Mas allá de la mirada

Prólogo

Me presento, mi nombre es Tessa Parkers. No soy nada del otro mundo, algo rebelde y muy pero que muy soñadora. Mis padres piensan que estoy tan loca que nunca llegaré a ser alguien de provecho, alguien con una madurez tan exquisita que consiga agradarles.

No me gusta el mundo en el que vivo quizás sea por eso por lo que actúo a mi manera y quizás también mi manera no sea políticamente correcta para la gente que me rodea: ellos viven esclavos a un sistema que les ha robado la felicidad y yo, no pienso recorrer el mismo camino.

Quiero vivir mi vida para mí, pero oye, no os penséis que lo digo en el sentido egoísta de la palabra porque mis ideales suelen ir ligados a vivir para los demás. Me refiero a vivir de tal manera que cuando tenga 90 años pueda decir: no me arrepiento de la vida que tuve, hice todo lo que quería.

Estoy en el último curso de instituto. Os diré la verdad y seguramente ya os lo esperaréis: soy bastante popular... pues no, la verdad es que no. Soy de esas personas que intenta no sobresalir, pero por desgracia acabo en boca de todos. Nunca me gustó llamar la atención. Hay personas que nacen para que hacerse notar pero sinceramente, yo no era de esas, ni me siento mal por no serlo.

Tengo dos mejores amigos, Anne y Tobías.

Anne, al contrario que yo, es de esas personas que necesita hacerse notar: rubia, ojos azules, metro setenta...Bueno la verdad es que es bastante guapa y suele gustar a todo el mundo.

Somos dos polos muy diferentes, nada más hay que mirar nuestros físicos: ella es rubia, yo morena, ella es alta y yo soy bastante bajita...Lo que me gusta de ella es que, aunque su aspecto vaya totalmente de acuerdo con los estereotipos aceptados por nuestra sociedad, odia tanto como yo el tener que seguir unas reglas y no poder vivir su vida por culpa de ello.

Luego tenemos a Tobías.

Tobías, es el típico deportista guaperas que vuelve loca a cualquier chica. Es de nacionalidad italiana, tiene el pelo negro y los ojos verdes.

Seguramente os estaréis preguntando si alguna vez me he sentido atraída por él, y la verdad es que no. Tobías es como un hermano para mí. Aunque no salimos en el mismo grupo de amigos, siempre ha estado ahí para darme su mejor consejo cuando lo he necesitado.

Nosotros tres, nos conocimos hace algunos años. Anne estaba en mi clase, Tobías es dos años mayor que yo. A él lo conocí en una academia a la que acudía hace tiempo.

¿Y por qué os hablo de ellos? Pues bien, mi relación con ellos dos, será el hilo conductor para comenzar a contaros esta historia.

Vayamos tres meses atrás, sobre enero más o menos. Las vacaciones de Navidad habían terminado y era la hora de reincorporarse a la rutina. Mis navidades habían sido como de costumbre: familia de un lado a otro.

Yo estaba muy ilusionada porque en este nuevo trimestre por fin podría enterarme de cómo estaban las universidades de mi ciudad.

Iba con los cascos puestos por el pasillo de la universidad cuando de repente un chico vestido entero de negro cruzó desde la puerta de entrada hasta las oficinas directivas.

Me llamó especialmente la atención por su forma de andar: mostraba decisión y seguridad en sí mismo.

Lo seguí con la mirada hasta que se perdió en la lejanía de los despachos, entonces suspiré y agaché la cabeza, a lo que la voz de Anne consiguió hacerme reaccionar:

— Ey Tess, ¿sabes qué? Estas vacaciones he estado mirando por internet, me voy a ir a estudiar fuera. He encontrado una universidad con un grado en artes dramáticas, es mi oportunidad de brillar, ¿a qué es guay?

Os diré la verdad, escuchar eso de la boca de Anne fue como si un cuchillo atravesase mi alma. Anne realmente era la única amiga que tenía porque contando con que a Tobías lo veo poco...

— Oh Anne, eso suena bien, pero ¿y dejar tu vida de aquí e irte sola?

—Tía, piénsalo, imagínate irte lejos y poder hacer lo que llevas soñando tu vida, pero además de eso, tener la autonomía que siempre habías deseado. Me iré sin pensármelo dos veces Tess. Aunque vendré de vez en cuando — decía Anne ilusionada.

Quizás yo fuese un poco miedica y todas esas cosas me creasen miedos en un primer momento, pero la idea de perder a mi única amiga conseguía aterrarme.

— Bueno pues si has tomado esa decisión, la apoyo. Lucha por tus sueños amiga. Yo estaré aquí como siempre esperando con los brazos abiertos.

Justo cuando miré hacia al lado, vi que Anne se había ido corriendo al otro grupo de chicas con el que se juntaba, mientras les contaba la idea y las 5 daban saltos de alegría.




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