Lucas se acerca hecho una furia, me toma del brazo, sin hacerme daño y me arrastra hacia afuera. La noche aún sigue helada y está nevando intensamente.
Jamás lo había visto tan enojado y realmente no sé que se le ha pasado por la cabeza, pero creo que piensa que soy la culpable de que los paparazzis hayan llegado hasta el centro comunitario, cuando no es así:
—Maldita seas, Harper… realmente pensé que habías cambiado —grita fuera de sí— no puedo creer que hayas arruinado una noche tan mágica para todos.
—Lucas no fui yo… te lo juro! Mi intención era que nadie se enterara de esta noche… no sé que ha sucedido— sé que aunque le explique no va a creerme… al fin y al cabo, nunca creerá en mí.
—Desde que llegaste aquí no has hecho otra cosa que usarnos a todos para aparentar ser una chica buena y déjame decirte una cosa, Harper… —exclama mirándome a los ojos— nunca lo serás, eres egoísta, fría y manipuladora y olvida lo que dije hace unos momentos… no quiero que te quedes en Leavenworth… tu presencia me incomoda y contigo aquí…
—Ya basta, Lucas!— grita una voz conocida a mis espaldas… esa voz es la de… Emily. ¿Acaso ella está defendiéndome?
—No intervengas, Emily, esto es entre Harper y yo…
—Voy a intervenir porque estás siendo injusto… y porque ambos son mis amigos y los quiero.
—¿Me llamas injusto a mí, cuando la que ocasionó todo este desastre fue ella?— escupe con desprecio, señalándome. Siento que se me rompe el corazón en mil pedazos y no sé cómo reaccionar.
—Estás equivocado, Lucas… Harper no fue la que llamó a los paparazzis— abro mis ojos sorprendida, la verdad es que no puedo creer que Emily me esté defendiendo, ¿acaso ella sabe quién fue la culpable de que ellos me encontraran?
—¿Y quién fue según tú?— pregunta, sin creer ni una sola palabra— no la defiendas, Emily.
—No la defiendo, Lucas, pero tú eres una de las personas más justas que conozco y no puedo permitirlo.
—Entonces, dilo, ¿quién fue?— repite sin inmutarse.
—Fue Luna, Lucas… —confiesa dejándome atónita. No puedo creer que esa maldita mosquita muerta arruinó nuestra noche, aunque pensándolo bien, debería agradecerle, gracias a ella me di cuenta de que Lucas jamás creerá en mí, que siempre seré la culpable de todo, que me juzgará sin escucharme primero, como lo está haciendo en este momento y la verdad es que, aunque lo ame, no puedo permitírmelo. Volveré a la ciudad, y aunque duela, seguiré mi vida como antes.
—¿Luna?— pregunta confundido— ¿cómo sé que estás diciendo la verdad y no solo una mentira para defenderla?
—Tengo pruebas, Lucas, eres tan ciego y terco que tuve que grabarla porque sabía que no ibas a creerme.
Emily saca el celular del bolsillo de su abrigo y le muestra un vídeo donde se ve claramente a Luna tomando un café con una persona, al parecer un periodista y les dice que se llevará a cabo una cena por Nochebuena en el centro comunitario. La verdad no sé que lograba conseguir con eso… quizás que me fuera de la ciudad y sí, lo logró.
Sin tener nada más que decir, doy media vuelta para irme caminando hacia mi casa, cuando siento que Lucas toma de mi mano con fuerza y no me deja seguir avanzando:
—Harper… lo siento— lo miro a los ojos y no puedo entender cómo puede ser tan cruel unos minutos y después la persona más dulce que conozco… pero ya no me engaña más…
—No creo más en tus palabras, Lucas… un momento me amas y al otro me odias y me echas del pueblo…
—Sé que soy el peor de los idiotas, Harper, pero escúchame… —por un momento veo lágrimas en sus ojos.
—No quiero saber más nada de ti, Lucas y suéltame, por favor, me estás haciendo daño— Lucas me suelta, pero al instante me abraza.
—No te vayas, Harper… no tomes en cuenta lo que dije hace un momento, estaba enojado y no medí mis palabras.
—¿Y crees que es tan fácil?— finalmente exploto, alejándolo de un empujón— tú no me amas, Lucas, eres demasiado orgulloso como para amarme. ¿Para qué quieres que me quede? ¿Para herirme con tus palabras? ¿Para juzgarme sin poder defenderme?— añado furiosa, mirándolo a los ojos— no voy a quedarme a soportar tus humillaciones, Lucas… una vez me fui por ti y te aseguro que esta vez también.
Doy media vuelta y comienzo a caminar, alejándome de ellos, con lágrimas en los ojos, pero segundos después, escucho la voz de Emily, quien se acerca corriendo hacia donde estoy.
—Vamos, Harper, te llevaré a casa… está demasiado frío— dice con dulzura y en ese momento estallo en llanto. Jamás imaginé que ella, mi mejor amiga de la infancia, mi enemiga en la adolescencia, podría llegar a ser mi paño de lágrimas y aunque sé que se acostó con Lucas, debo dejarlo ir, dejar el pasado atrás, y comenzar de nuevo…
Emily me abraza y juntas nos subimos a su camioneta. Después de conducir hasta casa, estoy a punto de bajarme, cuando me agarra del brazo para evitar que me vaya:
—Harper… espera… tenemos que hablar, no podemos seguir dilatando más esta conversación.
—Emily, te agradezco que hayas estado en este momento, y me hayas defendido delante de Lucas, pero no lo defiendas, es inútil, en unas horas ya no estaré aquí— digo con lágrimas en los ojos.
—¿Realmente es lo que quieres?— pregunta mirándome con ternura.
—Ya había decidido quedarme en Leavenworth, continuar mi carrera desde aquí… pero me he dado cuenta que no vale la pena.
—Harper… sé que Lucas puede llegar a ser un tremendo idiota y no voy a defenderlo, pero la realidad es que te ama y tú a él…
—Emily— la interrumpo— si Lucas de verdad me amara creería un poco en mí. Para él no soy más que una influencer hueca, que le importan sus redes sociales y nada más y no es así. Tengo corazón, y él acaba de destruirlo en mil pedazos.
—Al menos están a mano— exclama— tú se lo rompiste hace años cuando decidiste irte del pueblo sin escucharlo— abro mis ojos sorprendida y aunque no quisiera tener esta conversación, creo que es hora de que le demos un cierre definitivo.