Más que una sombra
Ser la guardaespaldas de Min-ho era complicado. Ser la guardaespaldas de Min-ho y de su casi esposa, era un completo dolor de cabeza.
La noche de la reunión llegó más rápido de lo que quería. El salón de eventos estaba lleno de empresarios, políticos y figuras importantes de Corea. Yo, vestida con un elegante traje negro, estaba en mi papel de sombra, con el auricular en mi oído y mis compañeros siguiéndome de cerca.
—Deisy, repórtate —dijo Tae-jun, una de mis compañeras.
Toqué el auricular y hablé en voz baja.
—Todo despejado. El jefe y su “princesa” están entrando.
Desde el otro lado, escuché la risa de Hye-jin. Otra compañera
—De verdad, no tratas de ocultar tu emoción, ¿verdad?
—¿Cuál emoción? —pregunté con sarcasmo mientras veía a Min-ho caminar con Soo-ah del brazo.
Mi mirada recorrió la sala, observando cualquier movimiento sospechoso. No esperaba un ataque en un evento tan formal, pero nunca estaba de más ser precavida.
—Oye, ¿cuándo vas a enseñarnos esos reflejos tuyos de pelea? —preguntó Seok, otro de mis compañeros, mientras se posicionaba cerca de una de las entradas.
—Cuando dejen de comportarse como niños en entrenamiento —respondí, con una leve sonrisa.
—¡Ja! Dice la que casi le rompe la nariz a Min-ho el otro día.
Fruncí el ceño.
—Eso fue un accidente.
—¿Seguro? Porque el video que grabaron tus amigas dice otra cosa…
Bufé, pero no tuve tiempo de responder. Algo captó mi atención.
Un hombre se acercó demasiado a Min-ho y Soo-ah, con la mano dentro del bolsillo de su chaqueta. Mi instinto se activó de inmediato.
—Posición de alerta —ordené por el auricular, caminando rápidamente hacia Min-ho.
Antes de que el tipo pudiera hacer cualquier cosa, me interpuse entre él y mi jefe, bloqueándolo con el brazo.
—Retroceda —dije con frialdad.
El hombre levantó las manos, sorprendido.
—Solo iba a sacar mi teléfono.
No le quité la vista de encima mientras Seok y Tae-jun se acercaban a revisar la situación.
Min-ho me miró con una mezcla de sorpresa y algo más que no pude descifrar. Soo-ah, por otro lado, tenía una expresión de completo desagrado.
—¿Era necesario hacer ese escándalo? —dijo con su tono arrogante.
La miré de reojo.
—Prefiero exagerar a dejar que algo pase. Pero si prefiere arriesgarse, avíseme y me tomaré la noche libre.
Vi cómo apretó los labios, pero antes de que pudiera responder, Min-ho habló.
—Hiciste bien.
Eso me sorprendió.
Asentí, aún en alerta.
—Es mi trabajo, jefe.
Min-ho sostuvo mi mirada un segundo más y luego volvió a centrarse en la reunión.
Mis compañeros se acercaron por detrás y Tae-jun murmuró en mi oído:
—Eres como un guardián ninja.
—Y ustedes son mis sombras —respondí con una sonrisa de lado.
Sabía que esta noche no terminaría tranquila, pero al menos, había dejado claro que Min-ho estaba seguro… aunque tuviera que soportar la presencia de su “prometida” en el proceso,y esto apenas está comenzando nos falta la cena.
Operación: Pasar Desapercibida
Si había algo peor que ser la sombra de Min-ho en un evento formal, era tener que parecer parte del evento.
Y aquí estaba yo, parada frente al espejo, con un vestido ajustado color vino y unos tacones que amenazaban con asesinarme en cualquier momento.
—Esto es un error… —murmuré.
Camila, sentada en mi cama con una sonrisa traviesa, negó con la cabeza.
—No, esto es estrategia. No puedes ir vestida de guardaespaldas todo el tiempo si quieres evitar sospechas.
—Pero soy su guardaespaldas.
—Sí, pero también eres una mujer hermosa que necesita pasar desapercibida. Así que, en lugar de parecer que vas a patearle la cara a alguien, hoy solo pareces… alguien a quien podrían invitar a bailar.
Ji-ah silbó desde el sofá.
—O alguien a quien Min-ho no podrá quitarle los ojos de encima.
Rodé los ojos y me giré hacia Yuna, mi última esperanza.
—Dime que esto es una locura.
Ella sonrió con dulzura.
—Es una locura… pero te ves increíble.
Suspiré. No había escapatoria.
—Bien. Pero si algo sale mal, quiero que en mi lápida escriban: Aquí yace Deisy, la mejor guardaespaldas que Corea no supo valorar.
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El evento era en un elegante restaurante privado. Min-ho estaba sentado con Soo-ah y otros empresarios, conversando sobre temas que me daban sueño con solo escucharlos.
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Editado: 02.04.2025