6. Baile en el bosque

🌹~Eva~🌹
 

El cielo, el cielo lucia hermoso, sus colores por la mañana eran magníficos tanto como la tranquilidad que me daba el respirar ese aroma mañanero, era especial, el ver y analizar el como de haber tenido tantos colores despues se vuelve un azul exquisito. Respire hondo mientras cerraba mis ojos, -Simplemente hermoso-. Solte mientras tomaba con fuerza los bordes una banca fuera de la casa. No entiendo como las personas prefieren dormir y perderse este regalo tan bello que se da todos los días, yo aunque sea un fin de semana me despierto temprano para no perderme esto.

- Eva ¿donde estas?-. Esa voz espantosa que no debaja mi mente, sabia que era mi madre biológica pero la aborrezco con todo mi ser, desde ayer por la noche pequeños recuerdos sin sentidos e presenciado.

Dure segundos en silencio hasta que la voz volvió a hacerse presente al igual un recuerdo me inundó, eran las seis de la mañana por lo que me encontraba en el techo de mi casa para poder observar el cielo, pero esta vez algo era diferente, hoy cumplía mis doce años y ellos me habían dicho que traerían un regalo especial, no sentia confianza por que se que esto no era para algo bueno, apreté mis piernas heladas y continúe viendo el cielo. Me tenso con rapidez al escuchar un carro llegar por lo que me asomé con remordimiento, un hombre vestido de blanco y con un reloj dorado tocaba la puerta de la casa, en menos del segundo mi padre abrió la puerta, -¿Dónde está Eva? ya no puedo esperar más-. Replicó el señor.

Trate una y otra vez recordar más sobre ello pero nada, absolutamente nada, sinceramente esperaba con ansias al sujeto de la mascara para que me contará mas sobre Ana para entender que es lo que sucedió conmigo.

Me puse de pie y comencé a correr por todo mi patio el cuál era muy grande, gracias a dios ya no me cansaba tanto, aunque tambien era muy buena corriendo lastima que jamas podre meterme a algún deporte ya que primero quiero dedicarme a otras cosas. 

(...)

-¿Vamos?-. Preguntó Raul con una sonrisa coqueta, -¿A que quieres ir?-. Tome su mano y la aprete mientras le sonreía,  -Es que si no vas tu, me quedaré solo en la sala ya que ellos siempre entran a los cuartos a hacer sus marranadas-. Ante sus palabras me carcajeé, el tenía razón, pero la forma en que lo decía era la que causaba en mi gracia, me sacudió una y otra vez
hasta que acepte ir, - Oye pero a las ocho me tengo que regresar a mi casa ¿Entendido?. El asintió y a su vez beso mi mejilla con ternura para despues irse corriendo a entrenar.

Jade y karen llegaron por detrás para sentarse las dos en cada uno de mis lados, -¿Que te dijo?-. Soltó Jade recostando su cabeza en mi hombro, - No quería estar sólo en la casa de tu novio -. Karen se rió mientras Jade bostezaba, -Mejor que confiese que le gustas-. Solto Jade desganada, - Ya las dos-. Se rio karen mientras que Raul se acercaba.

-¿De que hablan?-. Estiro su mano por lo que le di la botella de agua, - De nada mocoso -. Jade molesta replicó, -¿Y esta loca que trae ahora?-. Karen se rio al igual que yo, eran unos hermanos bastante peleoneros a pesar de ser mellizos, lo bueno es que no son idénticos.

(...)

- Vamos, no quiero que pase lo de la otra noche-. Me hacia del rogar hasta que Raul me tomo en brazos, - Ya bajame estaba jugando -. Me bajo para dirigirnos a la habitación de huéspedes.

Yo al entrar me quite las zapatillas y me acosté en la cama, el sólo se acosto a un lado mío,
- Te quiero besar -. Me empecé a reír ante sus palabras, - Callate, no juegues de esa manera-. 

- No es juego-. Sabia que los babosos de los gemelos habian aconsejadole estó a Raul y hasta quizas karen sabia de esto.

- No jueges asi -. Me sente en la cama y lo mire con cara de desagrado, - No me importa-. Se rio tembloroso, podia notar sus nervios con el simple hecho de verlo a los ojos, se acerco a mi pero yo sabia que el no seria capas de hacer las cosas por mas que quisiera hacerlas, apreto sus mis brazos con sus manos cálidas y sin pensarlo se arrojó a mis labios, me quede quieta tragandome mis propias palabras.

Cerré mis ojos mientras nuestros labios danzan entre sí, un calor calido me invadía al igual que a el, me subí sobre su cuerpo mientras nos besamos con detenimiento, la sensación era agradable aunque sólo estaba cumpliendo su capricho ya que el no era de mi gusto y aun peor era mi amigo, abri mis ojos los cuales se encontraron con la mascara de cerdo que estaba fuera de la casa, justo en la ventana, se encontraba el sujeto, mi voz se perdió y mi cuerpo tembló, me aparte de Raul y comencé a caminar fuera de la casa, deje a todos sin avisar.

No queria involucrarlos en esté problema que era sólo mio y de Ana.

(...)

Llegue a mi casa y justo antes de entrar a mi habitación recibí un mensaje del sujeto, "Pontelo, te espero en el bosque". Entre a mi habitación con los labios torcidos intentando averiguar que es lo que realmente queria de mi esté loco.

Sobre la cama había lencería blanca y un precioso vestido de la época antigua, una caja del mismo color justo alado, abri la caja con lentitud para encontrarme unos tacones blancos con una nota dentro, "El blanco es el color de la pureza, y tu lo eres". Trague grueso ante su carta extraña.

Iba a tapar la caja y sacar los tacones pero note que habia otra caja dentro, la abrí con mayor lentitud para quedarme sin habla, dentro de la caja había una máscara de un conejo blanco de ojos rojos.

(...)

Analizó en el espejo con exactitud  lo bien que me queda todo aunque no estoy muy acostumbrada a usar corcel, es un tanto incomodo aunque soportable, inspeccionó con rapidez por segunda vez que todo este en orden. Colocó un poco de loción sobre mis hombros y cuello expuesto.

Camino hacia afuera lo cual tardó  unos cinco minutos, ya en el patio continuó hacía el bosque, su traje  blanco lo delató al instante, su mascara ahora era de un zorro blanco, cuando quedamos justo frente a frente el tomo mi mano para depositar un beso levantando su mascara sólo mostrando su barba bien afeitada.