Más allá del Horizonte

CAPÍTULO 1

Zoé

Mis ojos pasan por toda la habitación y la nostalgia se apodera de mi.
No estoy segura si estoy tomando la decisión correcta.
Llevaba alrededor de dos horas llenando un par de maletas. Todas mis pertenencias iban ahí. Aún no era capaz de procesar que estaba cumpliendo uno de los mayores sueños de mi vida.
Desde que tengo uso de razón siempre he soñado en estudiar en una de las mejores universidades del país.
La Universidad Nacional de Valenska siempre ha sido mi sueño y estoy cada vez mas cerca de poder ingresar. Pero para poder llegar hasta la UNV, primero debo de estudiar en el Instituto Lee, un colegio de alto prestigio que cuenta con algunos pases hacia la universidad.
Además de ser un Instituto de alto prestigio, Lee también era privado, lo cual complicaba un poco las cosas por que mi economía no alcanzaría cubrir ni un mes de colegiatura. Las oportunidades de ingresar eran realmente escazas, a no ser que consiguiera una de las sesenta becas qué ofrecían a principios del inicio del ciclo escolar.
Conseguirla de verdad que fue un gran reto, ya que existían al menos ocho mil adolescentes interesados en ganar una plaza en el Lee, además de que el proceso de inscripción era una locura.
Recuerdo que la primera vez que presente el examen me quedé a pocos lugares de haber obtenido esa beca, lo cual me dolió mucho, mas sin embargo , no fue ninguna traba para que lo intentara de nuevo.
Y esta vez, fue diferente, logre estar entre esos sesenta afortunados y mi vida dio un giro de 360 grados.
Comenzando con hacer mis maletas para irme a vivir al otro lado del país.
Ahora aquí estaba cerrando la puerta de mi habitación llevando mis maletas tras de mi.
Me limpie con el torso de la mano las pequeñas gotas que comenzaban a salir de mi ojos.
No quería irme.
Cruce el pasillo hasta llegar a la sala de estar en donde mi madre se encontraba preparando algo de comida,
Cuando se giró y me vio, su rostro se entristeció.
—Mi niña linda...
Mas lágrimas comenzaron a resbalar por mi mejilla cuando unas pequeñas manos me abrazan uno de mis pies.
Me separo de mi mamá un poco para que pueda abrazar a la pequeña niña.
Eli me sonríe.
Y ese gesto hace que se me rompa el corazón.
—Prometo visitarlas en cuando pueda.
-—No es necesario, estaremos bien.
—Pero ma... - me interrumpe.
—He dicho que no. Ahora debes enfocarte en ti y en tus estudios, te esforzaste demasiado para esto.
No tenían ningún sentido contradecirla, así que asentí.
—Cuídense mucho, por favor – pido con una sonrisa triste.
—Lo mismo pienso, cuídate hija. Si necesitas un poco de dinero no dudes en llamarme
De nuevo, no la contradigo para evitar una pequeña discusión.
Volvemos a abrazarnos un poco más.
Le doy un pequeño beso en la frente a la pequeña para después tomar las maletas y por fin salir de la casa.
Mi primo Felipe me espera en su auto, el ofreció llevarme hasta el aeropuerto de Kill, la ciudad vecina, ya que aquí en Palmas no tenemos.
-—Zoney debemos irnos, o llegaremos tarde.
Acelero el paso hasta llegar al auto, Felipe me ayuda con las maletas, antes de subir me despido con la mano.
Me giro una última vez hacia donde esta mi madre cargando a Eli.
Se despiden de mi con la mano y unos segundos mas desaparecen de mi campo de visión.
Tan solo unos minutos son suficientes para ponerme nerviosa.
Tengo tantas emociones que la cabeza me empieza a doler.
— ¿Nerviosa, Zoney? - pregunta Felipe.
—Un poco, cebra —me burló.
Pone mala cara al escuchar su apodo, mi risa no se hace esperar.
—No es nada gracioso, Zoe. Además mi look es fantástico.
Río más fuerte provocando que me de un leve golpe en el hombro.
—Si tu lo dices
—Regresando a lo primero, entiendo completamente las emociones que tienes por que yo igual me mori de nervios, pero mantén la calma.
Suspiro con pesadez.
Cierro mi ojos un momento, la idea de entrar a Lee me llena de felicidad, pero al mismo tiempo me da miedo.
Miedo de estar rodeada de personas con poder y lujos, es como entrar en la boca del lobo para una chica como yo.
Miedo a fallar y perder la beca por la que tanto me esforcé en obtener.
Miedo a decepcionar a mi madre y a Eli.
Miedo a decepcionarme a mi misma.
Miedo a estudiar en la UNV
No puedo permitir que eso pase.
El cielo estaba nublado, como si supiera que ese día marcaría un antes y un después en mi vida.
El auto se detuvo en la puerta del aeropuerto
— ¿Estás lista? -preguntó Felipe mientras me sonreía desde el asiento del conductor.
—No lo sé -respondí.
—Vas a estar bien, Zoney. Recuerda por qué estás aquí.
¿Por qué estoy aquí?
Bajé del auto al mismo tiempo que Felipe me entregaba mi maleta.
—Perdón por no esperarte— se acerca y me abrazo— te veo en vacaciones.
—Gracias por todo —fue lo único que pude decir antes de separarme.
Él volvió al auto, y yo me quedé allí parada, mirando la inmensidad del aeropuerto, era enorme, más grande de lo que imaginaba.
Recorrí el lugar hasta llegar a la sala de espera de mi vuelo.

Después de unas largas dos horas de espera de mi vuelo y cuatro mas de vuelo y otra de trayecto al campus del Lee. Estaba completamente cansada.
Cuando baje del taxi, me encontré con un enorme portón color negro con un letrero qué colocaba el nombre del colegio.
Tome mis dos maletas y respiré profundamente antes comenzar a caminar
Era locura el lugar, en cada paso que daba me sorprendió más de todo lo que había a mí alrededor.
—¿Nueva? —me preguntó una voz femenina a mi lado, que no sede donde salió.
Una chica de cabello rizado, piel canela y sonrisa amable me observaba.
—¿Se me nota mucho?
—Muchísimo —rió— Soy Thalía estudiante de tercer año y guía oficial de los recién llegados. ¿Tú eres...?
—Zoe Keller.
—Bienvenida a Lee, Zoe Keller. ¿Te muestro las instalaciones?
Dude un momento, pero conteste:
—Claro.
—Por aquí —dijo Thalía mientras caminábamos por un sendero rodeado de arbustos— Esa es la biblioteca principal, aunque hay una más pequeña dentro de las residencias.
La arquitectura era elegante, moderna, pero con toques clásicos. Un lugar imponente.
Un silencio incómodo se formó.
-¿Y tú estudias aquí? -pregunté sin saber que más decir
Menuda pregunta.
-Desde primer año- río un poco.
Sonrió tensa.
-Tranquila al principio también me sentí fuera de lugar, pero te acostumbras rápido. Aquí hay de todo: clases intensas, profesores exigentes y alumnos que actúan como si fueran celebridades —tapa su boca con su mano— sobre todo hay muchos de estos últimos.
—¿Celebridades?
—Si la mayoría se creen famosos -dice con tono de burla.
Vale, de eso ya me estaba dando cuenta.
Pasamos junto a un enorme pabellón deportivo con cristales en las paredes y canchas visibles desde fuera.
—¿Ves ese edificio blanco al fondo? —señala la rizada— Esa es la residencia femenina. Los dormitorios son compartidos, pero son bastante amplios —se giró a verme— ¿Quieres ir a instalarte?
—Si
Por fin, a descansar.
Volvió el silencio.
—Espero que te toque una buena compañera —habla— En mi primer año me toco una chica que roncaba como tren.
Solté una risa nerviosa.
—¿Y qué más debería saber?
—Bueno, se supone que esto no debo decírtelo hasta mañana, pero me caíste bien —me sonríe— así que debes de saber que hay clubes para todo: literatura, ciencia, arte, teatro, deportes. El Instituto Lee es muy competitivo, así que no tardarás en notar que todos compiten por destacar en algo. Pero hay un grupo en especial...
Seguimos nuestro camino hasta la residencia.
Llegamos a el área de la residencia femenina.
La fachada era igual de impecable al resto de edificios que habia podido ver, pero por dentro, más sencilla. Estaba lejos de ser humilde, pero comparado con los edificios centrales, tenía menos brillo.
Me acerque al mostrador mientras Thalía revisa a algo en su celular.
Una mujer de mediana edad, se encontraba atendiendo a un par de chicas.
Espere hasta que termino con las chicas, antes de pedir mi número de habitación.
—Buenos días, quisiera saber cuál es mi habitación
—Buenos días, me puedes decir por favor tu nombre -dijo con amabilidad
—Zoe Keller
—Bien Zoe, tu habitación es la número 17 —Me señaló un pasillo— Sigue por este pasillo hasta las escaleras, en el tercer piso.
—Gracias
—Bienvenida a Lee, disfruta de tu estancia —coloca una llave cerca de mi mano antes de girarse para atender a otra chica.
Tome la llave y me acerque a Thalía que ya me estaba esperando.
—Hasta el momento es todo lo que haremos, mañana empiezan oficialmente las clases y tendremos el recorrido formal.
Asentí.
Thalía se despidió, no sin antes darme su número y decirme un par de veces que si necesitaba algo la contactará.
Encontré facil mi habitación, tan solo entre y fui directo a sentarme en la cama derecha.
Mi compañera aún no llegaba por lo que toda la habitación era para mi durante lo quedó del día.
Desempaque la ropa que traía Y coloque la fotografía de mi madre, mía y Eli aún lado de mi cama.
La habitación se mantuvo en silencio hasta que me recosté en la cama sin dejar de pensar que mañana comenzaba mi nueva vida.




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