Más Fría Que La Navidad

Capitulo 15: "Todo Volverá A La Normalidad"

Después de cortar la llamada con Erick y el equipo, decido darme una ducha para calmar un poco mis nervios y bajo nuevamente a la cocina para quedar realmente sorprendida.
Allí, sentado en la mesa, está Lucas junto a Laia. Al parecer, mi madre ha hecho una de las suyas y los ha invitado a cenar y aunque me siento un poco incómoda por la situación, no puedo dejar de mirarlo. Está tan increíblemente guapo, solo con una camisa clásica y un par de jeans, con el cabello mojado, sus rulos bien marcados y su barba prolijamente recortada, no tiene nada que envidiarle a modelos y actores de Hollywood. Lucas es un espécimen de hombre que ya no existe, solo con un maldito defecto, haberme sido infiel y haber arruinado nuestra relación para siempre. Pero como el buen observador que es, se da cuenta de que lo estoy mirando, reconozco que no estoy siendo nada disimulada, y para generarme más incomodidad, hace contacto visual conmigo y me brinda una de sus hermosas y sexis sonrisas, sin decir ni una sola palabra.

En ese momento, tomo asiento frente a él y mi madre sirve la comida, mientras la voz de Laia resuena por toda la casa. Esa niña es lo más dulce que existe en este mundo, ¿Cómo se le puede pasar por la cabeza, al idiota de su padre, que fuera hacerle daño?
–Necesitamos a la bruja de hielo para nuestra obra de teatro y nadie quiere participar –dice Laia, dejando su alegría atrás, reemplazándola por una evidente tristeza. En ese momento, me doy cuenta de que todos están observándome.
–Serías la persona ideal para interpretar ese papel, Harper, ¿No crees? –exclama Lucas, mirándome a los ojos, haciéndome recordar mi pasado en el teatro del pueblo, cuando moría por ser la protagonista principal, como Laia en este momento. En una de esas obras, Lucas y yo actuamos juntos. Yo interpretaba a la bella Blancanieves y él actuaba del príncipe azul que despertaba a la princesa de su largo sueño, después de haber mordido la manzana. Cómo cambian las cosas, pasé de ser la tierna Blancanieves a ser la bruja malvada– según tengo entendido te apodan “la bruja con corazón de hielo”– añade Lucas, con una de sus sonrisas burlonas en los labios y yo lo fulmino con la mirada.
–Si mal no recuerdo dijiste que no tenías redes sociales y que no sabías nada de mi vida…–exclamo, algo me dice que este hombre me está mintiendo y no sería la primera vez.
–Harper, tranquila, no eres el centro del mundo, solo que, desde que estás en el pueblo los rumores se expanden, además… no se necesita tener redes sociales para ver en lo que te has convertido.
–¡Eres un …!– digo, intentando levantarme de la mesa, pero la mirada triste de Laia me hace regresar a mi asiento–Laia–exclamo, mirándola a los ojos–¿Quieres que sea la bruja malvada en la obra de navidad?– rápidamente, sus ojos comienzan a brillar de alegría y me brinda una de sus hermosas y tiernas sonrisas.
–Harper, la bruja no es tan malvada, al final se hace buena, por amor, y por un milagro de navidad.
–No conozco esa historia, debería leer el libreto.
–Es una historia que inventé yo– confiesa Laia.
–¿Qué has inventado tú?– pregunto muy sorprendida, sin dudas está niña es una fuera de serie– pero si aún eres una niña.
–Heredo el amor por las letras y la navidad de su madre, yo era malísimo en literatura– recuerda Lucas, sorprendiéndome aún más.
–Realmente me sorprendes, Laia, me gustaría leer esa increíble historia.
–Aquí la tengo–dice, sacando un cuaderno anillado de su mochila, y me lo entrega en la mano– papá me contó que, cuando vivías en el pueblo participabas de las obras de teatro, y como nos hemos quedado sin Lucy, que era quien interpretaría a la bruja, pensé en ti y traje el libreto para que lo leas–Laia me brinda su más tierna y sincera sonrisa ¿Cómo podría decirle que no? Creo que ningún ser humano, sobre la faz de la tierra se atrevería a hacerlo.
–¿Qué más le contaste a tu hija sobre mí?– pregunto mirando la sonrisa burlona que se dibuja en los labios de Lucas, igual a la de su hija.
–Tranquila, nada que pudiera comprometerte– ya hablaremos a solas, sin Laia enfrente y le podré decir unas cuantas cosas. Pero hay algo que me ronda por la cabeza y necesito preguntar.
–Laia, si mal no recuerdo, me dijiste que al final de la obra la bruja se hace buena por amor, así que intuyo que habrá un príncipe en la historia, ¿Puedo saber quién es?– pregunto, sin imaginarme la respuesta ni por un segundo.
–Yo seré tu príncipe azul, Harper, como en los viejos tiempos– exclama Lucas, con esa maldita sonrisa que quisiera borrar para siempre de mi cabeza.

Esa misma noche decidí irme a dormir antes de tentarme a renunciar a la obra, sin antes haber ensayado ni una sola vez. De solo pensar en tener que actuar con Lucas como lo hacíamos en el pasado me da escalofríos. Si, escalofríos. Escalofríos por las reacciones que pueda llegar a provocar ese hombre en mí. Si solamente con su sonrisa hace estragos en cada parte de mi cuerpo, no quiero ni imaginarme lo que sentiré cuando ensayemos el supuesto beso entre la bruja y el príncipe. Lamentablemente no puedo echarme para atrás y defraudar a Laia, no tiene la culpa de que su padre sea un completo idiota.

Antes de poder cerrar mis ojos y conciliar el sueño, agarro el celular y entro a Instagram. Hacía más de 15 días que mi cuenta estaba cerrada, por lo que ingreso sesión y se activa automáticamente, para encontrarme que mi feed está prácticamente vacío, seguramente fue obra de Erick y su equipo. Allí, solo quedaron unos cuantos Reels y post de cuando comencé a ser influencer, allá por el año 2020.

Con mucha curiosidad y teléfono en mano, me pongo cómoda en la cama y paso más de media hora reproduciendo los Reels y leyendo los post. Después de muchos años, me había olvidado de lo duro que había sido para mí comenzar en este camino. Era una chica con muchos sueños, pero también muchos miedos. Recuerdo que en esa poca tenía terror de hablar en público, aunque parecía ser una persona extrovertida por actuar en el teatro. En realidad solo lo usaba como una forma para vencer mi timidez.
Realmente fue muy difícil para mí llegar a donde estoy hoy, influenciando a millones de seguidores, cuando al principio solo eran mis padres quienes reaccionaban a mi contenido. Por eso, no puedo dejar que se vaya todo por la borda, solamente por un maldito video y por gente malintencionada que comenta sin saber como sucedieron las cosas.




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