alzar la vista — si eres tú, disculpa por entrar a tu casa, no fue mi intención.

—Ven —escuche un susurro que venía de la misma casa, provenía del segundo piso.

Presentía como la voz quería que la seguiría hasta encontrar algo que me ayudaría más, agarre el diario y subí al segundo piso pero al subir solo vi que habían dos puertas donde en una de ella estaba un dormitorio, era un dormitorio muy pequeño pero al abrir. la segunda puerta que estaba frente a la puerta del dormitorio solo vi un altar, fotos en todas las paredes de una misma persona, en una mesa había una foto y junto a ella había una vela, al agarrar la foto había un nombre escrito, este era Helen así que por cómo parecía lo más lógico que pensé es que la persona que salía en las fotos era Helen así que seguí leyendo el diario para entender un poco más.

"Mi nombre es Helen Acosta, tengo 19 años y está es mi historia de cómo viví mi propia muerte más de una vez, cada una aún más dolorosa

que la anterior pero nunca más dolorosa que ver a la persona que más amo llorar"

Algo dentro de mí no podía dejar de pensar que aquella mujer de las fotos también podía saltar en el tiempo o hacer pequeños viajes hacia atrás en el tiempo, en ese momento recordé aquella vez en que aquella silueta me dijo que yo no era el único con esta habilidad.

—y si hay más como yo? —me preguntaba a mí mismo en voz alta.

Mayor parte del miedo se había convertido en inquietud y

dudas; Necesitaba más respuestas, así que decidí seguir leyendo más partes del diario.

" Todo empezó como un día cualquiera. Tenía ocho años cuando casi muero en un accidente de auto, o, mejor dicho, todo empezó cuando morí en un accidente de auto. Recuerdo que, en el último segundo antes de cerrar mis ojos y dejar de Respirar, simplemente todo se detuvo. No sé cómo explicarlo, pero había vuelto, y así fue como evité ser atropellada."

Al leerlo, supe que necesitaba adentrarme más en el diario para entender. Tal vez Andrew estaba aquí para que yo viniera a su casa y leyera las respuestas. De repente, solo pensé: "¿Helen sería la única aparte de mí o realmente habrá más personas con estas habilidades? Y si las hubiera, ¿dónde están?" Pero otra pregunta que seguía resonando en mi mente era: "¿Helen realmente cambió el destino de la muerte de la persona que más amo?" Por dentro, sentí cómo mi esperanza empezaba a revivir.

" Al principio, era feliz porque tenía la habilidad de viajar en el tiempo, pero con los años supe que mi salud empeoróba a causa de ello. Un día, simplemente vi a Will morir. Él lo era todo para mí, y por más que lo intentaba una y otra vez, siempre terminaba yo dando mi vida por él. De alguna manera, mis poderes accionaban por sí solos y me devolvían al pasado ."

Fue en ese momento que escuché llegar a Andrew en el auto y guardé el diario dentro de mi suéter para poder salir por la ventana más fácilmente. Fue un golpe bastante fuerte, pero sin duda valía la pena por lo que había descubierto. Así fue como regresó a mi casa. Espera unos minutos para luego ir a su casa e invitarlo, esta vez sí, a que viniera hoy.

—Si llego a regresar en el tiempo y esta vez no aparece Andrew creo que habría perdido la oportunidad de salvarla —me dijo en voz alta.