El tren iba en silencio, algunos dormían, leían, utilizaban sus teléfonos o simplemente se resignaban a mirar el paisaje nocturno, todo el lugar estaba oscuro iluminado únicamente por las tenues luces del exterior y algunas luces de lectura que se veían a la distancia en el largo pasillo del vagón en el que iban. El nuevo grupo de amigos llegarían en dos horas a Sevilla, a eso de las ocho de la noche. Violet seguía recostada del joven pelirrojo, se sentía en paz, protegida, sus brazos tiernos acariciaban de vez en cuanto su pelo, sus mejillas, le daba pequeños besos en la cara, que hacían que su piel se erizara, la abrazaba cariñosamente, jugaba con el pelo que caía en su cuello, sentía su respiración cálida. Se sentía especial.
El muchacho se recostó e intento dormir, pero no podía, no podía perderse de sentir a la muchacha más hermosa que había conocido cerca. Se removió un poco, para acomodar a la chica, pero ella simplemente se movió, se levantó, estaba sentada a su lado, el muchacho pasó su brazo por su hombro y la acerco un poco.
Él muchacha no se negó a su cariño, se sentía espectacular, no quería que la soltara nunca.
- ¿Está dormida? – preguntó Bruno mirándolos.
- No estoy dormida – respondió la castaña.
Bruno sonrió.
- Ya estamos llegando – comentó recostando su cabeza del mueble.
A su lado dormía Beatriz, con su boca entreabierta y su cabello revuelto en un moño de pelo rubio.
La noche los había arropado, y el ligero movimiento del tren hacia que los parpados de Aarón se volvieran más pesados, recostó su cabeza pelirroja del hombro de la muchacha, y esta recostó su mata de pelo castaño en él.
¿Qué estás haciendo conmigo Violet? pensó el pelirrojo. Simultáneamente la chica pesaba lo mismo.
Ambos sabían que entre ellos las cosas no podían ser iguales. Luego de que disfrutaban cada beso, que se supone no deberían darse, nada podía ser igual luego de que el roce de sus pieles fuera tan confortante, nada podría ser igual luego de que ambos empezaran a sentir algo diferente.
Aarón cerró los ojos de una vez por todas, dispuesto a irse a dormir.
- No puedes dormirte – le dijo la chica moviendo su hombro.
- Tengo sueño, Violet – comentó.
- No quiero que te duermas - respondió la chica.
- ¡Violeeeeeet! – susurró el muchacho.
La chica lo agarro de las mejillas con una mano y unió sus labios con los de ella.
- No te puedes dormir – decretó la chica.
- Está bien - respondió el muchacho, colocando un mechón de pelo detrás de su oreja.
Violet pasó su mano por su mejilla y acarició su pelo rojo.
“Pasajeros con destino a Sevilla, hemos llegado a su destino”
Las luces del pasillo se encendieron dejando ver que el resto del grupo estaba dormido, y despertaron al ver como se iluminaba el pasillo.
- Vámonos de aquí, busquemos un lugar donde pasar la noche.
El grupo de amigos se levantó con sus mochilas y caminaron hacia la salida, aún era temprano, las personas caminaban en las calles iluminadas.
- Wow, nunca había estado en Plaza Nueva – dijo Beatriz
- Thiago y yo llegamos aquí la última vez que nos fuimos a Tavira, ¿Recuerdas amigo? – comentó Bruno con una sonrisa.
-Sí, pero no andábamos con esta – respondió señalando con la barbilla a Beatriz, que giró los ojos con fastidio.
Aarón y Violet se mantenían en silencio, observando lo hermoso que era el lugar.
El estilo gótico le encantaba al joven pelirrojo, un estilo que tan solo había visto en sus libros de historia, Violet se sentía muy atraída siempre por lo antiguo, la historia que albergaba todo le llamaba mucho la atención.
- El arte gótico es un movimiento artístico que se dio en la baja edad media, se caracterizaba por sus figuras verticales y techos abovedados – comentó Aarón.
- Es majestuoso - la chica tomó su mano y caminaron juntos, dejando que el resto se adelantara un poco.
Escucharon el gritillo de Beatriz.
- ¡Miren! – gritó feliz. - ¿Podemos venir?
- “Elegante baile” – leyó Bruno – Invita una bella dama, y disfruta de un baile espectacular durante toda una noche. No olvides tu pareja de baile.
- Es mañana en la noche – comentó Aarón.
- Es una buena idea – admitió Thiago.
- ¿Vamos? – preguntó Bruno sin mirar un punto específico.
Aarón frunció los hombros sin importancia.
- ¿Violet? – preguntó Bruno.
- ¿Tengo opción? – preguntó la muchacha.
Beatriz negó con la cabeza.
- Pues, ¿Qué más da? – respondió con el mismo gesto que Aarón.
Beatriz sonrió feliz y saltaba dando grititos fe felicidad. Violet giró los ojos.
- Mañana vamos a tener un día de chicas Violet, para prepararnos para el baile. – anunció feliz la muchacha.