Más allá de mis ojos

Este hombre dice estar paralítico, se que no puedo verlo, pero como saber que dice la verdad.

—¿Paralitico? Diría un lo siento como toda la gente pero eso no le dará la movilidad a sus piernas.

—Eso es tan cierto, pero, el que esté en una silla de ruedas para el resto de mi vida, no quiere decir que no pueda ser feliz.

—¿Feliz? No creo que eso aplique en mi caso, soy ciega.

—Eso no es impedimento, cada día varias personas pierden algún sentido o parte de su cuerpo, les duele si. Pero eso no significa que dejen de vivir.

—Los colores de mi vida se han ido, todo es gris, negro, hoy estaría viendo los últimos detalles de mi boda, me casaría mañana, y todo se ha ido, el se ha muerto por mi culpa, y yo, me he quedado ciega, esa es mi penitencia —una lágrima baja por mi mejilla derecha, quiero ir me y mamá no ha vuelto aun.

—El accidente que me dejo así, me dejo así, me dejo sin esposa, solo estuvimos casados un mes, en un mes me quede viudo y no sabia que seriamos padres, así qué, también perdí a mi hijo. A veces me pongo a imaginar como seria, si tendría mis ojos o los de ella, mis labios o los de ella.

Pienso en todo lo que ha dicho, perdió a su esposa e hijo, debió ser muy duro era el, pero la única diferencia es que yo mate a mi prometido. Eso pesa más.

—La vida es un gola proceso, cada quien construye su destino, construye la vida que le toca vivir, en esa vida pasan muchas cosas, pero es en ese momento donde la construimos.

—Quiero ser fuerte, me he convertido en ermitaña, vivo en las cuatro paredes de mi habitación, me he alejado de mis amigos, pero la culpa que siento no me lo permite, yo lo mate, si no hubiera insistido en besarlo mientras conducía hoy estaríamos bien, al menos lo suficiente para decir "Si aceptó"

Me siento tan vulnerable, tan frágil ahora, siento que todo lo que tenia guardado sale sin permiso de mi.

Que esté hombre sea mi paño de lágrimas.

—Yo también me refugie en la soledad de mi casa, mi cuarto, deje de ver y hablar con las personas que se preocupan por mi. Me sentí culpable de la muerte de mi familia por ser el que yo quien conducía.

Lo he comprendido, me he dado cuenta que más allá de mis ojos, puedo ver una nueva vida, puedo elegir los colores de cada cielo, de la lluvia, construir un mundo para mi.

Mi mente no deja de correr, mi mente ha encontrado calma. Construiré mi vida, esa vida que creía pérdida.

Construiré nuevos sueños y anhelos.

Esos anhelos que creía perdidos.

—Hija aquí esta el helado ¿Estás bien?

—Mamá este hombre me ha ayudado — busco con la mano la silla pero no logro tocar nada.

—¿Cual hombre? No hay nadie a tu lado.

—Se tuvo que ir, sin avisar pero quiero bailar, escuchar musica, que la luz del sol entre en mi habitación, quiero hablar con mis amigos.

—Esta bien, haré bocadillos — mi madre me abraza.

Caminamos juntas por el parque, mientras yo veo los colores de la vida de nuevo.