Más Allá.

(Cap. 7) - La promesa que llegó tarde

Pasan días y noches enteras. No sé cuántas exactamente y tampoco quiero saberlo. A diario despierto gritando. Ella está presente en cada uno de mis sueños, pero nunca puedo alcanzarla. Siempre corro tras ella, pero parece huir de mí. Me llama, pero no sé de dónde viene su voz, hasta que la veo parada ante una gran luz. Ella sonríe y me pide alcanzarla, pero por más que corro nunca es suficiente como para llegar a ella.

He recibido infinidad de llamadas. Las personas vienen aquí, pero no atiendo a nadie. No quiero hablar con nadie, y mucho menos recibir visitas.

Después de tanto, hoy es la primera vez que salgo de la cama para hacer algo que no sea darle de comer a Fozzi. Mis articulaciones están como para matarme, así que voy por un poco de agua para tomar mi medicamento.

El cachorro ladra desesperado, se rasca el cuello, pero lo ignoro. Suele hacer eso desde que lo adoptamos.

Tomo mi medicamento y vuelvo a la habitación. Me meto bajo las cobijas y tomo su almohada para abrazarla. Tropiezo con el control remoto y, después de una pequeña pelea interna, decido tomarlo.

Prendo la TV y, de inmediato, el DVD se enciende. Me asusto, pero imagino que lo hemos dejado programado. Me pongo de pie para ir por el control remoto, pero ella aparece ahí. La veo luchar, me imagino que con la cámara, y sonríe.

—“Hola, bebé. Lo sé, debes estar demasiado nerviosa en este momento. Y esa es la razón por la que te he enviado a casa; sé que debes pensar que estoy loca, pero no. Todo esto tiene una razón más allá de la que he podido explicarte. Me encantaría hacerlo en persona, pero en este momento debo estar en cirugía y pasarán algunas horas hasta que volvamos a vernos.” —ríe juguetona al ver a Fozzi subirse sobre ella; lo acaricia y besa su cabeza—. “Tara, yo… de verdad que no sé cómo hacer esto. Estoy… estoy tan nerviosa, nena… Sabes, me ha tomado algún tiempo, y uno que otro tropiezo, llegar a la decisión a la que he llegado. Pero creo que es la correcta.

Y es que ya me cansé de esta vida” —ríe a carcajadas— “no de la vida en sí; me cansé de ser una gitana. De ir siempre de un lugar al otro. Me ha tocado pagar un precio muy caro por ello” —acaricia su silla de ruedas—. “Tar-Tar, quiero que… quiero que nos casemos. Quiero dejar los escenarios y comprar una gran casa. Tener un par de hijos y una novia para Fozzi. Quiero que formemos nuestra propia familia” —una lágrima recorre su rostro, pero inmediatamente la seca y sonríe—. “Si esta operación va a darme todo eso… yo, sea cual sea el riesgo… estoy dispuesta a correrlo. Ese y el que sea necesario.

¿Qué dices? ¿Aceptas ser mi esposa? Al despertar quisiera escuchar tu respuesta. I love you, honey.” —lanza un par de besos a la cámara—. “Pdta.: Fozzi tiene un regalo para ti. Bye.” —se despide con la mano y se inclina para apagar la cámara.

Para cuando la grabación termina ya no puedo controlar las lágrimas. Por fin íbamos a casarnos. Ella esperaba que le diera un sí; que tuviéramos nuestros propios hijos. Una familia. Todo lo que siempre quise a su lado.

Todo lo hubiésemos tenido si nada de esto hubiese sucedido.

Me abrazo fuerte a su almohada y grito con fuerza. Esa estaca había ido directamente a mi corazón y dolía. Es el dolor más grande que haya sentido.

Me desespero. Hoy, a diferencia de los demás días, me encantaría sentir que alguien está aquí para abrazarme, para secar mis lágrimas y decirme que podré soportar todo esto. Pero no es así.

Estoy sola, y el único consuelo que recibo es el de nuestro cachorro. Lame un par de veces mi rostro y volteo a verlo, un poco triste. Acaricio su oreja y él se echa a mi lado para que rasque justo bajo su collar. Siempre lo hace.

Lo acaricio suavemente mientras observo sus ojos. Su mirada se ve apagada; supongo que sabe que algo pasa. Jamás había tenido tan poca atención de mi parte.

—Que… ¿qué tienes aquí? —digo al tropezar con un trozo de algo en su collar—. Déjame ver…

Lo atraigo hasta mí y reviso su collar. Mi corazón se paraliza y, de inmediato, suelto su collar para dejarlo caer.

Un anillo.

“Fozzi tiene una sorpresa para ti”… Esta era la sorpresa. Ella sabía que lo encontraría al acariciarlo. Lo tenía todo planeado.

—Oh, cariño… —comienzo a llorar nuevamente mientras aprieto la sortija.

Ahora todo duele aún más. Perdí todo. Todo lo que tenía y lo que quería tener a la vez. Perdí las ganas, y esto lo prueba.

No quiero… no quiero seguir con esto.



#269 en Fanfic
#100 en Ciencia ficción

En el texto hay: perdida, lgbt+, luto

Editado: 22.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.