Después de llorar por un largo tiempo por mi cabello me levanto del suelo y me vuelvo a mirar. Siento mis ojos casi salirse de su lugar al ver la mitad de mi cabello completamente blanco, no un blanco bonito y brillante, sino uno feo, desgastado y sin brillo. Mi respiración acelerada hace eco en el baño.
―Mi madre tenía razón, mi pelo esta cambiando. ―me miro horrorizada―. ¿Qué más tiene que pasar? camino hasta la sala y un hombre vestido totalmente de negro esta sentado el el sofá, siento como el miedo se apodera de mi, él me ira impasible mientras juega con un vaso que estaba en la mesa de centro.
―Creí que nunca saldrías de ese baño. Llevo horas escuchandote llorar y esta lluvia me impide hace mi trabajo correctamente. ―dice con una tranquilidad quje solo logra ponerme los pelos de punta.
―¿Quién eres y qué haces aquí? ―cuestiono con la voz entre cortada y temblorosa.
―Yo, ―se levanta del sofá―, me llamo Daem, y vengo por ti, nueva bruja. ―dice de lo mas tranquilo.
Mis pies instintivamente dan varios pasos atrás y él los da hacía adelante. Choco con la pared y se detiene de golpe, por un momento pareciese que hay una pared invisible entre nosotros y no puede tocarme.
―Veo que aún no tienes el suficiente poder como para enfrentarme y así no me gusta pelear. Quizás luego vuelva por ti, tomaremos un café o solo me limitaré a matarte como es debido. No lo sé, puede que cambie de opinión, pero puede que no.
El tipo, ahora conocido como Daem, me guiña un ojo y tira un beso al viento en mi dirección, yo apenas si puedo quitar los ojos de él y mis pulmones me piden oxigeno, aguanté la respiración por el pánico y no me di cuenta. Corro a mi habitación y empiezo a empacar todo, si el pelo no me hizo mover el trasero de aquí esta intromisión sí me hará correr.
Papeles, ropa y cosas que creo que necesitaré las guardo en una bolsa enorme para mi gusto, voy a la cocina y tomo todo el dinero que hay en el bote que dice “harina” y ni siquiera lo cuento. Veo la carpeta-manual de las brujas y sin pensarlo lo pongo en la bolsa. Lo hago todo tan automático que no me doy cuenta de que estoy parada frente a la puerta. Un sentimiento de miedo me detiene de abrir la puerta. ¿y si él esta allá afuera? ¿y si me mata? No lo creo, él dijo que así no lo haría. Y algo dentro de mi cabeza menciona si en verdad puedo confiar en un hombre que atraviesa paredes. ―Me volveré loca sin duda.
Abro la puerta con los ojos cerrados y cuando abro uno despacio me doy cuenta de que hace un calor horrible, el aire se siente pesado y caliente, esto es tan raro, hace un par de horas no dejaba de llover, me pregunto si… Una idea loca atraviesa mi mente, ¿Y si el clima cambia por mi estado de animo? Recuerdo que mi madre mencionó algo relacionado con el clima. Cierro la puerta y camino rápidamente hasta la avenida que esta a cuatro cuadras de aquí, mientras camino voy mirando a todos lados asegurándome de que el hombre no me esté siguiendo. Por fortuna llego viva a la avenida y tomo un autobús con dirección al aeropuerto. Tengo que irme de aquí ya, aunque no estoy segura de que yéndome de aquí esta pesadilla termine.
💠
Juego con el boleto que tengo en mis manos, no me siento segura y con cualquier ruido que escucho no puedo evitar sobresaltarme. Cada hombre vestido de negro me causa pánico y mi cabello empeora a cada minuto.
―Tu cabello es… radical. Menciona una chica sentada a mi lado. Cabe mencionar que su cabello parece vomito de unicornio. Me río internamente por mi chiste tonto y asiento como tonta.
―Es horrendo, la verdad no pensé que se pudiera poner de este color.
―Casi podría decirse que eres una combinación de Cruella de vil, pero moderna.
Sonrío por que es verdad, hasta yo lo pensé en su momento.
―¿A donde vas? ―cuestiona curiosa.
―Voy a… ―me detengo recordando lo que mi padre dijo: “No confíes en nadie” ―África.
―¿África? Eso suena genial. Yo me voy a la ciudad de… “Pasajeros con destino a la ciudad de las flores favor de abordar por el pasillo tres”
―Ese es mi vuelo, fue un gusto admirar tu cabello.
La chica vomito de unicornio sonríe y camina hacía el pasillo tres, mi pasillo. Me debato entre subir a ese avión, pero entonces algo dentro de mi me grita que lo haga, corro hacía el pasillo tres y abordo el avión, busco mi asiento y antes de siquiera encontrarlo ella me encuentra a mi.
―¡Hey! ¿qué haces aquí? ―cuestiona emocionada.
―Cambié de opinión.
―Eso es genial, ¿qué asiento te tocó?
―Dos más adelante.
―Nos vemos luego...―hace una pausa.
―Dharani.
―Nos vemos luego, Dharani. ―sonríe.
Camino hasta mi asiento y en uno de ellos esta alguien sentado, tiene el rostro cubierto, como si estuviese dormido, ignoro a la persona y tomo el asiento libre en la ventana, no es el que me corresponde pero el mío esta ocupado. Miro por la ventana. El cielo esta inquieto por decirlo así. No hay lluvia, no hay calor, no hay nieve o algo por el estilo, pero las nubes se ven algo inquietas y en movimiento, como si huyeran junto conmigo de todo esto.
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Editado: 18.01.2020