LUCÍA
Escuché mi despertador y me removí un poco, abrí con dificultad mis ojos; estaba en mi habitación del internado
-. Vaya no recuerdo cuando me dormí – dije sentándome encima, tenía la misma ropa de ayer; buscaba los recuerdos en mi memoria y después de un par de minutos… todo regresó como una película y mis mejillas se encendieron.
Me quede dormida en sus brazos, en serio soy de lo peor. Me di una larga ducha para relajarme y comencé a vestirme para ir a clases y a la hora de salida comenzare a empacar para mudarme con Owen.
Todo esto está yendo demasiado rápido y me da algo de miedo; pero no tengo nada que perder… familia no tengo y… solo puedo luchar por mi angelito
Fui al salón de matemáticas que eran las dos primeras horas, llegué y me senté en la segunda fila segundo asiento (mi lugar habitual), la profesora que ya debía haberse jubilado entró e inicio su clase.
“Estas son las dos horas más aburridas de mi vida”
Después que termino, fui a clase de educación física la profesora nos puso a calentar y un ligero mareo hizo que me detuviera. Me senté diciéndole a la profesora que no me sentía bien.
Leyla no despegaba su vista de mí y en serio que no me daba buena espina… está tramando algo y no creo que sea bueno.
A la hora de receso me dirigí a la cafetería para comer algo, me sentía débil y no entendía porque. Me senté en una mesa del fondo quería estar sola, y el recordar que hoy dejaría mi solitaria vida una sonrisa boba se dibuja en mi rostro.
Es difícil creer que haya encontrado estabilidad, durante el tiempo que este junto a Owen hare mi mejor esfuerzo para lograr que sea feliz.
Termino el receso, aunque no probé bocado me siento mejor… supongo que se debía a mi estado de ánimo.
Terminaron las clases y antes de subir a mi habitación para empacar mis cosas, decidí ir al jardín y trasplantar una sábila que había sembrado alejado del jardín que cuidaban en la escuela. La dejaba como un recuerdo de mi pasó por este lugar.
Entre en mi habitación, ordene algo de mi ropa y el portarretrato con la foto de mi padre y hermanos; también algo de mi maquillaje. En total fueron una maleta muy grande, y una mediana.
Me senté en mi cama tratando de encontrar un recuerdo grato… me acosté mirando al techo y el único recuerdo bueno fue conocerlo a él… mi salvador y un gran hombre, tan perdida estaba en mis pensamientos que no me fijé cuando Leyla y sus “amigas” habían entrado en mi habitación
“Esto no es bueno”
Me senté y espere a que ella comenzara a hablar, tal vez así me dijera parte de su plan o ¿Qué buscaba aquí?
-. No me vas a preguntar ¿Qué quiero? – su voz chillona me exaspera demasiado, no quería responderle Owen ¿dónde estas ya deberías haber llegado?
-. Esta sorda Leyla – hablo Sam la rubia sin neuronas
-. Escúchame – me sacudió de mi brazo y me zafé de forma brusca – no te saldrás con la tuya, le abriré los ojos al benefactor y te dejara
-. Deja de perder tu tiempo – me puse de pie – él es feliz a mi lado y yo al lado de él
-. Te crees que él te quiere – dijo con sarcasmo, mientras sus secuaces reían escandalosamente
-. Me lo ha demostrado – trataba de mantener la calma, esto no le hacía bien al bebé
-. Ilusa no… - Sam la interrumpió cuando vio mis maletas casi debajo de mi cama
-. Creo que planea irse – dijo sacando mis maletas
-. Pequeña zorra – me abofeteo y juro que quería responderle; pero me controle – trata de huir
-. No – sonreí – me iré a vivir con mi prometido – eso al desestabilizó por un momento
-. Eres peor de lo que pensé – hizo un movimiento con su cabeza y sus secuaces me tomaron cada una por uno de mis brazos, trate de soltarme y no pude – que inventaste para que él te llevará a vivir juntos o es…
-. No, me iré a vivir con Owen – la interrumpí antes que nombrara a mi ex – tu adorado capitán, está libre… para ti
-. Lástima que ya dejo de interesarme – sonrió y sus ojos tenían una mirada extraña – me gusta tu nuevo pretendiente
-. Eres una PUTA – le grité y ella me abofeteo tan fuerte que logré sentir el sabor metálico de la sangre y mi mejilla me ardía mucho
-. Tienes miedo – me dice riéndose en mi cara – que te lo quité, porque soy mucho más hermosa que tú
-. Estoy segura de sus sentimientos – dije con rabia – él no se dejara engatusar por alguien como tú – y otro golpe directo a mi mejilla
-. No te hagas la mosquita muerta – dice caminando de un lado a otro - tú eres mucho peor que yo, eres mil veces… - no sé ni como pero me solté y le propine una cachetada con todas mis fuerzas que al menos logro partirle el labio – TE VAS A ARREPENTIR
Me tomó por el cabello y en el piso se sentó sobre mi golpeándome una y otra vez en mi rostro, traté de defenderme ¡lo juró!; pero sus secuaces me sujetaron las piernas y los brazos; solo pedía que esto se acabará… sentía mi nariz y boca sangrar
“Perdóname bebé no pude defenderte”
Mis ojos me pesaban ya no sentía dolor y no sé en qué momento Sam y Mía habían empezado a patearme en mis piernas y golpear las partes donde Leyla no había prestado atención.
Escuché un ruido y sentí que el peso de encima de mi cuerpo era retirado.
-. Lucía – Owen estaba a mi lado – por favor resiste
-. Lo siento – dije en un hilo de voz antes de caer en total oscuridad
OWEN
Adelante la mayor cantidad de trabajo que pude, debía tener libre la tarde y el fin de semana; las horas parecían correr lento y me sorprendía el haber terminado tan rápido papeleo… eran cerca de las dos de la tarde y salí al aparcamiento para ir en busca de mi prometida.
Llevaba un par de hamburguesas para compartir, no me gustaba comer solo; pero creo que la ansiedad no me permitía tener hambre.
Llegué al internado y sentí una opresión en el pecho, fui a la dirección ya que no podía ir directo a su dormitorio.
Editado: 03.05.2022