El rugido de los motores me golpeaba el pecho, pero no era eso lo que me aceleraba el corazón.
Eliot estaba a mi lado confiado, como siempre, sonriendo y disfrutando cada segundo de la última carrera.
Y entonces la vi, entre la multitud, un destello de cabello oscuro y ojos que parecían no pertenecer a ese lugar. No estaba allí por las carreras, apenas acompañaba a alguien... Luka supuse.
Algo en ella me detuvo. Por primera vez, ganar no era suficiente. Por primera vez, quería estudiar cada gesto, cada movimiento, cada pista, antes de acercarme. Solo observarla y entenderla.
__Max, ¿vas a dejarla pasar? Pregunto Eliot.
Negué. No. Esta noche no podría dejarla pasar.
Algo me decía que esa chica cambiaría todo. Y estaba dispuesto a descubrirlo como.