Más allá del tiempo

Momentos incómodos.

Zoe

— Tiene que pasar la X hacia el otro lado y pasar el tres en su lugar. —Noah me explica las ecuaciones y para mi sorpresa, no es tan complicado como yo pensaba.

 

— Ah, ya entiendo. —le digo y hago lo que me dijo que haga.

 

— Después te voy a dejar unos ejercicios para que hagas en tu casa.

 

— Genial, ahora tengo tarea en casa. —bromeo ante lo que me dijo mi vecino.

 

Él se ríe y está a punto de decir algo pero la mamá entra a la casa con unas bolsas en la mano, parecía tan metida en sus cosas, que cuando nos ve, se sorprender. Miro entre las bolsas y noto una panza bastante grande, y no es para nada una panza de gordita.

 

¿Estará embarazada?

 

— Ah, Noah. —Lo mira a él y luego a mí— ¿Quién es ella? —la señora Baker me examina achicando los ojos y llevándolos de arriba hacia abajo.

 

— ¿No la reconoces, mamá? —Le pregunta él con un tono de sorpresa— Es Zoe, Zoe Anderson.

 

La madre abre tanto los ojos, que pienso que en cualquier momento se le van a salir de sus cuencas.

 

— ¿Zoe Anderson? -pregunta muy sorprendida, Noah pone los ojos en blanco y asiente. — Como has cambiado en estos años. -se acerca y me saluda con un pequeño abrazo; algo que realmente me asusta y extraña por completo.

 

Noah lo nota y se ríe al ver la escena.

 

— Hola —alcanzo a decir y me pregunto si me habrá escuchado, porque lo dije muy bajito.

 

No sé como explicar como me estoy sintiendo en este momento pero realmente estoy muy confundida por la forma en que me habla y se comporta conmigo.

 

— Estás muy bonita, —y se gira hacia mi vecino— tenías razón cuando dijiste que lo estaba.

 

Entonces mi cara se empezó a teñir de un rojo vivo y me doy vuelta para verlo a él. Su risa ya no se escucha más y su cara debe estar igual a la mía; y si no estuviera hecha un tomate, me reiría de él.

 

La madre ve la escena de una manera chistosa y pregunta:

 

— ¿Qué les sucede a los dos?

 

El hijo la mira todavía rojo de la vergüenza.

 

— Me haces quedar como que hablo de ella. —dice avergonzado.

 

Ella se ríe y chasquea la lengua.

 

— Bueno, me refiero a que cuando te pregunté si estaba bonita, vos me dijiste que sí.

 

¿Es que no se dan cuenta que estoy aquí presente?

 

— Bueno, —miro mis carpetas y cuadernillos— creo que debo irme.

 

Y sentada en mi lugar comienzo a guardar mis pertenecías. Siento que los dos presentes me miran, pero yo no me detengo.

 

— ¿No te quieres quedar a cena, Zoe? —pregunta ella apoyando sus manos en el respaldo de mi silla.

 

Me detengo unos segundo, pero después sigo.

 

— No, mejor no, no quiero que mi mamá se preocupe. —miento.

 

Hay dos motivos por el cual no me quedo:

1. No me gusta que me vean comer.

2. Ahora siento vergüenza y sé que me voy a sentir incomoda con la familia.

 

— Pero ¿si le mandas un mensaje, o la llamas? —comenta ahora Noah.

 

— Es que... nunca me atiende el teléfono. —meto una excusa.

 

— Mamá, me parece que piensa que cocinas mal. —dice Noah riéndose a carcajadas a mi lado.

 

— No, —digo rápidamente mirándolo a los ojos— nunca pensé eso.

 

Él vuelve a reír y la madre le da unos golpes no muy fuertes en el hombro para que se calme.

La miro avergonzada para aclarar que nunca pensé eso.

 

— Señora Baker, nunca pensé en eso. —le digo.

 

— Mamá, te trato de vieja diciéndote señora. —y con decir esto, su risa fue en aumento.

 

Me giro en su dirección y hago un acto que luego me arrepiento, le doy un golpe en el brazo para que se calle.

 

— Ya, déjala. -se ríe un poco la madre y luego me mira. — Por favor, dime Isabel.

 

Yo asiento a su pedido.

 

— Isabel, —me suena un poco raro llamarla de esa manera— nunca se me pasó por la cabeza el que usted no cocine bien.

 

La risa de Noah se escucha de nuevo y yo lo miro sin saber qué pensar de él.

 

— Te sigue tratando de vieja, te dijo usted.

 

— Tú, —y lo señalo con el dedo índice en el pecho. — me haces pasar más vergüenza que Lina. ——y comienzo a reírme junto a él.

 

Cuando ya las risas cesaron, nos quedamos viendo por unos segundos, él se encuentra colorado por reírse tanto.



#49177 en Novela romántica

En el texto hay: niños, amor, amistad

Editado: 08.12.2018

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