abia una ves en una ciudad llamada auradia en donde vivia una princesa llamada Letizia que siempre avía sido desde pequeña una princesa muy bonita debido a eso muchos príncipes la querían pero a ella solo le gustaban los rebeldes
mientras que en el otro lado en una ciudad llamada maludia vivía un villano que siempre abia estado enamorada del la prinsesa del reino de auradia
para Liam Letizia era un ángel caído del cielo
En auradia el idioma más hablado es el español Y en maludia el idioma más hablado es el maludia un idioma hablado desde hace millones de años ese idioma fue escrito por emperador de la época llamado males kispi
un día por la mañana en el pueblo se enunció que abría una concurso en donde todos podrían participar en ese concurso ayudarían a la princesa q encontrar a su príncipe adecuado para la boda
Ese mismo día, la noticia del concurso llegó hasta Maludia.
Cuando Liam escuchó que la princesa Letizia buscaba a su príncipe, su corazón empezó a latir muy rápido.
—Esta es mi oportunidad… —pensó él.
Pero había un problema: los maludianos no podían entrar fácilmente al reino de Auradia, porque siempre habían sido considerados peligrosos.
Aun así, Liam no quería rendirse. Tomó su capa negra, su espada vieja y un pequeño libro donde él mismo había escrito palabras en “maludia” para regalárselas algún día a la princesa.
Mientras tanto, en Auradia, Letizia no estaba nada contenta con el concurso.
—Yo no quiero un príncipe perfecto —murmuró—. Yo quiero alguien diferente… alguien que no sea como todos.
Su doncella, Amalia, la escuchó y sonrió.
—Tal vez tu destino no está dentro del castillo, princesa.
—¿Entonces dónde? —preguntó Letizia.
—Quizás allá afuera, donde menos lo esperas…
Ese mismo atardecer, sin que nadie la viera, Letizia decidió salir de palacio para caminar entre la gente del pueblo y ver quiénes participarían en el concurso. No sabía que, al mismo tiempo, Liam ya estaba en camino hacia Auradia, decidido a cruzar la frontera prohibida… solo para verla a ella.
Y así, sin que ninguno lo supiera, el destino empezaba a unir sus caminos.