Martin y la carrera contra el reloj

XII

Capítulo 12: Cruda verdad.

Narrador Martín

Aún sigo pensando en lo que pasó, no puedo creer que de un día a otro resulte que Andrew jamás existió. Hoy tome la decisión de investigar, primero debo vestirme para ir a la universidad.

—Amor, ya estoy lista —me decía Silvia mientras terminaba de guardar las cosas en su bolso.

—vámonos entonces —respondí, mientras guardaba el diario dentro de mi bolso.

Íbamos camino a la universidad como un día cualquiera, el tráfico estaba más rápido de lo normal, los pitidos de los carros y la bulla de la ciudad no me dejaban pensar bien.

—¿Suceder algo? —me pregunto Silvia colocando su mano en mis piernas.

Al voltear a verla pude ver la angustia que le causaba mi actitud, se notaba demasiado preocupada —creeme cuando digo que no me está pasando nada— le dije acariciando le las mejillas.

¿Qué más podría decirle?, Ey Silvia resulta que puedo saltar en el tiempo y también quiero decirte que vas a morirte, ah y si, también he hecho que la madre de Deiver muera, que Andrew de repente no existe y nadie lo recuerda y Que ahora tú padre está a punto de morir.

Fue en ese momento que me quede pensando en lo último. "Será que todo lo que he estado tratando de hacer, está realmente mal"

—¡Oye! Cuéntame tú, ¿cómo te sientes con lo de tu padre? ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? —le preguntó preocupado de su respuesta, la verdad el escuchar lo obvio me hacía sentir mal, verla pasar por este pésimo momento me hacía sentir mal.

Así es el amor supongo, cuando te pierdes en los ojos de alguien hasta su caos se convierte en tu caos.

—trato de sobrellevar las cosas tal como me has enseñado —me dice tomando mi mano y entrelazándola con la mía.

Después de un par de minutos llegamos a la universidad, estacione el carro y nos bajamos —a qué clase vas primero? —le preguntó a Silvia.

—debo ir primero a la clase de Julio — me dice suspirando, Julio es uno de los profesores con más tiempo aquí, próximamente puede que sea rectorado, no sé qué materia le da a Silvia, pero sí sé que de todos los profesores es el que peor le cae.

—No te estreses Silsi, hoy cuando salgas si quieres te llevar a comer helado —le dije acercándome y colocando mis manos en sus cachetes

—te amo —le dije mirándole esos ojos que me mantenían fuerte, creo que sin ella ya hace tiempo me habría rendido.

—te amo más —me dice, y en seguido coloca su boca a la par de la mía para besarla —te veo al salir— me dice mientras se va alejando para ir a su clase.

Yo empecé a dirigirme a la biblioteca, era el lugar más silencioso para leer el diario, podía concentrarme bastante bien.

•••

Ya ha pasado un rato desde que empecé a leer y no encontró nada valioso que me ayude. Solo un par de cosas que me dejaron con más dudas.

Hay una parte del diario en la que Helen habla acerca de una habitación del tiempo, supuestamente es la habitación a la que solo los de arriba tienen acceso.

Sí, me pregunté lo mismo que ustedes, ¿quiénes son los de arriba? Sigo buscando información a ver si hay algo relacionado, pero aún no encuentro nada.

Algo que me pareció extraño es que hay lugares de los que Helen habla que no me parecen familiares. He buscado en Internet y tampoco encontré nada sobre esos lugares. Siempre supuse que Helen no era de mi época, pero no se me había pasado por la mente de qué época podría ser. Cada vez empiezo a sospechar más que ella no viene precisamente del pasado.

Al volver a la siguiente página, leí algo que me llamó la atención.

"Mateo sigue estando sano y fuerte, solo espero poder encontrar la forma de ocultarlo de él".

— ¿Quién es mateo y de quién quería ocultarlo? —me dije a mi mismo en voz alta.

He leído indicios en este diario de que ha habido otros como yo. Según Helen, todos han desaparecido de formas extrañas, como si la historia los borrara y nadie se acordara de ellos. Fue en ese momento que pensé en Andrew, ¿por qué Silvia y Deiver no lo recuerdan?

Aquella noche en la que apareció aquella silueta de sombras sin duda terminó de confirmarme que hay más personas como él. Primero está la que apareció en mi casa, luego está el que hizo desaparecer a Andrew esa noche y sobre todo, aquella persona que aparece en los sueños. Me pregunto si habrá más personas y, sobre todo, quiénes son esas personas.

" Acabo de descubrir cuál es su función. Los de arriba le otorgan poderes a los de abajo para luego consumirlos y así alimentarse. —Los

de abajo? —me volvió a preguntar en voz alta.

" Vendrán por mí, ellos ya saben que yo sé, harán lo posible por hacerme desaparecer"

" Debo encontrar la habitación del tiempo, solo así podrás ocultarme de ellos, tengo un pequeño indicio de donde podría estar"

" Vuelve al primer día de todos, ahí encontrarás la habitación del tiempo. Eso fue lo que me dijo aquel señor, al principio no lo entendía, pero creo que ya empiezo hacerlo, estoy lista para iniciar la búsqueda"

—Vuelve al primer día de todos —me repetía una y otra vez, lamentablemente no había más nada referente a eso, trataba de volver a leer el indicio pero no podía pensar en qué querrá decir.

Mientras más leía, descubrí más cosas. Resulta que Mateo era el hijo de Helen. Helen viajó décadas al pasado y lo dejó para que los de arriba no lo encontraran. Aún no sé quiénes son los de arriba, pero lo que sí sé es que nosotros somos los de abajo.

Helen explica que los de abajo son elegidos por los de arriba, personas seleccionadas para otorgarles el poder del tiempo. Helen me hizo entender una cosa: me hizo entender por qué Silvia moría una y otra vez. Lo hacen para tenerme a mí. Los de arriba vienen por mí.

No puedo evitar sentir la sensación de temor, la sensación de ser observado todo el tiempo, pero a estas alturas no puedo dejarme guiar por mis sentimientos. Debo buscar la manera de salir de esto.




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