Aarón toco la puerta repetidas veces en la habitación de Violet, haciendo que despertara.
Violet despertó sobresaltada con alguien tocando su puerta. Se levantó de la cama con el ceño fruncido y el cabello revuelto. Abrió la puerta con fuerza.
–¿Aún no estas lista? – preguntó Aarón frente a ella.
Estuvo a punto de cerrarle la puerta en la cara pero solo pensó que aquel muchacho tuvo la amabilidad de ir a buscarla.
– ¡Vamos rápido, rápido! – dijo entrando sin invitación a la habitación de la muchacha.
– ¿Cómo supiste que este es mi cuarto? - pregunto la chica vestida solo con una enorme camiseta.
–Eso no importa, ahora ve y arréglate que tenemos que irnos.
Violet giro los ojos.
–Tienes veinte minutos – dijo saliendo del cuarto – Sino te vendré a buscar como estés.
El muchacho dejo sola a la castaña que comenzó a arreglarse para salir con él, le había dicho que tan solo una mochila, y que llevara traje de baño, así que entro dos mudas de ropa, un traje de baño y sus cosas personales.Se dio una ducha rápida y se colocó una ropa cómoda para caminar.Su cabello estaba cada día más voluminoso así que ni siquiera se preocupó en peinarlo, tomó sus infaltables lentes de sol rojos y cargo con sus cosas.
Con un paso acelerado camino hasta la recepción en donde se encontró con el pelirrojo.
– ¿Lista? – preguntó.
– Siempre – respondió poniéndose sus gafas. - ¿Qué vamos a hacer?
– Pues primero vamos a llevar el auto a Oporto – respondió.– Luego comienza la verdadera sorpresa.
– Oporto queda a tres horas – informó.
– Ya lo sé, así que vámonos rápido, antes de que haya más tráfico – respondió entrando al auto con una sonrisa.
Violet entro al auto. Cuando ambos se acomodaron Aarón dijo:
– Vivo en un país muy religioso – dijo él. Violet supuso que era una pista.
– Yo también – respondió ella.
– ¿Eres religiosa? – preguntó el joven.
– Podría decirse. – respondió sin más. - ¿Estudias o trabajas?
– Ambas – respondió el muchacho. – Trabajo en una librería medio tiempo y estudio literatura el otro rato.
– ¿Literatura? – pregunto ella extrañada.
– Si es una carrera, pequeña inculta – respondió con los ojos en la carretera.
– Lo sé, pero no es eso, es que nunca lo hubiera imaginado – respondió ella con una sonrisa.
–¿Y de que tengo cara? – preguntó.
– Abogado, no lo sé – dijo ella – Alguien que tiene una tienda.
El muchacho rio estruendosamente.
– No, para nada – respondió. – Tú tienes cara de que estudias algo muy movido.
– Estudio periodismo – respondió la muchacha.
– Es hermoso – respondió el, mirándola por algunos segundos.
Violet lo miro de perfil, ojos claros, cabello rojo que caía delicadamente en su frente, tapando sus espesas cejas igualmente rojas, pecas notables esparcidas por su cara, labios rosados que enmarcaban una hermosa sonrisa, bastante alto.
– ¿Qué tanto me miras Violet? – preguntó.
– No te estoy mirando Ginger – dijo mirando a la ventana.
– ¿Entonces que miras? – preguntó con una sonrisa ladeada.
– Nada – susurró.
El camino se volvía largo y simplemente veían como el horizonte se tornaba cada vez más lejano.
Violet recostó su mejilla de la ventana, cerró los ojos.
– No te puedes dormir Violet, me quedaré solito – dijo el muchacho aun con la mirada puesta en el camino.
– No me importa Aarón, quiero dormir – respondió ella.
– Eres más malhumorada de lo que yo creía – comentó el riendo.
Violet levanto la mirada encontrándose con la sonrisa de Aarón. Violet no pudo negar que fue una de las sonrisas mas lindas que vio en meses.