Más Fría Que La Navidad

Capitulo 3: "El Desastre Viral"

Después de cortar la llamada con Erick, me tomo de un sorbo el café que ya está frío. Me subo al auto y manejo hasta la empresa. Jamás lo había escuchado hablarme en ese tono, ¿qué habrá sucedido? ¿El hombre de la cafetería logró subir la foto en sus redes sociales antes de que rompiera su celular? Aún no puedo sacar de mi cabeza la frase que dijo Erick: “si no lo solucionamos, será el fin de tu carrera”. Y es algo que no puedo permitirme. Menos un incidente de esta magnitud, un día antes de recibir el premio a la influencer del año.

Con los nervios a flor de piel, llego al edificio donde opera la empresa. Dos años después de llegar a la cima en redes sociales, fundé mi propia compañía de moda, Amour Elegant. Como ya les mencioné, me especializo en diseñar vestidos de novia, aunque mi equipo crea ropa más variada que luego enviamos a nuestros talleres. Hemos recorrido el mundo, dejando huellas en cada pasarela que nos invita. Amour Elegant y las redes sociales son mi vida; no puedo permitir que un altercado arruine todo lo que he construido con esfuerzo y dedicación.

Entro apresurada por la puerta principal, subo el ascensor y me dirijo a la sala de juntas. Todo mi equipo de social media está allí, con los ojos fijos en sus ordenadores, escribiendo frenéticamente. Parecen responder comentarios, y eso termina de alterar mis nervios.

—Erick, dime qué está sucediendo, por favor —exclamo.

Erick se acerca a mí y me pide que me siente porque no tengo buen semblante.

—¿Cómo voy a sentirme bien si no sé qué está pasando? Erick, dime que no han subido una foto mía donde me veo muy fea, con esas cosas ridículas que me puse para entrar a la cafetería.

—¿Una foto? No, Harper. Mucho peor que eso —Erick está pálido, al igual que yo. Creo que es más grave de lo que pensaba—. Han subido a las redes sociales un video donde te acercas a un hombre, le arrebatas el celular y lo arrojas al suelo.

—¡Oh, por Dios! —No sé qué más decir. Las palabras no salen de mi boca. Me levanto de la silla y comienzo a recorrer todos los ordenadores. No puedo creer lo que veo. Ese video ha ocasionado un tremendo desastre.

—Como puedes ver —comienza a explicar Erick, señalando una pantalla llena de gráficas y números que no comprendo—, en pocos minutos has perdido más de un millón de seguidores. Si esto sigue así, para el mediodía podrían cerrarte las cuentas si alguien te denuncia.

Está intentando ser lo más considerado posible para no lastimarme, pero es imposible. Toda mi vida, mis sueños, mi carrera, se fue al fondo del abismo por un maldito video.

Siento que las piernas no logran sostenerme, estoy por caer al suelo, pero Erick se acerca a mí y me ayuda a sentarme otra vez.

—Solo quédate ahí, Harper, lo solucionaremos, lo prometo —Es un buen muchacho, intenta tranquilizarme, pero me conoce lo suficiente como para saber que no voy a hacerlo. Menos sin haber dormido en casi toda la noche y con poca cafeína recorriendo mi cuerpo.




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