En ese momento, la puerta de la sala de juntas se abre de repente y me sorprendo al ver a Lisa entrar por ella. Se la ve pálida, con ojeras, y podría jurar que tiene unas líneas de temperatura.
—Lisa, ¿tú... qué haces aquí? —pregunto preocupada. Todos podrán decir que no tengo corazón, pero ella es la única que me entiende y que me ha acompañado desde mis comienzos. Lisa conoce todo de mí. —Deberías estar descansando.
—Harper... no podía quedarme en la cama viendo el desastre en el que te has metido —dice Lisa acercándose a mí.
—Es que nadie entiende... esos hombres... —En ese instante se me ocurre una idea.—Espera, ¿puedes reproducir el video? —me acerco a uno de los ordenadores para reproducir el vídeo y darme cuenta de que este no tiene sonido. Solo lo viralizaron para desprestigiarme y ganar sus propios seguidores. —¿Lo ven? El video no tiene sonido, esos hombres estaban insultándome. Hasta intentaron golpearme solo porque me adelanté en la fila.
—¿Eso es cierto, Harper? —pregunta Erick mirándome.
—Sí, lo es, y había muchas personas de testigo, incluso el dueño de la cafetería fue el que me defendió de esos hombres.
—Harper... —Lisa me llama por mi nombre con un dolor en su voz que me pone en estado de alerta. Siento que las malas noticias aún no han terminado.
—¿Qué sucede, Lisa? ¿Hay algo más? —pregunto resignada.
—Lamento decirte que sí —Veo cómo ella intenta buscar las palabras para no hacerme demasiado daño, aunque sé que lo que viene terminará de destruirlo todo—. Me han llamado de la empresa que organiza la premiación. Tengo que decirte que... te han quitado el premio a la influencer del año.
En ese momento siento que mi mundo se acaba por completo, que ya no hay salida para este desastre. Me llevo las manos a la cabeza con desesperación, no puedo decir ni una palabra, ni siquiera llorar. Tengo un nudo en la garganta que no me deja respirar.
—Tranquila, Harper. Estoy segura de que algo se podrá hacer.
—Harper, Lisa tiene razón. No nos sintamos derrotados antes de pelear. Tú actuaste muy mal, es verdad —me dice Erick—. Pero ellos estaban maltratándote. Y si conseguimos testigos que quieran salir a defenderte, o mejor aún, logramos encontrar el video original con sonido, podremos hacerle frente a esos miserables —añade Erick, al parecer muy molesto.
—Erick —lo llama uno de los empleados que está junto al ordenador—. Ven a ver esto.
Él se acerca. Cuando lee lo que hay en la pantalla, se pone más pálido aún y me mira a los ojos con tristeza y resignación.
—Creo que todo se ha terminado, Harper. Estamos perdidos.
Moda Sin Filtro, el blog del momento, escrito por el crítico de moda Aleksandre Duval, quien era mi competidor directo en la terna por el premio de influencia, acaba de escribir una nota sobre mi incidente, dejándome como una persona fría y sin corazón, apodándome “la bruja con corazón de hielo” y ha confesado a todo el mundo que ha ganado el premio al influencer del año.
En pocos minutos, el blog ha tenido millones de visitas alrededor del mundo. Gente indignada ha dejado comentarios muy crueles en mi contra:
—“Esta mujer debería cerrar sus cuentas en redes sociales.”
—“Harper Taylor no tiene corazón.”
—“Denunciemos sus redes sociales hasta que no quede ninguna de ella.”
—“Esa mujer es más fría que la Navidad.”
Aún no puedo creer cómo la gente puede llegar a odiar a una persona de un momento a otro, solo conociendo una parte de la historia. Después de esa nota en el blog de Alek ya no hay vuelta atrás. Años de estudios y sacrificios para que mi carrera se termine en menos de un minuto, que es lo que dura el video.
Siento que estoy a punto de entrar en pánico, cuando los ojos de Erick se iluminan, y se acerca a mí con una leve sonrisa en sus labios.
—Tengo una idea, Harper, la más maravillosa de las ideas —me confiesa. Quizás aún no todo esté perdido. Erick es demasiado inteligente y conoce las redes sociales y a su gente como la palma de su mano.
—Dime... —digo con una leve esperanza en mi voz.
—Harper... necesitamos reparar tu imagen —me explica, aunque no entiendo lo que dice, lo sigo escuchando con atención.
—¿Y cómo hacemos eso? —pregunta Lisa. Es algo que yo también quiero saber, pero no quería interrumpirlo.
—Harper, la única forma de que la gente vuelva a confiar en ti y en tu imagen es que vuelvas a ser la de antes, ser tú misma —Cuando Erick dice eso, yo abro los ojos sorprendida. Jamás volvería a ser la antigua Harper, la tonta Harper que todo el mundo se burlaba, la insegura, a la que humillaban sin compasión.
—Lo lamento, Erick, pero eso no será posible. Esto es lo que soy ahora. Si me aceptan, tendrán que hacerlo de esta manera.
—Escucha, Harper, es la única opción que tenemos o todo se termina. Además, no puedes permitir que te llamen “bruja con corazón de hielo.”
—¿Y qué quieres que haga? ¿Tienes algún plan? —le pregunto, intentando buscar algunas respuestas.
—Sí lo tengo, y si quieres volver a reinar en las redes sociales, tienes que escucharme —dice Erick con determinación, convencido de que puede salvar la situación.
—Te escucho...
—Harper, debes desaparecer de redes sociales por algunas semanas, pero antes de eso, comunicar un pedido de disculpas hacia la persona y cerrar las cuentas.
—Indignada, me levanto de la silla.
—No puedes pedirme eso, Erick, sería darle la batalla ganada a esos hombres.
—Harper, siéntate y escucha todo lo que tengo para decirte —me lo dice con tanta autoridad que le hago caso y vuelvo a sentarme—. Harper, necesitas desaparecer, no solo de redes sociales, sino también de Chicago.
Abro los ojos de par en par, confundida, sin poder entender lo que trata de decirme.
—¿A qué te refieres, Erick?
—Necesito que vuelvas a Leavenworth y le muestres a todas esas personas la verdadera Harper.