Prólogo

Con tan sólo lograr ver un fantasma es demasiado, no puedes hacer las actividades bien por tener una presencia a tu lado o sentir como te observan, con el tiempo según te acostumbras pero la verdad es que no, los fantasmas jamás dejan de sorprender, acepto que puedo verlos y no te liberas de ellos hasta saber qué es lo que buscan, me a tocado más buenos que malos pero está vez un fantasma malvado o algo inhumano me buscará para obtener algo.

Mi nombre es Natalia y está es mi historia.





 

FLASHBACK
Hace dos años..

Estaba sentada en un parque cerca de mi casa, hacía un poco de frío, me gustaba observar a mi alrededor, mantener mi mente distraída para no recordar situaciones incómodas y tristes, casi no hay niños por donde vivo, así que veía mas la naturaleza, estaba en mi mundo que no me di cuenta que me hablaban.

Me giro en la dirección donde escuché esa voz, --Oye por favor...

--Hola-- me levanté del lugar donde estaba sentada, --¿Quien eres?

--¡Ayudame!-- su voz era desesperada.

--¿Cómo te ayudo?-- estaba temblando de miedo.

Senti un escalofrio detras de mi, sabía que estaba ahí, me di la vuelta lentamente y si era lo que creía. !Un fantasma!

--¡Ayudame! ¿Por qué las demás personas me ignoran?-- estaba llorando.

Era una chica de unos 12 años, estaba perdida y lo peor es que no sabía que estaba muerta.

--Hey tranquila ¿Qué sucede?-- me arrodillo frente a ella.

Ella me miro confundida, --No lo sé, desperté, traté de buscar ayuda, pero todos me ignoraban, me siento tan tonta.

--¿Cuál es tu nombre?-- le pregunté para tranquilizarla un poco.

Tardó un rato para contestar, pero finalmente me dijo: --Alexa.

La mire y le dije: --Bueno Alexa, no haz visto película de fantasmas o algo así como almas en pena.

Se quedo callada por un momento, --Por supuesto que sí, quien no ve ese tipo de películas.

--Bueno a ti te está pasando algo parecido, estás atrapada entre los dos mundos, ésto sucede cuando te arrebatan la vida o quizás tengas algo pendiente.

--Está bien, ¿Ahora que hago?-- me pregunta

--Tienes que descubrirlo, ve a dónde era tu hogar quizás, tus lugares favoritos, con tus familiares, talvez recuerdes lo que te pasó, sabrás resolver tus dudas y así encontrar la paz.

Ella se me queda mirando, --De acuerdo, tengo un poco de miedo, pero lo haré, ya como fantasma no puede pasar nada más.

--Tranquila, sino resuelves nada, búscame de nuevo.

Así sin más se va y por lo visto lo logró porque jamás la volví a ver.